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El Gobierno vasco pide que las bombas no se vean como "un hecho menor"

Los empresarios señalan el "cinismo" de hablar de nuevos tiempos mientras ETA les ataca

El Gobierno vasco puso ayer el acento de su condena al atentado perpetrado por ETA el sábado contra la empresa Angulas Aguinaga en realizar "un llamamiento a la sociedad" para que no considere como "un hecho menor o incluso cotidiano" la oleada de bombas y amenazas de la banda. El Ejecutivo autónomo aseguró que ETA traiciona el derecho de la sociedad vasca a expresarse democráticamente. La patronal Confebask tachó de "ejercicio de cinismo" enviar mensajes de esperanza a la sociedad mientras hay colectivos que sufren el ataque "sistemático" a sus derechos.

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El Ejecutivo que preside Juan José Ibarretxe condenó ayer la explosión de una potente mochila bomba en las instalaciones de Angulas Aguinaga, en Irura (Guipúzcoa), que causó cuantiosos daños materiales. También lazó una advertencia para que no se caiga en la banalización de los atentados de ETA por el hecho de que no ocasionen víctimas, y realizó "un llamamiento a la sociedad" para que huya de considerarlos "un hecho menor" o incluso los integre en su cotidianeidad. El Gobierno vasco condenó también el ataque de la víspera a la sede socialista de Barakaldo.

El nuevo atentado de la organización terrorista ahonda en la preocupación que albergan el Ejecutivo autónomo y cualificados medios nacionalistas sobre las intenciones de ETA. El comunicado de condena emitido atribuye "sólo al azar" la ausencia de víctimas. La bomba estalló poco después de las nueve de la noche y no de madrugada como ha ocurrido en prácticamente todos los ataques a empresas realizados en los últimos meses.

El Gobierno vasco exige a ETA la renuncia a la violencia y la acusa de engañar y "traicionar" a la sociedad al reclamar su derecho a expresarse democráticamente mientras al mismo tiempo usa "bombas, amenazas y chantajes" contra ella.

También la patronal Confebask reaccionó con dureza y hartazgo al nuevo atentado, lo mismo que la misma noche del sábado hizo la asociación empresarial de Guipúzcoa, Adegi, al exigir a ETA que "deje de despreciar y maltratar" a la sociedad vasca. Adegi advirtió de que los atentados ponen en peligro puestos de trabajo y afectan "gravemente" a la viabilidad de las empresas.

Barbarie de la sinrazón

En el comunicado emitido ayer, Confebask denuncia "el ejercicio de cinismo que supone hablar de nuevos tiempos mientras se sigue atentando, amenazando y chantajeando". También lamenta que, mientras la sociedad recibe mensajes de esperanza, colectivos como el empresarial y otros sigan sufriendo "el ataque sistemático" contra sus derechos más elementales. Confebask señala a ETA que la sociedad vasca "abomina de su mera existencia" y pidió que se arrope a quienes todavía padecen su "barbarie de la sinrazón y la intolerancia".

El presidente del Círculo de Empresarios, Alejandro Echevarria, tachó el ataque de "cobarde" y resaltó la paradoja de que la izquierda abertzale "hable de esperanza cuando todavía no ha levantado la voz" contra la presión que ETA -"y sus ámbitos cercanos", precisó- están ejerciendo en los últimos meses sobre los empresarios con atentados y cartas de extorsión y amenaza.

Por su parte, el PP vasco mostró su solidaridad con los empresarios atacados "cada dos por tres" y advirtió al lehendakari, Juan José Ibarretxe, de que ni él ni el resto de los partidos pueden sentarse "con quienes machacan a Euskadi todos los días" ni con quienes "se alegran de que haya habido una bomba". Su presidenta en Guipúzcoa, María Jesús Usandizaga, pidió que no se dé a los terroristas "esperanzas de acuerdos ni negociaciones por su actividad criminal". El PSE-EE condenó "sin ningún tipo de paliativos" el atentado y su diputado Manuel Huertas aseguró que estas actuaciones de ETA no van a influir "en absoluto" en el proceso de consolidación de la paz en el futuro.

También la ejecutiva guipuzcoana del PNV, que preside Joseba Egibar, rechazó el nuevo ataque de la banda, transmitió su apoyo a los empresarios y la solidaridad a responsables y trabajadores de la factoría objeto del atentado. Sus autores, afirmó en un comunicado, se sitúan, "fuera de la realidad de un pueblo que quiere alcanzar la normalización y la pacificación".

EA consideró el atentado "totalmente injustificado", mientras el otro miembro del tripartito, EB, exigió a ETA el abandono definitivo de la violencia. Su coordinador y consejero de Vivienda, Javier Madrazo, señaló que las instituciones vascas trabajan ya por la paz, por lo que "quienes tienen que mover ficha son ETA y el Gobierno de [José Luis Rodríguez] Zapatero".

La sede de Angulas Aguinaga, en Irura (Guipúzcoa), destrozada por una bomba de ETA.
La sede de Angulas Aguinaga, en Irura (Guipúzcoa), destrozada por una bomba de ETA.EFE

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