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Chartier descubre la fascinación de Braudel por la obra de Cervantes

El experto en el mundo del libro defiende las posibilidades de Internet

José Andrés Rojo

Fernand Braudel, el gran historiador francés que revolucionó su disciplina al incorporar la geografía y la economía como piezas indispensables de su estudio, y uno de los fundadores de la escuela de los Annales, fue un apasionado lector de Cervantes. Lo contó ayer en la Biblioteca Nacional Roger Chartier (Lyón, 1945), el gran especialista actual en cuestiones relacionadas con el libro y la lectura, que habló en el ciclo Visiones del Quijote.

Profesor de de L'École des Hautes Études en Sciences Sociales y autor, entre otros títulos, de Historia de la lectura en el mundo occidental, El mundo como representación o El orden de los libros, Roger Chartier decidió centrar su aproximación al Quijote desentrañando la lectura que hizo de Cervantes Fernand Braudel en su libro que dedicó al Mediterráneo.

"No sólo se sirvió del Quijote, sino también de las Novelas ejemplares. Lo que le interesaba era estudiar la movilidad y la circulación de bienes, mercancías y personas en el ámbito del Mediterráneo, y las obras de Cervantes le ofrecían una información muy valiosa sobre las relaciones entre los países cristianos y el imperio otomano", comentó Chartier en un encuentro con periodistas el lunes. "Braudel se aproximó a los textos cervantinos centrando su atención en los espacios. Por un lado, siguió el desplazamiento de los propios libros: de los textos originales a las traducciones y de ahí a su irrupción pública en las adaptaciones teatrales que se hicieron del Quijote. Pero también reparó en la variación de los espacios dentro del propio Quijote. Tras la primera parte, que se desarrolla en el Campo de Montiel y Sierra Morena, en la segunda los personajes llegan al mar. Pero es que hay movilidad en el texto incluso dentro de la construcción de la trama: y es así como la aparición de otro libro sobre los personajes provoca la escritura de otras aventuras".

Movilidad: del libro que viaja de Europa a las Indias, de los personajes que se desplazan persiguiendo nuevas historias, de los textos mismos a los que se hace referencia en el Quijote y que parecen estar siempre amenazados por la destrucción. "Cervantes expresa frecuentemente su preocupación por la desaparición de lo escrito. Las palabras sobre la arena que se las lleva el viento, lo que se graba sobre la corteza de los árboles, las memorias de Gardenio. En la primera edad moderna hay una angustia radical frente a lo efímero, un temor porque desaparezca lo que es vulnerable. El Quijote nos ofrece, en ese sentido, toda una galería de cuestiones relacionadas con la producción y circulación del libro escrito. En el capítulo 62, de hecho, los personajes visitan una imprenta. Es ahí donde Cervantes ofrece una respuesta a los temores de su tiempo. Es la imprenta la que puede permitir que lo efímero no se pierda, que se conserve lo que es vulnerable".

En el mundo digital

Además de hablar del Quijote y de Braudel, Chartier también se refirió en su encuentro con los periodistas a algunos de los temas de los que habitualmente se ocupa. Por ejemplo, el de la influencia en los hábitos de lectura de nuevas tecnologías como Internet. "Los diagnósticos suelen ser muy pesimistas y se dice que Internet acabará con los lectores. Yo no lo veo tan claro. Creo más bien que Internet refuerza la relación con el texto y con la lectura. No son las imágenes las que mandan en la Red, sino sobre todo las palabras. Ahí está el correo electrónico, que no sólo te lleva a leer, sino que te incita a producir nuevos textos. Cualquier excusa que ayude a leer me parece bien. Siempre se puede saltar de ahí a reconocer la densidad y complejidad de una obra maestra y a descubrir el placer que produce leerla y cuánto te ayuda a comprender el presente".

La relación que se establece con la pantalla es, sin embargo, fragmentaria, y la lectura exige continuidad... "Ése es el problema. En Internet, todo texto corre el riesgo de convertirse en un banco de datos que se consulta fragmentariamente. Por eso el libro sigue vigente: gracias a su forma material, es ahí donde una obra se impone como obra".

Roger Chartier.
Roger Chartier.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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