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El acuerdo sobre la anchoa abre una brecha en la postura unitaria de los pescadores vascos

Maribel Marín Yarza

La postura hasta ahora unitaria mantenida por los arrantzales frente a la crisis de la anchoa ha hecho aguas, tras la decisión de la Unión Europea de reabrir la pesquería de esta especie el 1 de marzo con una cuota de capturas de 5.000 toneladas; 4.500 para España y 500 para Francia. Según el presidente de la Federación de Cofradías de Guipúzcoa, Jaime Tejedor, la causa de las discrepancias entre las cofradías guipuzcoanas y las de Vizcaya hay que buscarla en el acuerdo suscrito entre estos países, que establece entre otras cosas la cesión española de 250 toneladas de su cuota a cambio del acceso de la flota al banco de La Coubre para hacer cebo vivo. Los guipuzcoanos, con 48 buques dedicados a esta tarea, creen que "el acuerdo es menos malo" que el de Arcachón. Los vizcaínos, con seis, lo rechazan.

"Pero el tema no es ese". "El tema es que se pidió un TAC [Total Admisible de Capturas] cero por el futuro de la especie. Por otra parte, tampoco encontramos bien que se abra la pesquería y que se les dé [a los pescadores franceses] una cantidad sin consensuar con el sector", dice el presidente de la Federación de Cofradías de Vizcaya, Iñaki Zabaleta.

La brecha se hizo ya evidente el pasado jueves, cuando representantes del sector en Vizcaya criticaron en solitario el acuerdo -en contra de lo habitual- y declararon sentirse "traicionados" por el Gobierno, mientras los guipuzcoanos optaban por el silencio. "Las valoraciones no pueden ser iguales, señaló Tejedor. "Para nosotros es muy importante la posibilidad de hacer cebo vivo". A esta tarea, esencial para la costera de túnidos, se dedica alrededor del 70% de la flota de bajura guipuzcoana.

Tejedor se reunió ayer en San Sebastián con representantes de las cofradías de Guipúzcoa para valorar el acuerdo. "Es mejor que el que teníamos hasta ahora", resumió. Ha habido circunstancias (presiones de países como Bélgica) que "han obligado al propio Gobierno a firmarlo", a pesar de que existía un "compromiso" entre la ministra de Pesca, Elena Espinosa, y los consejeros de Pesca del Cantábrico de no abrir el caladero durante el primer semestre de 2006. En todo caso, precisó, "si queremos un futuro de la pesquería, Francia debe adaptarse a la cuota asignada". "Exigimos que haya un control sobre la pesca del que tiene menos", insistió.

El acuerdo bilateral está "abierto" a modificaciones. Los guipuzcoanos ya anuncian que tratarán de incluir cláusulas para hacer efectivo ese seguimiento en la reunión bilateral que se celebrará en enero.

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