La fuente de Guiomar está en La Moncloa
El jardín donde se citaban en secreto el poeta y su última amada está pegado a la residencia del presidente del Gobierno
El lugar del secreto, el que le inspiró a ella el poema El jardín de la fuente, do
nde Machado y Pilar de Valderrama, la famosa Guiomar, su último gran amor, se citaban a escondidas los fines de semana en Madrid, existe. Está en el complejo de Presidencia del Gobierno en La Moncloa, junto a la residencia del presidente. Así lo cuenta y lo certifica Ian Gibson en su biografía sobre el poeta, Ligero de equipaje. La vida de Antonio Machado, después de haber seguido la pista como un sabueso inconformista.
"Cuando a un detective, como yo, le dicen que algo ha desaparecido, rápidamente me pongo a buscarlo", asegura el hispanista, junto a la fuente reencontrada a escasos pasos del edificio que ahora ocupan José Luis Rodríguez Zapatero y su familia. Eso era lo que se pensaba, que las bombas del asedio nacional a Madrid habían arrasado el lugar y el jardín, como así fue, pero no tanto como para destrozar la fuente que la propia Pilar de Valderrama saca en una fotografía de su libro Sí, soy Guiomar.
Pues allí está y así se lo enseñan a Ian Gibson y a EL PAÍS Federico Fernández, administrador del Palacio; José Antonio Gómez Municio y Mónica Antequera, del gabinete de Educación y Cultura de presidencia.
Es la segunda vez que el hispanista recorre el lugar, rodeado de granados y setos de boj, con la fuente en medio. "Creo que es uno de los descubrimientos importantes de la biografía", asegura Gibson ante la fuente.
Allí se citaban los fines de semana, cuando Machado bajaba a verla desde Segovia y se sentaban en ese espacio, abierto al público, diseñado por el restaurador, pintor y jardinero Xavier de Winthuysen que, según Gibson, "perteneció a la Institución Libre de Enseñanza".
Entonces, como hoy, era un parque con el horizonte de la Casa de Campo, "en el que había unas puestas de sol espectaculares", asegura el biógrafo, que estaba a kilómetro y medio del chalé donde vivía ella en el paseo de Rosales. El Palacio pertenecía al ministerio de Instrucción Pública y había sido cedido por un Real Decreto de 1918 a la Sociedad de Amigos del Arte para su restauración.
En los bancos de alrededor, bajo el cedro que cubría entonces la fuente, se sentaban Machado y Guiomar. Un lugar que le inspiró a ella -que era escritora también y que pese a ser desgraciada en su matrimonio nunca accedió a abandonar a su marido por el poeta- los siguientes versos: "El mismo banco de piedra / donde los dos una tarde... / Se enrosca al alma la hiedra / del recuerdo... ¡El pecho arde! / Pero estoy sola -es invierno- / sentada en la piedra fría. / Siento un escalofrío interno. / No está su mano en la mía. / Dime, Fuente del Amor, ¿dónde el que mi pecho llora se oculta? / Del surtidor el agua, saltando, llora... / Mis labios están helados. / Mis ojos miran sin ver, / ¡tan cansados!, este frío atardecer / en el Jardín de la Fuente. / ¡Cómo suena su canción / -canción del amado ausente- / dentro de mi corazón!".
El poeta rogó a Valderrama que incluyera esos versos en Esencias, el libro que preparaba, y le dijo que no había nada comprometido. Ella accedió, según relata Gibson en la biografía. Pero el Jardín de la Fuente no era el único sitio que frecuentaban en Madrid a escondidas. También se veían en un café de la zona de Cuatro Caminos que se llamaba Franco Español, que estaba en la Avenida de la Reina Victoria y que ya no existe.
Así, a salto de mata, tratando de pasar desapercibidos, Machado y Pilar de Valderrama mantuvieron una relación platónica pero apasionada entre 1928 y 1936. El poeta estuvo obsesionado hasta el último momento. Cuando murió, además del fragmento de Hamlet y unos versos alejandrinos, guardaba en su gabardina estos otros dedicados a Guiomar: "Te daré mi canción. / Se canta lo que se puede / con un papagayo verde / que la diga en tu balcón".
Babelia
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