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EL FUTURO DE EUROPA | La Constitución

La Comisión y la presidencia de la UE alertan sobre el riesgo de parálisis en Europa

Los socialistas españoles se oponen a los populares, partidarios de aplazar las ratificaciones

Carlos Yárnoz

El Parlamento Europeo acogió ayer el primer debate de altura celebrado en la UE tras el no franco-holandés a la Constitución europea, y su desarrollo reflejó que existe una gran división sobre cómo salir de una crisis que amenaza con provocar "la parálisis" en el club, como alertaron la presidencia de la Unión y de la Comisión Europea. Del acalorado debate se deduce que aumentan los partidarios de suspender el proceso de ratificación del tratado. Ésa es la tesis del Partido Popular Europeo (PPE), el grupo con más escaños, y a ella se sumó algún dirigente del Grupo Socialista, dividido en ese terreno.

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"La UE no puede deslizarse hacia una incertidumbre permanente o, lo que es peor, hacia una parálisis". En nombre de la presidencia de la Unión, abrió la sesión con ese comentario el ministro luxemburgués adjunto para Exteriores, Nicolas Schmit, quien reconoció lo obvio al señalar que "no existe una salida fácil para una situación sumamente compleja". "Pido responsabilidad ante una situación sumamente difícil", apuntó después el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso. "Porque hay que evitar la parálisis institucional", precisó.

En busca de esa salida, el debate se centra hoy en si debe continuarse con el proceso de ratificación. Fue sintomático que ni Schmit ni Barroso apostaran ayer por mantener el calendario, cuando tanto la presidencia de la UE como la Comisión abogaron, nada más conocer el no francés, por seguir con el plan previsto.

Como había pactado anteayer el Grupo del Partido Popular Europeo (PPE, con 268 escaños), el eurodiputado conservador alemán Elmar Brok afirmó en el pleno que "es indispensable" suspender el proyecto durante varios meses. "Un año me parece suficiente", añadió el ex primer ministro belga Jean-Luc Dehaene. "Lo más lógico es un aplazamiento", agregó el eurodiputado español por el PP Íñigo Méndez Vigo, tras asegurar que pretendía "salvar" el tratado.

No lo entendieron así en las filas de los socialistas españoles, toda vez que España es, dentro del grupo de 10 países que ya han ratificado el texto, el único que lo ha hecho tras un referéndum. Su líder, Enrique Barón, sostuvo: "El proceso debe continuar porque todos somos iguales". Recordó que "el no no puede ser un derecho de veto". Para Barón, no es a la Unión, sino los Gobiernos de Francia y Holanda, a los que les corresponde "salir de la crisis en que se encuentran y definir su posición en la UE".

El socialista Carlos Carnero declaró después que, al proponer la suspensión, el PP español "no respeta la voluntad de la ciudadanía española" y da la impresión de querer convertir la Constitución europea "en un asunto de confrontación con el Gobierno". "No nos paremos. Si nos paramos, el sindicato del no dirá que hemos perdido", había advertido Barón.

El Grupo de los Socialistas Europeos (PSE, 200 escaños) no tiene una posición unánime al respecto. Por eso, su presidente, el alemán Martin Schulz, empezó diciendo: "Pocas veces he tenido tantos problemas para preparar un discurso como el de hoy". En efecto, algunos destacados miembros de sus filas, como el presidente del partido, el danés Poul Nyrup Rasmussen -su país tiene pendiente un referéndum con las encuestas a favor del no- apostó por hacer un alto en el camino, al igual que el británico Richard Corbett.

Entre los liberales (88 eurodiputados), el británico Andrew Duff fue también muy contundente a favor de la suspensión. Su líder, el también británico Graham Watson, no se definió claramente, pero sí dijo que el tratado, "tal y como está ahora, no puede sobrevivir". Ése fue otro tema recurrente en el debate, con frases desde la izquierda radical y la derecha más conservadora: "El proyecto está tocado de muerte", "ha fallecido", "está condenado", "ha nacido muerto".

"La Constitución está vivita y coleando", les contestó a todos el luxemburgués Schmit, "aunque no ha respondido a las expectativas depositadas en ella". Su país tiene convocado el referéndum para el 10 de julio. A la vista de lo que él y Barroso dijeron para concluir el debate, la solución que puede esperarse de la cumbre del 16 y 17 en Bruselas suena a sálvase quien pueda. "La ratificación compete a los Estados y ellos deciden cuándo y cómo ratifican y si desean renunciar al mismo", afirmó Barroso.

Durão Barroso se dirige al Europarlamento, en el debate celebrado ayer en Estrasburgo.
Durão Barroso se dirige al Europarlamento, en el debate celebrado ayer en Estrasburgo.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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