Intelectuales e instituciones apoyan el legado oral gallego-portugués como patrimonio de la humanidad
La iniciativa para que la tradición oral gallego-portuguesa sea declarada obra maestra de la humanidad ha sumado al respaldo institucional el apoyo de un grupo de intelectuales y artistas; entre ellos, los escritores José Saramago y Nélida Piñon, y Federico Mayor Zaragoza, ex secretario general de la Unesco. Ese organismo decidirá el próximo día 25 sobre la candidatura que hace cuatro años puso en marcha la asociación Ponte nas Ondas, promovida por escuelas de Galicia y Portugal, que persigue el reconocimiento a la literatura oral, la cultura marítima y las manifestaciones lúdicas comunes a las dos riberas del Miño, con una raíz lingüística común.
La candidatura se lanzó hace cuatro años y está avalada por los Gobiernos de los dos países. Con la declaración de obra maestra de la humanidad, la Unesco pretende contribuir a la conservación del saber y la cultura tradicionales, desde la perspectiva de que, en algunos casos, se hallan tan amenazados como el patrimonio material o natural.
Tras algunas resistencias iniciales, el Gobierno decidió apoyar la iniciativa conjuntamente con Portugal, en una candidatura llamada multinacional y al margen de la estrictamente española, la de la fiesta del Patum de Berga (Barcelona). España, junto a México, Cuba y Marruecos, también respalda otra propuesta ante la Unesco, la de las tradiciones flamencas.
Las tradiciones orales gallego-portuguesas. Simbología y apropiación del medio natural es el título de la candidatura de la asociación Ponte nas Ondas, que, a falta de 11 días para que la Unesco decida los reconocimientos, ha obtenido la adhesión de escritores como José Saramago, Nélida Piñon, Vasco Graça Moura, Mario Cláudio, Manuel Rivas y Suso de Toro; el músico Manu Chao, o los periodistas Ramón Chao e Ignacio Ramonet, además de Mayor Zaragoza. El Gobierno gallego también está desplegando una intensa actividad en apoyo a la candidatura.
Los escritores y artistas se han adherido al manifiesto que presenta la iniciativa como solicitud de reconocimiento a "una rica literatura de tradición oral, la cultura marítima que mantuvo los vínculos entre ambas comunidades, el espíritu comunitario presente en las actividades agrícolas tradicionales y las variadas expresiones lúdicas, festivas y de ocio". "Todos estos ámbitos", dice el manifiesto, "engloban una cultura común que cumple las condiciones establecidas por la Unesco: ser una cultura aún viva pero en peligro de desaparición y enraizada en una tradición con manifestaciones de excelencia".
Los promotores de la candidatura proclaman que el reconocimiento contribuiría al desarrollo y la "dignificación" de las comunidades, y destacan que el "centro de su proyecto" son los niños, para inculcarles "estima por su patrimonio cultural" y curiosidad por sus vecinos del otro lado de la frontera. "El hecho de ser un Finisterrae poco comunicado hizo que aquí durasen más tiempo los ciclos históricos, que la historia se viviese aquí a cámara lenta", resalta la declaración presentada ante la Unesco.
Babelia
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