"Zapatero ha velado por los intereses del Estado; Mas, sólo por los de su partido"
Josep Lluís Carod Rovira (Cambrils, 1952) y el conjunto de la dirección de Esquerra Republicana se han dado de plazo hasta el 6 de febrero para decidir si finalmente se abstienen en la votación del Estatuto en las Cortes. Hasta aquella fecha la dirección del partido intentará convencer a las asambleas locales de que no cabe un no a un proyecto que, en mayor o menor grado, mejora el autogobierno catalán.
Pregunta. Teniendo en cuenta que al pacto inicial entre el PSOE y CiU se han sumado también el PSC e Iniciativa per Catalunya ¿Qué cree que puede variar en él hasta el 6 de febrero?
Respuesta. Puede que cambie la actitud del Gobierno central, respaldada por CiU, de modificar a la baja el Estatuto aprobado por el 90% de los diputados del Parlamento de Cataluña. Si esta actitud cambia y ello se plasma en mejoras sustanciales sobre el texto, podríamos cambiar de opinión y apoyar el Estatuto.
"El PSOE debe tener muy claro quién le ha ayudado a llevar adelante su proyecto reformista y con quién quiere continuarlo"
"A los que han hundido el Estatuto no les vamos a dar el placer de ver cómo se hunde también el Gobierno catalán; ERC no romperá el tripartito"
P. El PSOE mantiene que la definición de Cataluña y la financiación son dos aspectos cerrados. ¿Se conformarían con una mejora del capítulo competencial?
R. En estos momentos la Generalitat ya tiene unas competencias que, por falta de recursos, en algunos momentos ha tenido que sufragar con aportaciones del Estado. Y esto es algo humillante. ¿Cómo podemos pues afrontar nuevas competencias sin una mejora sustancial de los recursos? Se pueden arreglar los artículos del Estatuto referentes a infraestructuras o inmigración, pero si no van acompañados de una aportación económica suficiente ello no nos sirve.
P. El cambio en el discurso de Esquerra ha sido radical en sólo una semana. De decir que había camino para explorar y que las negociaciones iban razonablemente bien se ha pasado a un "no" provisional al Estatuto o, en el mejor de los casos, a una abstención. ¿No ha sido la fotografía de José Luis Rodríguez Zapatero con Artur Mas el detonante de este cambio?
R. Claro que no. Nosotros no hablamos de fotografías. Lo que ocurre es que con este pacto nos han cambiado el Estatuto. Este ya no es el Estatuto del Parlamento de Cataluña, es el Estatuto de Madrid. Según el acuerdo Zapatero-Mas la Generalitat ya no recauda todos los impuestos, sino sólo una parte de algunos muy concretos; ya no gestiona el conjunto de las grandes infraestructuras de Cataluña tal y como habíamos quedado en el Parlamento catalán. Y esto no es serio.
P. Como socio parlamentario del PSOE, ¿Cómo enjuicia la actitud del presidente Zapatero en la recta final de la negociación estatutaria?
R. Me he sentido decepcionado. Este Estatuto debía servir para dos cosas. En primer lugar, para dar una nueva organización a Cataluña, con sus competencias y su financiación, y en segundo lugar para hacer un primer paso para decir que España es un estado plural, con diversos pueblos y diversas culturas. Y esto no se ha hecho. ¿Cómo escucharán ahora en el País Vasco o en Galicia el discurso de la España plural de Zapatero? ¿Qué credibilidad le queda ahora a este discurso?
P. ¿A qué atribuye este cambio?
R. La prensa internacional está apuntando que en España las decisiones políticas están condicionadas por movimientos uniformados. Y esto, en el contexto internacional no aporta mucho prestigio. Yo prefiero pensar que si Zapatero no ha dado el paso que debía dar ha sido por la presión de los movimientos uniformados más que porque no cree en él.
