Pinilla cierra su trilogía sobre la historia del último siglo en Euskadi

Los recuerdos de la Guerra Civil abren Las cenizas del hierro (Tusquets), el tercer tomo de la trilogía Verdes valles, colinas rojas, la novela del escritor Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) que recorre la historia del País Vasco desde finales del siglo XIX a través de dos familias enfrentadas y que le ha servido para mostrar, utilizando los mitos, las contradicciones del nacionalismo. "El nacionalismo está enamorado de los orígenes", dice el escritor.

El pueblo de Getxo, a 15 kilómetros de Bilbao, es el marco en el que se desarrollan las 2.000 páginas de Verdes valles, colinas rojas. Allí, en la casa a la que fue a vivir hace casi cincuenta años para estar en contacto con la naturaleza, cerca del mar y lejos de la presión del consumo, quiso Pinilla presentar 'Las cenizas del hierro', el tercer tomo de Verdes valles, colinas rojas, un proyecto al que ha dedicado más de 20 años.

Pinilla concibió Verdes valles, colinas rojas como una novela única, de más de 2.000 páginas, que se ha publicado dividida en tres tomos. El primer volumen, La tierra convulsa, editado a finales de 2004, mereció el Premio Euskadi de Literatura. Con la segunda entrega, Los cuerpos desnudos, la narración llegó hasta la Guerra Civil. Con el tercer tomo, Las cenizas del hierro, se cierra una novela "de personajes, no de ideas", según su autor, que quiere mostrar el choque "entre las ideas modernas y la tradición".

La novela de Pinilla recoge mitos nacionalistas e inventa otros llevando las historias hasta extremos que entran en el ridículo, como la historia de un trozo enorme de madera que aparece en la playa y acaba convertido en la barra de una taberna en la creencia de que procede del altar original de la basílica de San Pedro. "El nacionalismo es una fe que cierra las puertas a la razón. El nacionalista vive en una contradicción y es insolidario", señala. "El nacionalismo está enamorado de los orígenes. Reconoce que sus mitos no pueden ser verdad, pero desea que lo sean". Pinilla cree, sin embargo, que nadie puede sentirse ofendido por el libro porque no insulta a nadie. "Hay que ser comprensivo y acercarse al otro", defiende.

La historia avanza por la segunda mitad del siglo XX a partir de los recuerdos de un personaje sobre la Guerra Civil. "He querido contar cómo actuó el nacionalismo, cómo el apoyo a la República estuvo en entredicho", explica. "Decían 'esa guerra no es nuestra', y era verdad. Su guerra es la patria". Pinilla lamenta que la gente desconozca el pacto de Santoña, el Gobierno vasco negoció la rendición de sus batallones, el origen de las grandes fortunas del País Vasco, o la forma en la que la gente se acomodó al franquismo. "Ya sé que no sirve de nada, pero hay que decir lo que pasó", asegura. El transcurrir de la novela llega a los años del nacimiento de ETA. El primer atentado de la banda terrorista, en 1968, es transformado en el asesinato de un alcalde de Getxo. El etarra huye hasta caer asesinado en la playa en la que jugaba de niño. "He querido decir que la patria era su infancia y no un país", concluye.