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Reportaje:REFORMA EDUCATIVA

La religión y su alternativa, pendientes de un decreto

La reforma deja para un posterior decreto la regulación de la alternativa y del horario de la clase confesional

La asignatura de religión, uno de los temas que más debate suscita, no ha quedado del todo resuelta en la Ley Orgánica de Educación (LOE). Habrá que esperar al desarrollo de la ley mediante real decreto para conocer con precisión qué valor académico tendrá esta materia, en qué tramo del horario se impartirá y si tendrá o no alternativa.

Un aspecto en apariencia poco importante como el horario que tendrá la asignatura confesional se ha convertido en caballo de batalla para los distintos miembros de la comunidad educativa. Una de las posibilidades que se manejan es que esta materia se imparta a primera o última hora, de modo que los alumnos que no deseen estudiar religión puedan marcharse a casa.

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Como ya hicieron los socialistas en la Ley Orgánica de Ordenación del Sistema Educativo (LOGSE) hace 15 años, el proyecto de la LOE no especifica que harán los estudiantes que no quieran cursar religión confesional. O lo que es lo mismo: cómo será la materia alternativa a la religión. En realidad, esta materia alternativa ha sido durante todo este tiempo el epicentro de la polémica. El deseo de la Iglesia es que esta alternativa tenga suficiente peso como para que los alumnos se vean obligados a optar entre cursar religión o una materia que les va a suponer un esfuerzo considerable. Actualmente, para los alumnos que eligen no estudiar religión existen alternativas diversas, que ni son evaluabels ni, por tanto, cuentan para la nota media para Selectividad.

En este sentido, el Ministerio de Educación ha anunciado que elevará una consulta al Consejo de Estado acerca de si las familias o los alumnos que lo soliciten expresamente a título individual pueden renunciar a desarrollar actividades alternativas a la enseñanza confesional de las religiones.

Ayer la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aclaró tras la reunión d el Consejo de Ministros que "el Gobierno garantizará a los padres que quieran que sus hijos estudien religión que lo hagan; de igual manera que garantizará a los que no quieran que la reciban, que no la reciban". Fernández de la Vega señaló que, en cualquier caso, la religión "no se puede imponer como una materia obligatoria ni evaluable".

El secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, aclaró después a este periódico que lo que quería en realidad decir la vicepresidenta es que esta asignatura "no será computable"; es decir, que se calificará pero que no contará para la nota media para Selectividad.

El ministerio ha introducido algunos cambios en la redacción del texto que ayer aprobó el Consejo de Ministros respecto al anteproyecto de ley que presentó el pasado marzo. En la disposición adicional segunda desaparece la frase "la enseñanza de la religión católica será de oferta obligatoria para los centros y voluntaria para los alumnos".

La redacción del nuevo texto hace en cambio mención expresa no sólo a los acuerdos con la Santa Sede sino con el resto de las comunidades religiosas. El texto señala: "La enseñanza de la religión se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre el Estado español y la Santa Sede, así como lo dispuesto en los Acuerdos de Cooperación celebrados por el Estado español con la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, la Federación de Comunidades Israelitas de España, la Comisión Islámica de España y, en su caso, a los que en el futuro puedan suscribirse con otras confesiones religiosas".

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