_
_
_
_

El CSIC pone en marcha un plan para reducir las muertes de águila imperial ibérica

Carmen Morán Breña

Un equipo de científicos, dirigido por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Miguel Ferrer, intentará recuperar la población de águila imperial ibérica atacando los problemasdesde dos frentes. Por un lado, apartarán a las hembras jóvenes de sus nidos para que críen en semilibertad y poder equilibrar el número de ejemplares de ambos sexos. Desde 1991, siete de cada diez aguiluchos que abandonan el nido son machos, una desproporción que, de no corregirse, acabará con la especie. Los expertos del CSIC esperan liberar en dos o tres años 15 hembras. Por ahora tienen tres, y esperan que sus polluelos puedan volar independientes en un par de meses.

Esta iniciativa, de cuya gestión y conservación se encarga la Junta de Andalucía, se basa en antiguos estudios del CSIC para reducir la mortalidad de las águilas. La Junta lleva cuatro años con programas para el seguimiento y recuperación de esta especie en Doñana y Cádiz, dijo ayer el director del proyecto en la Junta, Agustín Madero. El águila imperial ibérica sólo vive en la Península, y su población no supera las 220 parejas, lo que la convierte en una de las cuatro aves de presa más escasas del planeta.

En 1982 el CSIC detectó que cada año morían unas 2.000 aves de todo tipo en 100 kilómetros de tendido eléctrico. Estos postes eran la causa de la muerte del 60% de las águilas imperiales en su primer año de vida.

"El nuevo diseño del tendido eléctrico ha reducido un 80% la mortalidad, pero no es eficaz al 100% y estamos empeñados en evitarla por completo", subrayó ayer Miguel Ferrer.

¿Cómo hacerlo? Educando a las aves. Ferrer explica que el comportamiento de estas águilas indica que sus experiencias tempranas marcan el resto de su vida, por lo que esperan que las nuevas lecciones también les sirvan. Colocarán cerca de los nidos postes a cuyo contacto las aves recibirán una descarga eléctrica inofensiva, pero desagradable. "Se trata de una especie con pocos ejemplares y en territorios bien delimitados, por lo que la idea puede ser eficaz", añade el científico.

Un ejemplar de águila imperial.
Un ejemplar de águila imperial.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_