"Los seres humanos matamos más que la muerte", afirma Saramago
El Nobel portugués, Cebrián, Debray, Naïr y Daniel participan en un debate en Sevilla
"Los seres humanos matamos más que la muerte", afirmó ayer el escritor José Saramago en el paraninfo de la Universidad de Sevilla. El Nobel portugués participó en una mesa redonda sobre Civilizaciones, reparto de las modernidades junto al escritor y académico Juan Luis Cebrián, el filósofo Régis Debray, el politólogo Sami Naïr y el periodista Jean Daniel. La mesa redonda acogió un intercambio de ideas sobre religión, modernidad, multiculturalismo y democracia en un mundo marcado por la globalización que entra a tientas en el siglo XXI.
La mesa redonda, que formaba parte del coloquio Diálogos de las Civilizaciones y Reparto de las Modernidades, puso la última rúbrica del Festival Sevilla, Entre Culturas, que, iniciado el pasado 26 de diciembre, ha apostado por que la capital andaluza se consolide como un enclave de diálogo entre las orillas del Atlántico y el Mediterráneo.
José Saramago dedicó gran parte de su intervención a reflexionar sobre Dios y las religiones. "Yo soy más que agnóstico. Ser ateo es más que ser agnóstico. Me interesa mucho Dios: las consecuencias de que un día a alguien se le ocurrió decir que esto necesita un creador. Y cada uno lo inventó a su modo y manera", señaló el escritor portugués. "Me asombra desde mi perspectiva de persona que no necesita creer en Dios ni practica ni ha practicado ninguna religión (...) que la religión jamás acercó a los hombres, y que siempre ha sido un factor de enfrentamiento y muerte", comentó.
"No digo que la culpa la tenga Dios. Lo que existe es lo que llevamos en la cabeza. Y llevamos a Dios porque lo hemos creado. Y llevamos dentro al diablo. Y el bien y el mal", agregó. Saramago abogó por un "pacto de no agresión entre las religiones" cristiana e islámica. Con todo, que las cosas cambien depende de los hombres. "En mi última novela hay un momento en el que el narrador dice que la muerte por sí misma, con sus propios medios, siempre ha matado menos que el ser humano. Nosotros, los seres humanos, matamos más que la muerte", concluyó Saramago.
Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo PRISA, dedicó gran parte de su intervención a la extensión de la democracia en el mundo. "Creo que la democracia puede ser el mínimo común denominador a condición de que no la convirtamos en una ideología. La democracia no es una creencia ni algo trascendente, sino un método de diálogo enormemente imperfecto", dijo Cebrián. "La democracia es el reino de la controversia, del diálogo, del pacto. La democracia no puede ser proselitista", explicó. "La democracia no es una ideología, sino que es un método. Nace de un acuerdo social. No se puede invadir países en nombre de la democracia. La democracia no es un fin, sino un método", afirmó en referencia a la invasión de Irak.
Internet
Cebrián también habló sobre la Red. "Internet es un caos real, paradójico, un lugar en el que se genera un nuevo sistema de valores y comunicación que no tiene que ver con el que hemos conocido", comentó el académico de la Real Academia Española (RAE).
Sami Naïr, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de París VIII, recordó cómo en las últimas décadas se ha impuesto un paradigma "que explica el comportamiento de la gente en función de su cultura u origen". "El republicanismo y la tradición socioeconómica marxista se opusieron a esta visión culturalista", agregó. Nair recalcó que "la identidad debe ser un punto de partida en la relación con el otro. No debe ser nunca un punto de llegada en esa relación", concluyó.
Jean Daniel, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, evocó las predicciones sobre el futuro del mundo de autores como Fukuyama, Huntington y Malraux para afirmar que "el siglo XXI está ya marcado por la obligación de conciliar la diversidad de las culturas con la universalidad de los valores".
Régis Debray, escritor que estuvo con el Che Guevara haciendo la revolución en Bolivia y que es considerado un maestro del pensamiento en Francia, explicó que "el progreso es la religión de los ateos". "El progreso fue la religión de los siglos XIX y XX. Se entendía como una marcha hacia la emancipación del individuo. Era una especie de providencia laica", dijo el escritor francés.
"El problema es que no es tan grave ser atrasado", puntualizó. "El progreso es retrógrado. Lo que suponemos atrás se encuentra delante", añadió Debray. Su intervención cerró la serie de tres mesas redondas, que se iniciaron por la mañana. La primera de ellas reunió al ex ministro de Asuntos Exteriores de Israel Shlomo Ben Ami; al historiador marroquí Mohammed Ennaji, y a la escritora francosiria Bassma Kodmani.
La destrucción de la democracia
"Voy a hablar sobre la extrema derecha en EE UU. Estamos en el camino que lleva a la destrucción de la democracia, un proceso programado por estos grupos. Creo que vamos hacia atrás", afirmó ayer Susan George, escritora de origen estadounidense y nacionalizada francesa. George, que estudia desde hace años las relaciones Norte-Sur, participó en la mesa redonda Religiones, identidades, culturas del coloquio Diálogos de las civilizaciones y Reparto de las modernidades.
Además de la escritora, aportaron su grano de arena el teólogo español Juan José Tamayo y el pensador libanés Salah Stétié en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla.
George relató cómo las fuerzas que ella considera de extrema derecha han avanzado en EE UU "durante los últimos 30 años". En su opinión, "la extrema derecha ha ganado posiciones con una estrategia de gran audacia, y ha conseguido sus objetivos". La escritora hizo hincapié en que hay "entre 70 y 75 millones de personas fundamentalistas" en EE UU. "Antes estaban restringidos a una zona de EE UU. La religión es el centro de su vida. Estos fundamentalistas tienen una influencia muy grande en el Partido Republicano", agregó la escritora.
"Estas personas están contra el aborto, los derechos de las mujeres, la homosexualidad... Es muy probable que en los próximos 10 años se vuelva a ilegalizar el aborto. Nada de esto ocurriría sin la contribución de la derecha cristiana", señaló George.
Por su parte, Stétié dijo que "las culpas se encuentran en ambas partes" en la relación entre Occidente y el mundo árabe y musulmán. El escritor libanés lamentó "esa doble rigidez que nada ha podido vencer".
Finalmente, Juan José Tamayo analizó la dialéctica secularización-retorno a la religión; expuso algunas manifestaciones del retorno a la religión, como el fundamentalismo y los movimientos liberadores; y propuso un diálogo de religiones planteando sus posibilidades y dificultades.
Babelia
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