_
_
_
_
Entrevista:Martin Amis | Escritor

"No sé qué puede hacer reír a Bin Laden"

Jorge Marirrodriga

Provocador y enemigo acérrimo de la corrección política, Martin Amis (Oxford, Reino Unido, 1949) opina que el humor es una de las diferencias fundamentales entre la civilización occidental y el Islam. En su última obra, Perro callejero (Anagrama), que acaba de ser publicada en España, Amis cuenta la historia de un hombre aparentemente feliz convertido, merced a una brutal paliza, en un ser extraño para el sistema moral imperante. Nuevamente personajes al límite -o fuera de él- y situaciones poco convencionales pueblan la creación del autor de Tren nocturno, Niños muertos o Koba el terrible. Preocupado por la situación creada en el mundo tras el 11-S y detractor del multiculturalismo, Amis advierte desde su residencia en Punta del Este (Uruguay) que al final el terrorismo islámico puede vencer precisamente porque va unido al aburrimiento que provoca la falta de libertad en las sociedades amenazadas.

"El aburrimiento y el terror van juntos. ¿Ha notado cuánto aburrimiento hay ahora que el terror está cada vez más presente?"
"Los que perpetraron los atentados del 11-S lo hicieron pensando que iban a dominar la historia del mundo por siglos"

Pregunta. En Perro callejero hay tres personajes principales: un actor con problemas, un periodista que ejerce de manera poco limpia su profesión y un rey de Inglaterra que se enfrenta a un escándalo sexual. ¿Realmente se considera usted un escritor de ficción?

Respuesta. Sí, Perro callejero es ficción. ¿Quiere saber si tiene algo autobiográfico? Bueno, he conocido periodistas y al periodismo desde su interior y coincidí en dos cenas con el príncipe Carlos, en donde el grupo de gente era muy reducido y entonces hablamos un poco. El personaje principal, Sam, es una especie de escritor que trabaja como actor. Pero todo esto es bastante ajeno a mi vida. No considero que el relato sea muy realista, es la construcción de un mundo.

P. Usted define Perro callejero como "una comedia pos-11-S", ¿Qué es una comedia pos-11-S?

R. Creo que después del 11-S, todo el mundo pero particularmente los escritores -y de una forma muy peculiar-, sentimos que algo se había perdido, algo en lo que siempre hemos creído ya no estaba. Por eso muchos escritores, incluyéndome a mí, escribimos acerca del 11-S, porque era lo único que podíamos pensar. Pero luego fue transcurriendo el tiempo y uno siente en su espíritu que lentamente se va superando el recuerdo. Y quise decir algo más. Una de las cosas que pensé, pasados los ataques, fue en el humor. Por ejemplo, pensaba que no sé qué es lo que puede hacer reír a Osama Bin Laden. No puedo imaginármelo. El Islam es una fuerza tremendamente poco feliz, anticómica, severa, y al enfrentarme a esta severidad, quise observar y resaltar los valores de la civilización, y, especialmente, los valores de la ironía y del humor. Estoy escribiendo un libro acerca de una historia política relacionada con el 11-S. Comencé otra pero la tuve que abandonar porque era completamente ofensiva hacia el Islam. Me sucedió algo que nunca me había sucedido antes: encontré un obstáculo a mi libertad.

P. Entonces, ¿la literatura es otra víctima del 11-S?

R. Algo hemos aprendido del 11-S y es que lo que uno escribe puede suceder. Esto te inhibe a la hora de escribir, es un sentimiento que te deja muy preocupado. Uno de los temas que queda implícito en estas historias del 11-S es que el aburrimiento y el terror van juntos. Esto suena gracioso pero no lo es. ¿Ha notado cuánto aburrimiento hay ahora que el terror está cada vez más presente? Si uno le pregunta a un inglés porque decide mudarse de Londres, no es porque esté cansado de tener custodia en sus hogares y en las calles constantemente. No es el terror lo que nos provoca irnos, sino el aburrimiento que genera este terror. Aburrimiento expresado en términos de pérdida de la libertad. Ya no se puede caminar libremente por las calles.

