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Una nueva técnica permite detectar en la sangre el agente de las 'vacas locas'

Dos españoles en Tejas dan el primer paso para evitar el contagio por transfusiones

Dos científicos españoles que trabajan en Tejas en el equipo del chileno Claudio Soto han demostrado que es posible detectar en la sangre los priones, las proteínas infecciosas que están detrás del mal de las vacas locas y de su variante en humanos. Si el método demuestra utilidad en los animales y en las personas, se convertirá en una herramienta muy útil de diagnóstico y permitirá garantizar la seguridad de la sangre para transfusiones, una vía de contagio que se añade al consumo de carne de vacuno infectado. En España se confirmó en julio el primer fallecimiento por esta variante.

Los priones son la causa de encefalopatías mortales al acumularse sobre todo en el cerebro. Son enfermedades raras, conocidas desde hace mucho tiempo, pero la alarma sobre una posible epidemia surgió cuando se constató la existencia de una nueva variante debida al mismo agente de las vacas locas. En la nueva investigación lo importante es la técnica, imaginada por Soto, en la que trabajan junto a él en la Universidad de Tejas los científicos españoles Paula Saa y Joaquín Castilla. Permite amplificar las pequeñísimas cantidades de priones para poder detectarlos. Es paralela conceptualmente a la famosa PCR, el método de amplificación utilizado en biología molecular, pero todavía está en su infancia y es complicada. Por eso, Castilla señala, en conversación telefónica desde su laboratorio, que queda camino por recorrer.

Los experimentos, que prueban por primera vez que es posible detectar los priones en la sangre, se han hecho sobre hámsteres y se publican en la revista Nature Medicine del mes de setiembre. Ahora el equipo trabaja en la detección de los priones en los animales que sufren este tipo de enfermedades, como las ovejas, las vacas y los ciervos y también en las personas. "No estamos seguros de si en todas las enfermedades priónicas aparece en la sangre el prión, aunque lo lógico es que sí cuando se trate de contaminación por vía oral", comenta Castilla. "Lo que sí se sabe es que si se encuentran priones en la sangre hay enfermedad, pero puede no haber en sangre y estar enfermo el animal o la persona".

La técnica ya se ha utilizado para una nueva demostración de lo más importante y enigmático de estas enfermedades: que los priones, a pesar de ser proteínas, son infecciosos. "Nos basamos en que un prión malo [la versión mal plegada y causante de la enfermedad] en un entorno de proteínas iguales a él pero normales tiene la capacidad de transformarlas, pero no sabemos cómo", dice Castilla. "Los priones tienen tendencia a agregarse, así que probablemente se transformen en el proceso de agregación".

La vida

Este investigador, que dejó España en 2003, dice que no le cabe ya duda alguna de que el prión es un agente infeccioso, aunque es casi seguro que haya otras proteínas implicadas en aspectos como la barrera entre especies. Por ejemplo, la enfermedad priónica en la oveja no se contagia al ser humano y tampoco la del ciervo, de los cuales está infectado un 15% en Estados Unidos. Lo que no tiene tan claro Castilla es que sea un agente vivo: "Si la vida sólo implica replicación pues sí, pero yo creo que implica algo más", resume.

Todavía existen dudas sobre la eficacia de la técnica, denominada PMCA, dudas que el equipo de Soto quiere despejar cuanto antes facilitando su utilización sin renunciar a seguir liderando el área. Uno de los aspectos en los que están trabajando es el de la detección de priones en la sangre humana destinada a transfusiones. Ya se han descrito dos casos de contagio por transfusiones en la literatura científica internacional. Esta causa ha quedado prácticamente descartada en el caso mortal de la variante humana de la enfermedad de las vacas locas detectado recientemente en España, y es muy poco probable que circule sangre infectada, pero el hecho es que no se puede asegurar al 100% la seguridad de los productos sanguíneos. Los derivados de la sangre se filtran actualmente por diversos métodos para minimizar el riesgo pero ningún experimento ha demostrado que se eliminan los priones al 100%, explica el investigador español. Además, como cualquier parte de la sangre tiene infectividad potencial, en la separación de los productos sanguíneos no se gana nada.

Claudio Soto, Paula Saa y Joaquín Castilla, de izquierda a derecha, en su laboratorio.
Claudio Soto, Paula Saa y Joaquín Castilla, de izquierda a derecha, en su laboratorio.UNIVERSIDAD DE TEJAS

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