La UE alerta de que 30.000 africanos esperan en Marruecos y Argelia para saltar a España
Los subsaharianos buscan una oportunidad para entrar en Europa a través de Ceuta y Melilla
Alrededor de 30.000 emigrantes africanos, acuciados por la miseria y la desesperación, de la que se aprovechan mafias especializadas en tráfico de personas, esperan en Argelia y Marruecos una oportunidad para dar el salto a Ceuta y Melilla, según informó ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, a los ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea (UE). La cifra es sólo la punta del iceberg, porque la expectativa es que la presión migratoria sobre Marruecos y Europa siga creciendo en los próximos años.
A la vista de los datos, la UE se comprometió ayer a ayudar a España y Marruecos para hacer frente a la crisis, y ofreció apoyo político para que el fenómeno sea un tema constante en la relaciones de la UE con África. No hubo decisiones de peso -sólo algunas medidas a corto plazo- ni ofertas concretas de la ayuda financiera que reclama Marruecos.
"La Unión Europea ha tomado conciencia del problema", indicó el ministro de Justicia español, Juan Fernando López Aguilar, al dar cuenta de la comparencia de Frattini ante el consejo de Justicia e Interior, celebrado en Luxemburgo. Frattini adelantó a los ministros de los Veinticinco algunos de los datos recogidos por la misión técnica que de viernes a lunes visitó la región.
"Hay unos 20.000 emigrantes esperando en Argelia dispuestos a entrar en Marruecos para dirigirse a Ceuta y Melilla, y otros 10.000 ya esperando en Marruecos", destacó el vicepresidente del Ejecutivo europeo. "Esto es una clara indicación de la creciente presión migratoria sobre Marruecos y Europa", prosiguió. "No hay señales de que esta alta presión vaya a reducirse a corto plazo. Al contrario, la expectativa es que siga creciendo en los próximos años", subrayó.
El fenómeno ha cogido por sorpresa a las autoridades españolas y marroquíes, según las informaciones recibidas por Frattini y transmitidas ayer a los ministros. "Las autoridades españolas habían registrado una caída del 40% en la inmigración ilegal hasta agosto con respecto a las cifras del año anterior. La tendencia se rompió en septiembre", dijo. Debido a la colaboración entre Madrid y Rabat y al empleo de sistema de vigilancia marina en el Estrecho, "el número de inmigrantes que han llegado a Canarias en barco se ha reducido en un 50% con respecto al año pasado", agregó. Una fuente de la Comisión señaló que ese éxito en la contención desvió la presión hacia tierra y hacia el norte. Ceuta y Melilla se han convertido en las únicas vías de acceso a Europa de gentes desesperadas, perseguidas por el hambre, la sequía y los efectos de la guerra.
Para Frattini el corolario está claro. "Es el momento de ayudar a España y a Marruecos a resolver la situación", declaró en conferencia de prensa. Frattini valoró el gran esfuerzo de España y la buena disposición de Marruecos a colaborar. La situación es crítica y no es el momento de restregar a nadie la situación de los emigrantes capturados y trasladados al desierto en condiciones inhumanas. "No podemos forzar a cooperar a Marruecos si no quiere", reconoció una fuente comunitaria. "No vamos a cooperar con Marruecos contra Marruecos".
Bruselas ayudará a que España colabore con Marruecos en la preparación de policías de fronteras y enviará expertos de la recién formada Agencia de Fronteras Exteriores para que asesoren a los marroquíes en el control de las suyas en el sur y en el este. También saldrán de Bruselas los 40 millones prometidos hace dos años a Marruecos para potenciar el control fronterizo, cantidad que Rabat ha calificado de chocolate del loro. No habrá más ayuda a corto plazo, y tampoco mucho más en el medio, porque las estimaciones de la Comisión hablan de entre 15 y 20 millones adicionalmente disponibles en 2006 para Marruecos.
Una pieza clave de toda la arquitectura defensiva que están construyendo la UE y Marruecos será el acuerdo que la Comisión confía en concretar con Rabat antes de fin de año para la readmisión de los llegados a Europa vía Marruecos.
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