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LA RETIRADA DE GAZA

La sucesión de secuestros muestra la fragilidad del presidente palestino

Hombres armados capturan a un técnico de una televisión francesa

El secuestro del técnico de televisión francés Mohamed Ouathi por hombres armados el domingo en la ciudad de Gaza pone de manifiesto que las fuerzas de seguridad palestinas están lejos de poder garantizar la seguridad en la franja. A juicio de varios expertos, el rapto también revela que las facciones de Al Fatah opuestas a Mahmud Abbas tratan de desprestigiar al presidente palestino en una etapa trascendental para el devenir palestino.

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El pasado 8 de agosto, tras el secuestro y rápida liberación de dos trabajadores de Naciones Unidas en Jan Yunis, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, aseguró que este tipo de rapto daña seriamente la credibilidad del proyecto nacional palestino. Prometió entonces severos castigos para quienes perpetren este tipo de delito.

El secuestro de Mohamed Ouathi, técnico de sonido de la cadena de televisión France 3 capturado a las 22.30 de anteayer, tras abandonar la terraza del hotel Beach después de cenar, supone un desafío para Abbas, que, tras el altercado de Jan Yunis, dio instrucciones para "proteger a los turistas, trabajadores y periodistas extranjeros". "Los secuestradores dejaron a tres periodistas franceses y se llevaron al de origen argelino", manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Información, Tawfik Abu Jusa. Y añadió: "El rapto de extranjeros lesiona la causa de nuestro pueblo, que se prepara para celebrar la retirada israelí de Gaza".

Ashraf Ayrami, alto funcionario que forma parte del organismo que supervisa la evacuación de los colonos y la retirada militar israelí de Gaza, apuntaba ayer -aunque con cautela, ya que el rapto no ha sido reivindicado- a alguna de las facciones de Al Fatah como responsable del secuestro de Ouathi, que se prolonga más de lo habitual en este tipo de incidentes, relativamente frecuentes en los territorios palestinos y solucionados siempre con celeridad.

Los diferentes grupos de Al Fatah, partido que preside Abbas y cuyo secretario general es Faruk Kadumi, veterano dirigente residente en Túnez e indisimulado rival del presidente de la ANP, están algo más que a la greña desde hace años. "Al Fatah ya no es una organización unida. No podemos confiar en lo que harán las diferentes facciones. La ANP asegura que va a controlar los desmanes en el partido, pero tengo dudas de que pueda lograrlo", indicó Ayrami en su recién estrenado despacho de Gaza.

Este funcionario afirmó que "en el Comité Central de Al Fatah hay enormes disputas", que se traducen en trifulcas a tiros en restaurantes, en invasiones de hombres armados en el Parlamento para reclamar puestos de trabajo, y en secuestros. ¿Y por qué esas profundas divisiones entre los dirigentes de Al Fatah, que disponen de milicias armadas a su servicio? Ayrami no dudó: "Se debe únicamente a intereses personales. Es sólo una pugna por los cargos públicos, por conseguir prebendas para los partidarios de cada clan. Lo que sucede es que estos problemas se pueden solucionar rápidamente porque es únicamente cuestión de dinero".

Faruk Kadumi, Hani al Hasan, Shahar Habash y Musa Arafat, hermano del fallecido Yasir Arafat, son quienes con más fiereza luchan contra el primer mandatario, Mahmud Abbas, y su más estrecho colaborador, el ministro de Asuntos Civiles, Mohamed Dahlan. "También algunos generales y jefes de cuerpos de seguridad se enfrentan a Abbas porque han sido destituidos de sus cargos", agrega Ayrami.

Lo que nadie duda es que los movimientos fundamentalistas, Hamás y Yihad Islámica, nada tienen que ver con los secuestros. Minutos después de que el Ejército de Israel cerrara la barrera que da acceso a los asentamientos en Gaza, en la medianoche del domingo, los activistas de Yihad comenzaron a recorrer las calles de Gaza y de los campos de refugiados clamando victoria por la evacuación. Como es habitual, celebraron el acontecimiento con desfiles militares, en las mezquitas, lanzando consignas desde megáfonos, y colgando pancartas en las calles de las ciudades y los míseros campos de refugiados.

A medida que avanzan las horas crecen las manifestaciones, aunque infinidad de ciudadanos están más pendientes de la televisión, observando cómo sus enemigos sionistas abandonan el territorio ocupado de Gaza.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, saluda a un grupo de manifestantes ayer en la ciudad de Gaza.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, saluda a un grupo de manifestantes ayer en la ciudad de Gaza.EFE

Regreso a 1949

Mahmud Abbas calificó de "histórica" la jornada de ayer, en la que comenzó oficialmente la evacuación de las 21 colonias judías de Gaza y cuatro de Cisjordania. Y anunció también, antes de una reunión de la cúpula de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) con Hamás y Yihad Islámica, la fecha de las elecciones legislativas, ya anunciada extraoficialmente la víspera -el 21 de enero- y de las municipales en las ciudades palestinas más pobladas para el 29 de septiembre.

Ante estos comicios, Abbas, que no puede ceder terreno ante sus crecidos rivales fundamentalistas, aseguró: "La retirada israelí que ha empezado hoy [por ayer] es un paso histórico que no debería producirse sólo en Cisjordania y Gaza, sino también en el resto de tierras palestinas hasta alcanzar las fronteras de 1949". Es decir, hasta que Jerusalén al completo esté en manos palestinas.

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