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CUMBRE DEL COMERCIO MUNDIAL

China, portavoz de los pobres

El Gobierno de Pekín ha pedido en la cumbre que se conceda un tratamiento preferencial a los países menos desarrollados

El Gobierno chino ha enarbolado en Hong Kong la bandera de la defensa de los países menos desarrollados, y ha pedido que se les conceda un tratamiento preferencial en cualquier acuerdo definitivo sobre la liberalización del comercio mundial. Asegura que es la forma de estimular su confianza en la llamada Ronda de Doha, y de evitar, en palabras del ministro de Comercio, Bo Xilai, la posibilidad de "un desastre" a causa de los grandes desequilibrios existentes entre los países ricos y los pobres. Al mismo tiempo, China -que, como es habitual, está haciendo gala de un perfil bajo en la cumbre a pesar de ser el anfitrión- está presionando para que se incluyan en la redacción final medidas especiales y mecanismos que protejan sus propios intereses.

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"Si las poblaciones rurales que ya viven en la pobreza se ven afectadas por más impactos negativos, se podrían producir desastres. Y los países desarrollados no se verán tampoco libres de problemas", dijo el ministro.

La delegación china que, además de Bo, incluye al titular de Economía Du Qinglin, ha pedido "con firmeza" que se conceda un tratamiento especial a los miembros que han entrado recientemente en la Organización Mundial de Comercio (OMC), según señala su propuesta para el borrador de la declaración ministerial. Este tratamiento contempla excepciones a nuevas reducciones arancelarias para productos que son "de vital importancia para su seguridad alimentaria" o para "el desarrollo rural" y "periodos de gracia adecuados para otros productos".

Para lograrlo, Pekín -que quiere hacer avanzar la Agenda del Desarrollo- está trabajando con otros miembros de reciente incorporación. "Esta cláusula es uno de sus principales objetivos en esta cumbre", asegura una fuente cercana al Ministerio de Comercio chino.

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Pekín, que se unió a la organización en diciembre de 2001, apoya de forma decidida a los países pobres por varias razones, según la misma fuente. "Por un lado, porque, en la OMC, para reforzar una posición, hay que formar grupos de países; en segundo lugar, porque ve la necesidad de poner fin a las distorsiones en agricultura, oponiéndose a Estados Unidos y la Unión Europea, y, en tercero, porque necesita proteger algunos productos locales, que son importantes para China, como los alimentos básicos", afirma.

El Gobierno asegura que el país ha hecho extraordinarias contribuciones al comercio mundial a pesar del poco tiempo que lleva en la OMC. Según Bo Xilai, los aranceles chinos a los productos agrícolas han caído del 54% al 15,3% desde su entrada en la organización, y los de los productos industriales del 42,9% al 9%. Se prevé que las importaciones de la tercera potencia comercial del mundo asciendan este año a 600.000 millones de dólares (unos 500.100 millones de euros), cuando en 2001 fueron de 240.000 millones, según Bo.

Pekín apoya la eliminación de todos los subsidios a la exportación en agricultura para el año 2010, la exención inmediata de aranceles y cuotas para los productos de los 49 países llamados menos desarrollados, y la flexibilidad para determinados productos y mecanismos de salvaguarda para los que están en vías de desarrollo, entre los cuales se encuentra China.

"China tiene unos intereses específicos, de país que acaba de acceder a la OMC, pero que son intereses legítimos, propios de quien ha negociado una rebaja arancelaria muy grande

", explica Celso Amorin, ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, en un intermedio entre reuniones.

El Gobierno de China -que cuenta con 740 millones de campesinos, de los que 200 millones viven con menos de 1 dólar al día- dejó bien claro antes de comenzar la cumbre que no haría nuevas concesiones en el sector de los servicios -incluidos finanzas y telecomunicaciones-, que estén más allá de los compromisos adquiridos con su entrada en la organización. "China considera que hizo muchas concesiones al incorporarse a la OMC, y no quiere adquirir nuevas obligaciones", afirma Toyonori Uemura, miembro de la delegación japonesa.

En una muestra de su compromiso con los países menos desarrollados, China ha aireado también en Hong Kong la decisión anunciada el pasado agosto de cancelar las deudas de 38 países pobres de Asia y África contraídas hasta finales de 2004, por un valor total de unos 1.700 millones de dólares.

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