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Maragall reestructura su Gobierno sin mover a ninguno de los consejeros

El presidente catalán se limita a crear cuatro grandes áreas ante la presión del PSC, ERC e ICV

Pasqual Maragall se rindió ayer a la evidencia y, ante la presión de los partidos que le sustentan en la presidencia de la Generalitat, renunció a una remodelación del Gobierno catalán de la envergadura que tenía en mente. No habrá cambios al frente de los departamentos. Maragall confirmó "indefinidamente" a sus consejeros. Tampoco habrá un adelgazamiento de la estructura gubernamental. El presidente tan sólo dividirá el Ejecutivo en cuatro macroáreas de actuación: política, económica, territorial y social, cuya dirección se han repartido socialistas, republicanos e Iniciativa per Catalunya.

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Reforma de la reforma

La renuncia de Maragall a hacer reformas a fondo en su Ejecutivo trascendió a media mañana en un acto del presidente con su Gobierno en pleno, el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, y los dirigentes de la oposición, el convergente Artur Mas y el popular Josep Piqué. Además de confirmar la "confianza" en todos y cada uno de sus 16 consejeros, Maragall anunció que les ratifica en el cargo de forma "indefinida".

Un comunicado posterior de la Presidencia de la Generalitat informaba de que el reajuste gubernamental se limitará a la creación de cuatro macroáreas, que tendrán un funcionamiento parecido a las comisiones delegadas del Ejecutivo central. Por ellas pasarán las cuestiones de carácter técnico y del día a día del Gobierno, lo que permitirá reservar la reunión quincenal del Ejecutivo a los temas de mayor calado político. Según el primer consejero, Josep Bargalló, todo ello deberá servir para "dar un nuevo impulso, reforzar y agilizar el debate político y la toma de decisiones".

Esta reestructuración permitirá dar mayor proyección pública a los consejeros clave del Ejecutivo catalán, que dirigirán cada una de las comisiones. El área política estará bajo el control de Joan Saura, consejero de Relaciones Institucionales y líder de Iniciativa per Catalunya; la de Economía estará dirigida por el socialista Antoni Castells. Otro consejero del PSC, Joaquim Nadal, estará al frente de la comisión de Gobierno y Territorio.

Equilibrio de poderes

Más complicada fue la elección del responsable de la comisión de Política Social, un área que Esquerra Republicana reclamaba para uno de sus consejeros y Pasqual Maragall quería para la socialista Marina Geli, titular del Departamento de Salud. La solución fue salomónica: Geli se turnará al frente de esta comisión con la republicana Marta Cid, consejera de Educación.

Esquerra, sin embargo, estará bien representada en la nueva organización, puesto que la presidencia formal de cada una de estas comisiones recaerá sobre el primer consejero, el republicano Josep Bargalló. Quien pierde poder en la nueva estructura es Ernest Maragall, secretario del Gobierno y hermano del presidente, cuyo nombre había barajado el jefe del Ejecutivo catalán para colocarle al frente del departamento de Universidades.

Este no es el único cambio que topa contra la voluntad de Maragall. El presidente catalán insistió hasta el último momento en cambiar hasta cinco consejeros de su Ejecutivo. Así volvió a plantearlo en la reunión que mantuvo la noche del lunes con los dirigentes de los tres partidos que apoyan a su Gobierno: el socialista José Montilla, el republicano Josep Lluís Carod y el ecosocialista Joan Saura. La negativa en bloque que recibió de todos ellos obligó a Maragall a dar marcha atrás en su intentona de reformar a fondo el Ejecutivo, que ha venido anunciando en los últimos diez días pese a las voces en contra.

El tripartito ha conseguido en este pulso una doble victoria. Por una parte, ha abortado el reajuste gubernamental y, por otra, forzará a Maragall a introducir cambios en su equipo de colaboradores. El PSC, Esquerra e Iniciativa acusan al entorno presidencial de haber gestionado pésimamente la crisis abierta por el presidente catalán. Ayer, el primer consejero, Josep Bargalló, volvió a reconocer los "problemas de comunicación" que sufre el Gobierno y anunció que también es intención del presidente "dar un nuevo impulso a esta área". No dio detalles sobre el alcance de esta operación ni cuándo se producirá.

En cualquier caso, con los cambios de ayer, Bargalló y los miembros del tripartito dieron por cerrada esta crisis, una de las más graves que ha vivido el Gobierno catalán y de la que su presidente no ha salido indemne.

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