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Cibeles apuesta por el negro y lo funcional

La pasarela experimenta con el traslado a una carpa tecnológica y un espacio para jóvenes

Llega la moda del siglo XXI. Las tendencias para el otoño-invierno de 2006- 2007 hablan de un regreso tranquilo a la funcionalidad y al dominio del negro tras el fallido intento de aventurar colores. Desaparecen los deshilachados y la logomanía. La Pasarela Cibeles se abre hoy con la cifra récord de 31 diseñadores y 26 desfiles. De entre todos ellos destaca la vuelta de Victorio & Lucchino y de Lydia Delgado, tras el desmantelamiento de Gaudí. El donostiarra Francisco Lemoniez inaugura hoy la pasarela que cuenta con un presupuesto de tres millones de euros.

El diseño español se apunta a una carrera que es a la vez de obstáculos y de fondo
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La cifra récord de 31 diseñadores en 26 desfiles; la apuesta por la carpa funcional a la manera de los otros grandes eventos internacionales y el nacimiento del salón El Ego de Pasarela Cibeles como plataforma de los diseñadores emergentes, son los parámetros que marcan la edición 43 de la pasarela madrileña, que comienza hoy en Ifema (Recinto Ferial Juan Carlos I), donde también se asume en paralelo la denominación Madrid Fashion Week como marchamo de su intención de globalizar al diseño español. Las tendencias para el otoño-invierno de 2006 serán vistas en cinco sesiones hasta el viernes 17 inclusive. Las tres primeras reservadas a los miembros de la Asociación de Creadores de Moda de España y la última a los desfiles de las nuevas incorporaciones. Cerrará Lydia Delgado.

La idea de la carpa no ha sido una casualidad; pero como pasa con otras cosas del sector, a veces la presión trae aparejada soluciones llamativas. Las carpas (a las que se puede llamar tecnológicas por su diseño que comprende desde climatización hasta todas las otras ventajas de la electrónica) situadas muy cerca de los pabellones convencionales de Ifema, en el Parque Ferial de Madrid, fueron una urgencia que pone a la pasarela madrileña en la tendencia global de usar carpas para los eventos emblemáticos de la moda: Nueva York en Bryan Park, París cerca del Louvre en Trocadero, Milán en los alrededores del castillo Sforcesco, Londres en otro céntrico parque. La idoneidad del artilugio móvil en Madrid y con respecto a la moda española, está por ver. Pero está claro que dinamiza y atrae.

Los diseñadores tienen opiniones divididas, mientras los consagrados se mantienen escépticos, la savia nueva de los emergentes se muestra entusiasmada. El otro factor de interés es la dinamización de los espacios sociales y públicos, amén de la pasarela misma con sus imponentes 34 metros de riesgo.

Y todo ello llega a Madrid cuando las tendencias hablan de un regreso tranquilo a la funcionalidad y al dominio del negro tras el fallido intento de aventurar colores; es una especie de contrarreforma que se verá aderezada también por un regreso a la construcción rigurosa. Desaparecen los deshilachados, los grafitis gratuitos, la logomanía y el aspecto inacabado. Se trata de una respuesta lógica y orgánica a un lustro desvarío formal y de loa enardecida a lo informal. Las provocaciones nunca exentas de sensualidad, el paso desde la metrosexualidad a la retromasculinidad, el gusto por el lujo y la adecuación de los estándares a esa pretensión inalcansable, han dado mucho de sí. La moda que viene es de verdad la moda del XXI, una vez pasados estos primeros cinco años del siglo que será, por lo que ya se ve, el de las luces artificiales: desde la clonación al espacio virtual, desde el embrollo tecnológico a la dependencia de la red. La moda no puede ni es jamás indiferente a estos avatares; de hecho, se nutre de tales circunstancias. El diseño español se apunta a una carrera que es a la vez de obstáculos y de fondo: ser mejor en los contenidos, pujar por la industria y resistir ante los competidores masivos.

El programa empieza hoy lunes cuando desfilan, desde las 11 horas y hasta las 20 (se han suprimido los desfiles nocturnos de las 21 horas), Lemoniez, Francis Montesinos, Ángel Schlesser, Agatha Ruiz de la Prada y Elio Berhanyer (que cuenta de nuevo con la colaboración del andaluz Roberto Diz); el martes 14 abre Devota & Lomba y le siguen Javier Larrainzar, Ailanto, Roberto Torretta y Duyos. El miércoles 15 se comienza con Miguel Palacio y se cierra con Amaya Arzuaga; en medio, Jesús del Pozo, Antonio Pernas y David Delfín.

El jueves 16 hay el primer desfile doble de esta edición con José Miró y Javier Vázquez, a los que siguen Andrés Sardá, Kina Fernández, Locking Shocking, Victorio & Lucchino y Antonio Alvarado. El día de cierre viernes 17, antes de la clausura de Lydia Delgado, habrá cuatro desfiles compartidos: José Luis Aznarez y Olga Ríos; Carmen March y Juanjo Oliva; Juana Martín y María Lafuente, y Anke Schlöder y Carlos Díez.

Por otra parte, una vez terminados los desfiles en la carpa de Ifema, la actividad de la moda no se detiene sino que, muy al contrario, se vitaliza con el comienzo de El Ego de la Pasarela Cibeles, el sábado 18 y el domingo 20 de febrero, que se celebrará en los locales de la Comunidad de Madrid (Alcalá, 31). La primera jornada contará con ocho jóvenes diseñadores que mostrarán sus propuestas y al día siguiente, casi una treintena de emergentes mostrarán trabajos en una exposición de acceso gratuito. Los nombres son absolutamente desconocidos y el promedio de edad baja vertiginosamente: probablemente allí estén los de la carpa del futuro.

Tocado de Lydia Delgado
Tocado de Lydia Delgado

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