P. Usted ha dicho que el terrorismo islámico se debe a "una crisis de testosterona". ¿Lo mantiene?

R. Mi tema siempre fue la masculinidad y lo que ello significa. Y trato de definir lo que considero que es una nueva forma de masculinidad, un código de reglas nuevo. La rabia del islamismo tiene mucho que ver con la impotencia política. Todos esos países son extremadamente débiles y lo han sido durante siglos. Esta rabia e impotencia han cristalizado en esta deformidad ideológica actual, de manera que la recompensa, la ilusión más prometedora, el camino al paraíso lleno de huríes vírgenes, implica estar dispuesto a perder la vida y en ese camino acabar con la vida de personas inocentes también. Yo llamo a esto horrorismo y no terrorismo. El odio de los varones islámicos se produce al observar el lugar que tienen las mujeres en Occidente. Esto es lo que les ofende. Ver mujeres conduciendo un coche realmente les duele. Y hay que tener mucha imaginación para comprender que alguien pueda sentirse herido al ver una mujer al volante, algo que es completamente normal en nuestra cultura. Otra vez, por desafortunado que sea, el multiculturalismo no nos permite tener una noción certera de lo que sucede.

P. Pero los atentados de Londres no fueron perpetrados por personas de esos países sino por jóvenes nacidos y educados en Inglaterra. ¿Cómo lo explica?

R. Creo que matar ha dejado de ser un secreto cuidadosamente guardado. Hay quienes encuentran placer en matar, y en tratar de influir en el curso de la historia. Quienes perpetraron los ataques del 11-S lo hicieron pensando que iban a dominar la historia del mundo por siglos, generando el terror que iba a provocar más y más muertes y un ciclo de violencia como consecuencia del atentado. Ellos podían matar a miles pero iba a haber muchas más muertes después. De hecho, dos guerras se iniciaron como consecuencia de los atentados del 11-S. Es un círculo vicioso, la violencia codicia más violencia. Lamentablemente las tragedias definen la historia mundial.

P. Tomando como ejemplo lo sucedido en Nueva Orleans, la naturaleza, ¿no le recuerda a veces al ser humano que no es el único en intervenir en la historia?

R. Muchas veces la naturaleza interviene en momentos tan sensibles, como en este caso, en que se está desviando la atención pública de la guerra en Irak a lo que sucede en EE UU. La realidad es que habrá otro huracán similar y los temporales son cada vez más fuertes y más frecuentes, y esto tiene que ver con el recaliento global. Se debe controlar la emisión de gases tóxicos. El huracán fue una terrible humillación internacional para EE UU. Inclusive Cuba e Irán han ofrecido su ayuda, ¡Cuba! ¡Debían estar riéndose a carcajadas mientras la ofrecían!

P. ¿Piensa que se ha perdido el sentido de la historia y esto aumenta la incomprensión de la realidad?

R. Eso es muy correcto. La memoria de la historia es cada vez más corta y parece que vivimos un presente permanente, un sueño. Piense lo que sería analizar el presente actual sin saber nada del pasado, ¡uno quedaría completamente desesperanzado! A mí me daría mucho miedo que se borre una parte de la historia tal como la conozco, porque no me situaría en donde estoy y no tendría idea de lo que está sucediendo.

Los atentados del 11-S llevaron al escritor británico Martin Amis a la reflexión de que el humor es una de las diferencias fundamentales entre la civilización occidental y el islam. Amis, que acaba de publicar en España su última novela, Perro callejero, a la que define de "comedia pos-11-S", asegura que el aburrimiento y el terror van juntos.

Un aburrimiento expresado en términos de pérdida de libertad.

Martin Amis, en Punta del Este (Uruguay).
Martin Amis, en Punta del Este (Uruguay).DARÍO BERMAN

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_