Los medicamentos sin receta se podrán vender por Internet

Las farmacias podrán vender por Internet medicamentos para los que no se necesite receta, según las enmiendas presentadas ayer en el Congreso a la Ley del Medicamento (todos los grupos lo proponen menos el PP). Para asegurar que se cumple el papel asesor de los farmacéuticos, los productos deberán recogerse en las oficinas de farmacia.

La ley incluye una tasa del 20% de las ventas para los laboratorios. Esta cantidad podrá reducirse en función de su inversión en I+D (el Ministerio de Industria tiene una clasificación al respecto). El PP se opone a esta medida. CiU propone que sólo se aplique cuando el aumento de la factura farmacéutica supere la subida del PIB. IU pide que de este gravamen queden excluidos los fabricantes de medicamentos genéricos.

Todos los grupos insisten en la necesidad de potenciar los genéricos (más baratos porque son equivalentes a otros que ya no están protegidos por la patente). El PP propondrá un Plan Nacional de Investigación en farmacia, con descuentos para los fabricantes de genéricos y medicamentos huérfanos (los que sirven para enfermedades raras que, como tienen pocos pacientes, son de baja rentabilidad). IU sugiere que los trabajadores paguen menos cuando adquieran un genérico (ahora abonan el 40%, y la coalición propone que sea un 30%), aunque esta medida tiene un aspecto más testimonial que efectivo, ya que más del 90% de los medicamentos recetados son para pensionistas o de uso hospitalario (y, por lo tanto, gratis).

Permitir descuentos

Las enmiendas también coinciden en permitir que las empresas de distribución y los laboratorios hagan descuentos a las farmacias por pronto pago o como bonificación por hacer compras grandes. Esta práctica estaba expresamente prohibida en el proyecto del Ministerio de Sanidad.

También hay acuerdo en que los farmacéuticos podrán vender en algunos casos medicamentos que requieran receta, aunque el comprador no presente ese documento. El PP pedirá que las excepciones se regulen en un decreto. Otros grupos dejan esta posibilidad abierta a los casos en que haya problemas de abastecimiento o de urgencia para el enfermo.

La ley también abre la puerta para que los farmacéuticos puedan vender dosis personalizadas de medicamentos. Ello puede suponer alterar el embalaje -lo que la ley actual no permite-, pero ayudará a que los pacientes se lleven sólo el número de pastillas que necesitan. Con ello no sólo ahorrará, sino que se facilitará el cumplimiento terapéutico, al llevarse cada uno sólo las dosis que necesita.

Un aspecto en el que hay más divergencia es en el de las competencias. Todos los grupos, menos el PSOE, proponen numerosas enmiendas para que las comunidades tengan un mayor papel, sobre todo a la hora de decidir qué medicamentos son sufragados públicamente.