Para desentrañar el misterio de Mozart
El niño que ve La flauta mágica comprende perfectamente ese mundo de fantasía, de lucha del bien contra el mal, aunque una cosa parezca la otra. Aprende y quiere adentrarse en todas las pruebas de iniciación a las que los sacerdotes de Sarastro someten a Pamina y Tamino; participa de la jovialidad sanchopancista de Papageno, y tiembla ante las malas artes de La Reina de la Noche.