Entidades de Barcelona proponen un banco mixto de cordón umbilical

Los bancos privados de cordón umbilical podrán regularse de dos formas: como una actividad comercial cualquiera o integrados en el sector público, de forma que las familias puedan preservar en una empresa las células de su bebé, pero estén obligadas a donarlas si surge un enfermo que las necesite. El Banco de Sangre de Cordón Umbilical de Barcelona -el tercero de Europa- apoya la segunda opción. El Laboratorio Echevarne de Barcelona tiene en estudio un proyecto de ese tipo, que pretende presentar a la consejería catalana.

Un grupo de científicos públicos y privados ya propusieron hace cuatro años un banco mixto de células de cordón umbilical, promovido en aquella ocasión por Genetrix, una de las principales firmas biotecnológicas españolas. El proyecto fue mal recibido por el anterior Ministerio de Sanidad.

La revelación por este diario de que centenares de familias españolas -incluidos los Príncipes de Asturias- están acudiendo a empresas extranjeras para preservar las células del cordón umbilical de sus bebés ha reactivado la idea, esta vez promovida por el Laboratorio Echevarne de Barcelona.

Echevarne y la firma británica Smart Cells participan en la sociedad Smart Cells España, una de las empresas que las familias españolas utilizan para preservar los cordones umbilicales en el extranjero, por un coste cercano a los 2.000 euros.

El director científico del Laboratorio Echevarne, Marc Isamat, quiere presentar este mes un proyecto a la Consejería catalana de Salud. Subrayan, sin embargo, que el proyecto sólo tendrá sentido si cuenta con el apoyo del Banco de Sangre de Cordón Umbilical de Barcelona, el principal banco público español, y el tercero de Europa en dimensión y actividad, sólo superado por Milán y Dusseldorf.

Modelo italiano

"No estamos en negociaciones", declaró ayer a este diario el director del Banco de Sangre de Cordón Umbilical de Barcelona, Joan García. "Pero, si se nos propusiera una colaboración de este tipo, plantearíamos dos condiciones imprescindibles: primera, que los bancos de cordón para trasplantes autólogos [es decir, para uso futuro del propio bebé] no deben estar enteramente en manos privadas, sino siempre en el entorno público, siguiendo el modelo de la legislación italiana. Y segunda, que no se pueden abandonar los principios de la política de trasplantes de nuestro país, basados en la donación altruista".

¿Cómo se puede compatibilizar la actividad privada -costeada por familias que quieren guardar el cordón de su hijo para futuro uso del propio hijo- con los principios de la donación altruista? García sólo ve una forma: "Las células de cordón del bebé, aunque se preserven en una empresa, deben ser donadas por la familia al sistema público desde el primer momento. Así el genotipo del cordón del bebé estará en las bases de datos del sistema público y, en el momento en que surja un paciente cuya enfermedad sólo pueda resolverse con esas células, tendrá preferencia".

El coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, ha asegurado que los bancos privados de cordón "hoy por hoy no sirven para nada", ya que las enfermedades infantiles curables con células de cordón tienen casi siempre una componente genética, y el cordón del bebé tiene el mismo defecto genético que el propio bebé.

García coincide: "Estoy de acuerdo en que los trasplantes autólogos [es decir, para el propio bebé] no son necesarios. Las células de cordón ya resuelven el 50% de los casos de leucemia aguda, pero en trasplantes alogénicos [es decir, de otro donante, que es para lo que valen los bancos públicos].

¿Es previsible que los trasplantes autólogos ganen terreno en el futuro para el tratamiento de la leucemia? "Es imprevisible", responde García, "pero yo creo que no. En las leucemias y otras enfermedades de la sangre, el trasplante autólogo es una posibilidad que se está abandonando".

Entonces, ¿para qué los bancos privados? "Para investigar otras posibilidades futuras", dice García. "Ahora no es posible reprogramar las células del cordón para que se conviertan en otro tipo de células madre distintas de las precursoras de la sangre, pero no cabe duda de que merece la pena investigar esa posibilidad. Por eso, la idea que apoyamos es un proyecto piloto de investigación. Necesitamos generar evidencias científicas sobre la posible utilidad de los trasplantes autólogos. Mi previsión es que esas investigaciones llevarán cerca de 10 años".

El Banco de Sangre de Cordón Umbilical de Barcelona ya guarda un centenar de cordones para trasplantes autólogos, pero todos son de familias con precedentes de leucemia u otras enfermedades de la sangre. En estos casos es siempre aconsejable preservar el cordón, pero tanto Matesanz como García resaltan que las empresas privadas no son necesarias para ello, puesto que el sistema público ya se ocupa de ello en estas situaciones, y no hay el menor problema legal en poner nombre y apellidos a las células del bebé, para su uso futuro.