Tres centros tecnológicos potenciarán la industria agroalimentaria catalana

Monells (Baix Empordà), Lleida y Reus (Baix Camp) están desde ayer un poco más conectadas, al menos por lo que a su sector agroalimentario se refiere. El Gobierno catalán firmó un acuerdo con los ayuntamientos y las universidades de estas localidades por el que sus centros tecnológicos, todavía en fase de construcción, potenciarán el uso de la "biotecnología en la investigación alimentaria", explicó el director del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (Cidem), Agustí Segarra.

El acuerdo, bautizado como "el anillo de la Agroindustria", establece que en adelante los tres centros se especializarán en desarrollar tecnologías aplicables a los diferentes pasos que componen el proceso alimentario. El centro de Girona, por ejemplo, se dedicará a desarrollar productos elaborados; el de Lleida se hará cargo de los recursos y los productos frescos, y el centro tecnológico de Reus, de todo lo relacionado con la salud y la nutrición. Por ello, mediante la colaboración de estos parques tecnológicos, "Cataluña se convertirá en uno de los polos biotecnológicos de Europa", afirmó el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

Con esta iniciativa, Cataluña impulsa un sector que en 2004 facturó 17.800 millones de euros, lo que representa el 15% del total de la industria de la comunidad. El acuerdo responde a la necesidad de "fomentar actividades relacionadas con la investigación y el desarrollo (I+D) en aquellos sectores altamente productivos" y que muestran un "elevado potencial de crecimiento", según el texto del pacto.

En palabras de Maragall, "la agroindustria es el sector más importante de la economía catalana, junto con el turismo y las nuevas tecnologías". A juicio de Segarra, la puesta en marcha de este anillo tecnológico no sólo garantizará "el incremento de la competitividad de este sector", sino de toda Cataluña.

Área metropolitana

En opinión de uno de los alcaldes implicados, el leridano Àngel Ros, el acuerdo permite que la investigación tecnológica "se expanda más allá del área metropolitana de Barcelona". A su juicio, la competitividad ya no reside en la "productividad", sino en "la calidad y la innovación". Por ello, debido a la "complementariedad de los tres centros", el sector agroalimentario catalán va a dar un salto cualitativo muy beneficioso, que repercutirá positivamente en el conjunto de la economía catalana, apuntó el alcalde.

Para que este acuerdo de colaboración se hiciera realidad fue necesaria la firma, además de la de Maragall, del consejero de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé; la titular de Salud, Marina Geli; el de Agricultura, Ganadería y Pesca, Antoni Siurana, y el de Universidades e Investigación, Carles Solà. Además, suscribieron el pacto la alcaldesa de Girona, Anna Pagans; el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y el de Reus, Lluís Miquel Pérez, entre otras personalidades relacionadas con el acuerdo, como los rectores de las universidades de dichas ciudades.