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Prácticas universitarias

Empujón hacia el mercado laboral

La Junta invierte dos millones y medio de euros anuales en gestión de prácticas universitarias

Verónica Martínez y Silvia Rodríguez son dos alumnas de la Universidad de Sevilla que han pasado por el Vicerrectorado para conseguir contratos de prácticas. Silvia ya ha terminado y ha encontrado un puesto laboral en la empresa donde entró con un contrato de "inserción laboral". Verónica terminará su carrera con los créditos que le aportará el haber realizado las prácticas en la empresa en la que trabaja. Son dos casos optimistas dentro del panorama general.

El sistema universitario está en plena etapa de transformación. Las carreras tenderán a partir del año que viene a procesos más prácticos que irán dirigidos al ámbito laboral o al de la investigación pero que, en cualquier caso, no se estancarán en lo teórico. En este sentido, las mentalidades de alumnos y docentes tendrán que cambiar. El año pasado más de 15.000 universitarios andaluces accedieron a una práctica en alguna empresa, cifra que probablemente crezca este año, a juzgar por los datos que barajan las universidades. De ellas, 1.800 fueron becas Praem, financiadas por la Junta de Andalucía.

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La Consejería de Innovación y Ciencia, que invierte 1.800.000 euros anuales en materia de prácticas en empresa, planea también establecer sistemas para que los alumnos palpen el ambiente laboral desde el primer momento posible. "Está en marcha un proceso de incorporación del sector productivo a la práctica y a la sociedad dentro de la formación de posgrado, incluyendo el doctorado", explica el director general de Universidades andaluz, Francisco Trigueros.

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Este proceso seguirá la línea del Plan de Innovación y Modernización de Andalucía. "Queremos vincular a los profesionales de la empresa en la formación práctica", añade el director general, quien asegura que en los futuros masters y cursos de especialización "es probable que participen los profesionales de compañías", aunque la coordinación de los mismos correrá a cargo de las facultades.

Las universidades han avanzado mucho en la gestión de prácticas en los últimos años. La Universidad de Sevilla ha sido una de las últimas en cambiar su sistema. Tan sólo lleva un año en funcionamiento el cargo de vicerrector de Transferencia Tecnológica, que lo ocupa Luis Onieva y que ha transformado el panorama de acceso laboral. "Antes esto estaba muy descentralizado, cada facultad hacía lo que podía", explica Onieva.

La Universidad registra varias fórmulas para otorgar contratos de prácticas a sus alumnos, siempre y cuando éstos hayan superado el 50% de los créditos necesarios para obtener su título universitario. Uno de estos contratos es el llamado "de formación", que se computa por créditos. Aunque el pago de un salario puede establecerse a través del convenio, no es un requisito imprescindible, dado que, según la filosofía de este acuerdo, el trabajo del alumno queda recompensado con la formación.

También existe el contrato de "inserción laboral", que cuenta con la financiación de la Consejería de Innovación: el alumno recibe 180 euros mensuales por parte de la Universidad y, al menos, otros 180 por parte de la empresa. A este tipo de acuerdo suelen acceder los alumnos a los que le queda poco para terminar la carrera. Para los titulados, existe otro convenio cofinanciado entre las empresas y la Consejería de Empleo.

Todas las universidades andaluzas incluyen en sus departamentos para gestión de prácticas una consigna que pretende garantizar que las actividades que realicen los alumnos se correspondan con sus estudios. La Universidad de Granada habla de adjudicar dichas prácticas "siempre que la actividad guarde relación con la formación académica o las salidas profesionales del alumno". El vicerrector de la Hispalense afirma que "en ningún caso el contrato del alumno puede ser utilizado como tapadera de un puesto de trabajo".

Silvia Rodríguez tiene 27 años y llegó de Canarias para estudiar Derecho en la Universidad Hispalense, carrera que acabó hace algo más de un año. El Servicio de Prácticas la seleccionó para hacer una entrevista y entró a trabajar en una compañía de seguros, en concreto, en el departamento de Siniestros. "Estaba muy relacionado con lo mío", afirma la joven, que confiesa también que, al principio, hizo "algunas fotocopias". Pero, tal y como relata Rodríguez, poco a poco, le fueron dando más responsabilidades. "Me sentí siempre muy integrada, parte de un equipo. Me enseñaban cosas con el fin de que formara parte de departamento". Silvia Rodríguez cobraba 400 euros al mes, un sueldo que, a su juicio, era "justo"; y trabajaba cinco horas diarias.

"Cumplía mi horario, de nueve a dos, ni una más", recuerda. En todo ese tiempo tuvo un tutor dentro de la empresa que se encargó de gestionar su trabajo. Su contrato estaba previsto para seis meses pero, al quinto, le ofrecieron un puesto en otro departamento y lo cogió. "Yo soy de fuera y me hacía falta el sueldo. Por eso, aunque era un trabajo que no estaba del todo relacionado con lo mío, tomé esa decisión". Rodríguez reconoce que ha tenido "suerte" porque compañeros que no hacen prácticas "sin el respaldo de la Universidad" están "mucho peor".

Verónica Martínez tiene 24 años y estudia Administración y Dirección de Empresa. Aprobó las últimas asignaturas que le quedaban del último curso en febrero, pero aún le faltaban 12 créditos por cubrir. A través del Vicerrectorado de Prácticas consiguió un contrato de "formación académica", que canjeará por créditos de libre configuración para terminar la carrera. Lleva dos semanas en su nueva empresa, Endesa, y se muestra optimista. "Aunque no me pagan, trabajo mis horas, de nueve a dos, y estoy metida en proyectos de la compañía", afirma la joven con tono alegre. Martínez asegura que, hasta ahora, no ha hecho ni una fotocopia, sino que ha pasado por todos los departamentos para "conocer la empresa a fondo". Su tutor dentro de la empresa le ha presentado a todo el personal para que conozca el funcionamiento global. "Es muy bueno, tanto éste, como el de la Universidad, que está al tanto de todo". Todavía le quedan seis meses de prácticas y, cuando termine, puede que se quede. "Me han dicho que tengo posibilidades".

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