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Una vacuna contra el VIH logra el control de la infección sin medicación

El ensayo ha conseguido que 17 personas infectadas lleven dos años sin tomar antivirales

La investigación de una posible vacuna terapéutica contra el sida ha cumplido dos años de ensayo con resultados "muy esperanzadores", según sus promotores, un equipo multicéntrico - participan especialistas de 13 centros hospitalarios españoles - dirigido por el jefe de Inmunología del hospital Gregorio Marañón de Madrid, Eduardo Fernández Cruz. Después de esos dos años, 17 voluntarios (el 82% de los 21 que comenzaron la prueba) siguen con la infección por el VIH controlada sin necesidad de medicación. Esta vacuna se administra en forma de inyecciones.

Los pacientes forman parte del ensayo del Remune, una vacuna terapéutica experimental (no evita la infección pero ayuda a tratarla), en el que participan expertos de otros 13 centros como Santiago Moreno (hospital Ramón y Cajal, Madrid), Bonaventura Clotet (Germans Trias i Pujol, Badalona), Josep Maria Gatell (Clínic, Barcelona) o Federico Pulido (12 de Octubre, Madrid).

El resultado del experimento se presentó en la tercera conferencia mundial de la Sociedad Internacional contra el Sida (IAS) celebrada en Río de Janeiro (Brasil). En el ensayo (considerado una fase II dado el reducido número de participantes) han tomado parte 39 pacientes: 21 que han recibido la vacuna y 18 que formaban el grupo de control. El tratamiento consiste en estimular el sistema inmunológico de los pacientes (por eso se llama vacuna, aunque no sirva para prevenir la infección), para que ellos mismos dominen la replicación del virus sin necesidad de tomar antivirales.

La vacuna se administra en forma de inyecciones (una cada tres meses), ha explicado Fernández Cruz desde Brasil. Después de casi 48 meses, los pacientes continúan con un nivel de virus en sangre inferior a las 50.000 copias por mililitro y con una concentración de linfocitos CD4 (los glóbulos blancos que son la diana del ataque del VIH) superior a las 300 células por mililitro. En los casos de infección aguda, el número de copias del virus puede llegar a varios millones y el sida aparece, generalmente, cuando los CD4 caen por debajo de 300.

Los pacientes que han seguido en el ensayo no han sufrido la aparición de las llamadas infecciones oportunistas (las que surgen cuando el sistema inmunológico está ya deteriorado por el virus). Para tomar parte en el ensayo se exigía que los pacientes tuvieran la carga viral controlada (menos de 2.000 copias por mililitro) y más de 500 CD4.

El éxito de la respuesta también se ha medido por vías indirectas (aumento de la concentración de linfocitos T del tipo CD4 y CD8), explica Fernández Cruz. El efecto de la vacuna se observó desde el momento en que los voluntarios dejaron de tomar la medicación. Por ejemplo, en ese momento se produce un efecto rebote en la concentración de virus en sangre, que fue hasta 100 veces menor en quienes estaban recibiendo la vacuna que en el grupo de control. "No se trata de un ensayo de qué pasa si los pacientes dejan de tomar los antivirales para evitar sus efectos secundarios, porque se ha demostrado que esto no funciona", ha añadido Fernández Cruz.

En el congreso de Río se han expuesto otros trabajos novedosos. Uno de ellos, que ha sido recibido con "expectación" por la Agencia de la ONU contra el Sida (Onusida), se refiere a que los hombres circuncidados tienen menos probabilidades de infectarse al mantener relaciones sin protección. En el estudio, realizado en Suráfrica, se habla de hasta un 63% menos.

Circuncisión preventiva

Ante una situación en la que otras medidas como el uso del preservativo o la fidelidad no se consiguen extender en las zonas más castigadas por la epidemia, la circuncisión podría ser una ayuda, señaló Onusida.

Las ONG como Médicos sin Fronteras o el Grupo Europeo de Acción para los Tratamientos (EATG) insistieron en Río en la necesidad de fomentar los genéricos que abaraten los fármacos en los países pobres aunque los laboratorios propietarios de las patentes no estén de acuerdo, y pusieron como ejemplo a Brasil, que con una agresiva política de prevención y medicación ha conseguido dejar el número de infectados en 600.000.

En la línea de la prevención, se ha discutido sobre la posibilidad de utilizar alguno de los antivirales como terapia pre-exposición. Esto quiere decir que, por ejemplo, una prostituta que va a tener relaciones sin protección podría tomar los fármacos antes, y evitar infectarse. Otro de los aspectos que ha puesto de manifiesto Médicos sin Fronteras es la falta de antivirales pediátricos con los que tratar a los 1,6 millones de niños con el VIH. Según esta ONG, la escasez de recursos de las familias hace que los laboratorios no investiguen en la adaptación de los medicamentos.

Eduardo Fernández Cruz, en el hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Eduardo Fernández Cruz, en el hospital Gregorio Marañón de Madrid.MORGANA VARGAS LLOSA

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