_
_
_
_

Una serie de tapices del XVIII presenta al Quijote cortesano

El Museo de Santa Cruz de Toledo reúne los tejidos y dibujos encargados por Felipe V

Andrea Aguilar

El Quijote y los tapices fueron dos grandes pasiones del joven duque de Anjou, que reinó en España como Felipe V. La exposición Don Quijote: tapices españoles del siglo XVIII recupera la serie de obras que el monarca encargó a la Real Fábrica de Tapices, que él mismo fundó, sobre un hidalgo más cortesano. Cuatro obras tejidas en Francia y Bélgica, dibujos, grabados y diversas ediciones de la novela completan la exposición que se presenta en Toledo.

Felipe V escribió de niño una continuación del Quijote. En su versión, el hidalgo alcanzaba el norte de África. Este ejercicio escolar y un dibujo a carboncillo, presentados en una de las vitrinas de la exposición El Quijote: tapices españoles del siglo XVIII, dan cuenta del conocimiento que desde su infancia el monarca tuvo de la obra de Cervantes. Al alcanzar la corona y tras fundar la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara en 1722, el rey encargó dos años después una serie inspirada en las aventuras del caballero manchego para decorar su palacio de La Granja. "La exposición ha logrado reunir por primera vez 15 tapices de la serie tejida en Madrid", explicó la comisaria y conservadora de Patrimonio Nacional Concha Herrero el pasado miércoles en el Museo de Santa Cruz (Cervantes, 3) de Toledo.

La muestra, organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (www.seacex.com), la Junta de Castilla-La Mancha y la Empresa Pública Don Quijote 2005, es de acceso gratuito y está estructurada en dos bloques.

La nave del crucero del edificio presenta la serie española, producida entre 1722 y 1744. "Todos, excepto uno, están inspirados en la primera parte del Quijote. Son escenas aldeanas al aire libre. En aquella época, los tapices eran concebidos como una secuencia casi cinematográfica", explicó Herrero. Tejidos con seda y lana y tintados en la propia fábrica madrileña con ayuda de tintoreros, en ellos las escenas novelescas aparecen enmarcadas, al modo flamenco, con cenefas que recrean arquitecturas rodeadas de flores. Aunque en los propios tapices aparece escrito el título de las escenas, el montaje de la exposición incluye breves extractos de la novela que acompañan cada obra y ofrecen un contexto más amplio.

La exposición también descubre a través de planos, dibujos y acuarelas el trabajo que se llevaba a cabo en las fábricas de tapices y los telares. "Se tardaba seis meses en tejer un metro cuadrado. Los tapices se hacían frente a la luz, trabajaban por el reverso. El color en estas obras se crea a la vez que se van tejiendo", apuntó Herrero. La comisaria explicó que los cartonistas de esta serie de Felipe V eran en su mayoría italianos. Así, los molinos y el paisaje tejidos a partir de su trabajo resultan ajenos al campo manchego.

La nave central del edificio muestra cuatro ejemplos de manufacturas realizadas en la misma época en Francia y en los Países Bajos. Los tapices realizados por los Gobelinos, Beauvais, Leyniers, Reydams y Pieter van den Hecke estaban inspirados en la obra de Cervantes, que pronto alcanzó una amplia difusión. Los motivos quijotescos fascinaron a artistas de toda Europa. A diferencia de los tapices realizados en Madrid, muchas de las escenas de estos tapices fueron tomadas de la segunda parte de la novela. "En ellos se representan escenas en salones y espacios cerrados".

Tapiz <i>Manteo de Sancho (</i>1722-1746), de seda y lana.
Tapiz Manteo de Sancho (1722-1746), de seda y lana.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_