Navarro Baldeweg une pintura y arquitectura en el espacio de EL PAÍS

Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939) presenta en el espacio de EL PAÍS, en el pabellón 9 (9PS10), sus dedicaciones a la pintura y la arquitectura, unidas por la mano y la luz. Con el título de La mano, agrupa un políptico de seis piezas realizado en 2003, con distintas interpretaciones de una mano extendida en una combinación de colores. En otras paredes se han distribuido un conjunto de pinturas, con el título de Habitación con figura, dos óleos de 2005 y, de la misma fecha, una serie de Cuatro variaciones de habitación con figura.

"Es un espacio reducido para presentar algunos aspectos de mi actividad creativa o artística en distintos medios, por lo que he reunido unos fragmentos que dan idea de la pintura y arquitectura, pensando también en la intervención de la arquitectura que se puede interpretar como escultura", declara el pintor y arquitecto. Junto a las pinturas se expone un fragmento de parasol, a tamaño real, que forma parte de un edificio de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, que ya presenta la estructura construida y que se puede seguir su evolución en los alzados y planta del mismo proyecto. Sobre el suelo, una versión de estos mismos elementos metálicos forman un espacio cerrado.

Del proyecto del palacio de la música y de las artes escénicas de Vitoria, pendiente de la decisión política de su construcción, se expone una vista interior de la cubierta. Este proyecto figura en la selección de la reciente arquitectura en España que se acaba de presentar en el MOMA de Nueva York, en un lugar destacado de su entrada. También se expone del autor del Museo de Altamira una maqueta del Teatro del Canal, de Madrid, que se abrirá el próximo año, pero que sus volúmenes y fachadas se pueden ver ya en las calles de Madrid, entre Cea Bermúdez y Bravo Murillo. "En este conjunto se muestran distintos aspectos de mi trabajo, con una conexión entre pintura y arquitectura desde la celebración de la mano en la pintura, distintos gestos y posibilidades expresivas de la mano, que se transforman en luz, por lo que se une al tema del parasol en el edificio de Barcelona. Los cuadros están realizados en rombos, como Mondrian, para conseguir que el perímetro del lienzo coincida con la perspectiva de la habitación. Son obras muy abstractas y de colores, pero que tienen una figura que rompe la abstracción". El artista ocupa otros lugares en la feria, con un gran lienzo en la pared exterior de la Marlborough y otras piezas en las galerías Estiarte y Miguel Marcos.