P. Así pues, ¿estamos ante el final de la etapa de colaboración entre Esquerra y el PSOE?
R. Esquerra ya no se siente obligada a apoyar al PSOE, a partir de ahora sólo votaremos los proyectos de ley que vayan acorde con nuestro programa. Pero le diré una cosa: pactando el Estatuto con CiU, Zapatero ha hecho lo que consideraba más conveniente para los intereses del Estado, mientras que Artur Mas sólo ha hecho lo que más le convenía a su partido y a él mismo. Claro que la actitud de CiU tampoco me ha sorprendido. Históricamente, la derecha catalana siempre ha antepuesto sus intereses personales o de partido por delante de los derechos colectivos o del país.
P. Entonces, ¿por qué está sorprendido?
R. Yo ya sabía que las cuestiones sociales, las que buscamos mejorar con la financiación, no preocupaban mucho a CiU, lo que me ha parecido insólito es que tampoco preocupen al Partido Socialista. ¿Qué pasa con el millón y medio de catalanes que tienen una renta disponible inferior a la media española? Zapatero debería preocuparse por estas personas y su situación no mejorará con el sistema de financiación pactado en la Moncloa.
P. Dice sentirse decepcionado con Zapatero. ¿No cree que el presidente del Gobierno puede haberse sentido decepcionado con Esquerra cuando usted se pronunció en contra de la candidatura olímpica de Madrid o las juventudes de su partido arrancaron en público varias páginas de la Constitución?
R. Ambas cosas no son comparables. Es una desproporción absoluta comparar unas declaraciones en la prensa o lo que puedan hacer las juventudes de un partido con la ley más importante aprobada nunca por el Parlamento catalán. A mí mismo me incomodan muchas declaraciones de dirigentes del PSOE como José Bono o Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Y no por esto le hemos retirado nuestro apoyo. Sabemos distinguir una cosa de la otra.
P. Pero lo cierto es que su etapa de colaboración con el PSOE ha combinado un apoyo casi con los ojos vendados de su partido al proyecto socialista en el Congreso mientras destacados miembros de ERC lanzaban todo tipo de críticas a dirigentes socialistas. ¿No les ha perjudicado esta estrategia?
R. No. Esta dualidad ha permitido demostrar que ERC es un partido pragmático pero que mantiene sus principios. El nuestro es un pragmatismo con un horizonte claro al que no renunciamos.
P. ¿Alejándose de ustedes y acercándose a CiU el PSOE busca recuperar la centralidad política?
R. El del PSOE es un giro comprensible. Si quien está organizando la bronca contra el Gobierno socialista es el PP siguiendo las consignas del comité central de la Cope, una jugada inteligente es pactar con los amigos del Partido Popular, los mismos que por dos veces convirtieron a José María Aznar en presidente del Gobierno. Pero el PSOE debe tener muy claro quién le ha ayudado a llevar adelante su proyecto reformista y con quién quiere continuarlo. ¿Con quién pactará la ley de la Dependencia? ¿Con Duran Lleida? ¿Con los que ya tienen un seguro privado que se lo cubre todo?
P. ¿Como líder de un partido independentista, se ve votando "no" al Estatuto?
R. Quien sea que tenga interés en que el Estatuto sea aprobado no sólo en el Congreso, sino también en el posterior referéndum debería reflexionar sobre qué panorama puede producirse en Cataluña con una Esquerra fuera del acuerdo del estatuto, con unas bases de CiU desmoralizadas por el acuerdo Mas-Zapatero y con unas bases del PSC tradicionalmente desmotivadas por temas como este.
P. Y las de ERC por el no.
R. Es cierto. Nuestras bases están hartas. Por esto sólo estaremos en el acuerdo si se pueden mejorar aspectos esenciales. Y la pelota para ello está en el tejado del PSOE. Pero ello no debe hacernos olvidar otra cosa: nosotros queremos entendernos con el Gobierno español. Queremos votar sí al Estatuto, aunque no podemos votar cualquier cosa.
P. Usted mantiene que un no al Estatuto no supondría la salida de su partido del Gobierno tripartito catalán. Pero si la financiación pactada es tan insuficiente que les impide llevar adelante su programa de gobierno, ¿es lícito mantenerse en el poder?
R. A los que han hundido el Estatuto no les vamos a dar el placer de ver como también se hunde el Gobierno catalán. ERC no romperá el tripartito. Además, nuestro programa puede desarrollarse con la financiación que ya tenemos, aunque debamos estrecharnos el cinturón.
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