Rémi Skoutelsky desmitifica en 'Novedad en el frente' el poder soviético en las filas brigadistas
El historiador francés Rémi Skoutelsky (1965) se ha propuesto con su libro Novedad en el frente (Temas de Hoy) desmontar la imagen que se tiene de las Brigadas Internacionales, que en la memoria colectiva perviven para unos como exponente de las luchas de liberación románticas y, para otros, como un instrumento criminal de la política de Stalin. "No existe una obra que muestre con un mínimo de rigor histórico que los comunistas soviéticos intervinieron más que los fascistas y los nazis en la guerra", explicó ayer en Madrid.
Para Skoutelsky, los brigadistas fueron "unos hombres y mujeres que tomaron una decisión y voluntariamente abandonaron sus hogares para luchar por la libertad y contra los fascismos europeos". Una idea que rebate la del historiador César Vidal, quien como él consultó los archivos de la Komintern de Moscú, antes de afirmar en Las Brigadas Internacionales (Espasa) que éstas nacieron por decisión de Stalin y se formaron estableciendo cuotas entre los partidos comunistas.
"Lo único que hizo Vidal fue reproducir unos documentos que nos hacen entender que los brigadistas eran todos espías soviéticos", declaró Skoutelsky. En su opinión, los primeros extranjeros que apoyaron a la República fueron refugiados políticos que estaban ya en España el 18 de julio y participantes en las Olimpiadas de los Trabajadores previstas para el 19 de julio. "El alistamiento de voluntarios constituye un momento único en la historia de Europa", sostiene el coautor con Michael Lefebvre de Brigadas Internacionales. Imágenes recuperadas (Lunwerg). Según él, Stalin, preocupado por la defensa de su país, se mantuvo neutral los primeros dos meses, y su ayuda posterior "no tuvo la calidad, ni las dimensiones de la de los italianos y alemanes a Franco, aunque jugaron un papel importante los tanquistas y pilotos soviéticos".
En las filas brigadistas, dice Skoutelsky, faltaban oficiales y las compañías y batallones estaban dirigidos por hombres con una graduación militar inferior a la que se les ha adjudicado en muchos casos. "Estaban muy lejos de ser las tropas de choque del comunismo internacional, organizadas en un ejército disciplinado y teledirigido desde Moscú". Además, asegura que los brigadistas estaban desinformados por su presencia en las trincheras, y alejados de los conflictos internos entre comunistas y anarquistas.
Lamenta que, como en Francia con el régimen de Vichy, hayan sido sólo historiadores extranjeros quienes durante muchos años hayan estudiado la actuación de los brigadistas, ocultada por la propaganda franquista. Una actitud que cambió, a su parecer, "cuando en 1996 el Rey otorgó a los ex brigadistas la nacionalidad española, y aún más cuando Zapatero el año pasado dijo en un homenaje en el campo de Mauthausen que los brigadistas ayudaron a la construcción de una Europa democrática".
Babelia
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