Estados Unidos logra retener la tutela sobre el gobierno técnico de Internet
La cumbre de Túnez sobre la sociedad digital abre un foro para discutir el futuro de la Red
La cumbre de Túnez sobre la sociedad digital, que reúne a 170 países, se abrió ayer con uno de los temas pendientes resuelto, por el momento. Varios países querían quitar a Estados Unidos la tutela que ejerce sobre la gestión técnica de Internet y atribuirla a un organismo multilateral. El acuerdo de Túnez, alcanzado en la vigilia de la cumbre, mantiene el gobierno técnico en manos de la sociedad ICANN, pero encarga a la ONU abrir un foro de debate antes de que termine este año para estudiar las políticas sobre Internet y mejorar la presencia de los otros estados en el gobierno del mismo.
Las delegaciones de los distintos países habían llegado a Túnez con tres posturas tan claras como distintas sobre el futuro del gobierno técnico de la Red. Actualmente, éste se halla en manos de un organismo privado sin ánimo de lucro, la ICANN, sometido a las leyes californianas y bajo tutela del departamento de Comercio estadounidense. Éste le cedió la tarea que, por razones históricas, ejercía el Gobierno estadounidense. La ICANN se responsabiliza del único aspecto técnico de Internet que precisa de una autoridad ejecutiva única: la administración de los dominios y direcciones en Internet. EE UU quería mantener la situación actual; China, Brasil o India proponían rescatar la gestión y darla a un organismo internacional no sometido al derecho estadounidense y con presencia ejecutiva del resto de gobiernos.
La UE defendía mantener la estructura técnica de ICANN, pero crear un espacio de intervención para el resto de gobiernos.
El acuerdo final contenta a Estados Unidos porque ICANN mantiene todas sus competencias, pero abre un foro multilateral que, en cinco años, ha de resolver consensuadamente el papel de los otros estados en esta materia y su influencia sobre ICANN.
El texto del acuerdo reconoce la gestión de ICANN, sin citarla, en el mantenimiento de un Internet robusto y dinámico. "Estamos convencidos de que se necesita iniciar un proceso transparente, democrático y multilateral, con la participación de gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. (...) Un proceso con el objetivo de crear un marco o mecanismos" que favorezcan las sinergias, añade. Los países más críticos con ICANN reclamaban que el gobierno de Internet debería regular, además, aspectos como la seguridad u otros más políticos. Dado que algunos gobiernos que sostienen esta postura no son democráticos, esta ambición había despertado lógicas sospechas en los foros de la Red.
El acuerdo abre esta discusión sobre la política a realizar en Internet, pero, al mismo tiempo, uno de sus artículos recuerda que cualquier decisión en este terreno debe respetar la declaración de la primera cumbre que sobre la Sociedad de la Información se celebró en Ginebra en 2003 y que se sustenta en los derechos humanos.
Aunque en la ICANN están representadas personas y entidades de otros países, sus decisiones deben tener el beneplácito de Washington. El Gobierno estadounidense nunca ha puesto objeciones rotundas a ninguna decisión de ICANN, pero el mero hecho de que supervise decisiones técnicas sobre dominios [el apellido que sirve para identificar las direcciones] nacionales, como el .es español, es una fuente de irritación por parte del resto de gobiernos. ICANN tiene plena competencia sobre dominios no territoriales como .org o .com y supervisa las decisiones técnicas de los dominios nacionales, como .es. El acuerdo hace una mención a que terceros países no pueden interferir en las decisiones que un Gobierno tome sobre el dominio nacional, pero no reduce la supervisión de ICANN.
El español Amadeu Abril, ex miembro del Consejo de Administración de ICANN, manifestó ayer a este diario que el acuerdo no modifica nada. "El debate no estaba tanto en quién debe hacer las cosas técnicas de Internet como en quién tiene derecho a supervisar la actuación de ICANN". Hasta ahora, esta supervisión recae en EE UU. "Lo que hace el acuerdo es institucionalizar un foro donde debatir multilateralmente este aspecto".
El embajador norteamericano en la cumbre, David Gross, manifestó su satisfacción porque "no hay nada nuevo en este documento". El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dejó claro que la ONU "no tiene interés en controlar Internet. El día a día debe estar en manos de instituciones técnicas, no políticas". Precisamente, el organismo dependiente de la ONU encargado de organizar la cumbre, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), era uno de los candidatos a sustituir a ICANN que postulaban algunos países. Un portavoz de la Unión Europea recordó que defendía la internacionalización de la gestión de Internet y que el acuerdo obliga, "a largo plazo", a negociar entre todos el futuro y el gobierno de la Red. La UE ha sido el desencadenante del acuerdo.
El ministro de Industria, José Montilla, defendió en la cumbre un sistema multilateral sin caer en el intervencionismo gubernamental para gestionar la Red. Montilla aplaudió la creación del foro y la instauración del Día Mundial de Internet, el 17 de mayo.
La factura digital
El segundo tema de esta cumbre es el Fondo de Solidaridad para ayudar al desarrollo digital de los países pobres. Fue creado a iniciativa del presidente de Senegal con la coautoría de la República Dominicana y Nigeria. El fondo dispone de menos de seis millones de dólares [5,13 millones de euros].
Los países industrializados se oponen a un pacto que obligue a dotarlo económicamente, y sostienen que debe acudirse a los fondos de ayuda al desarrollo ya existentes. De momento, las aportaciones al fondo son voluntarias.
Un indicio de la distinta expectación que levanta la cumbre es que mientras varios jefes de Estado africanos y asiáticos han acudido, muchos líderes occidentales han delegado en ministros.
El inicio de la cumbre estuvo marcado por estadísticas que ilustran la brecha digital. Según un estudio de Alcatel, España ocupa el lugar 29º en la clasificación de inclusión digital que contempla datos como el número de teléfonos, de internautas y el acceso a banda ancha. Es una posición similar a la de Estonia y Malta. Los países nórdicos encabezan el cuadro.
Varias organizaciones civiles criticaron que la ONU hubiera elegido a Túnez como sede. Human Rights Watch considera que ello da una máscara democrática a un gobierno que tiene bloqueados el acceso a 182 sitios de Internet y que persigue la disidencia interna que se manifiesta en la Red.
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