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El objetivo es una pentavacuna contra cinco virus similares

Javier Sampedro

Una vez comprobado que la misma estrategia sirve para crear vacunas eficaces contra dos distintas fiebres hemorrágicas, el objetivo de Thomas Geisbert y su equipo de Fort Detrick es fabricar una pentavacuna que cubra los cinco virus conocidos de este tipo, que son el Marburg y las cuatro especies de Ébola aisladas hasta la fecha: Zaire, Sudán, Reston y Costa de Marfil.

Los virus Ébola y Marburg son similares en estructura, y también en las fiebres hemorrágicas que causan, pero los científicos ya han comprobado que la vacuna contra uno no protege contra el otro (éste era precisamente el control del experimento).

Geisbert sí tenía alguna esperanza de que la vacuna del Ébola -desarrollada contra la especie Zaire- funcionara contra las otras tres especies de ese virus, y ya ha puesto a prueba esa idea. Los cuatro macacos que habían sido vacunados contra el Ébola Zaire, y que se mostraron totalmente protegidos contra ese virus, recibieron siete meses después una dosis de Ébola Sudán. Tres de los cuatro murieron en seis días.

Por tanto, los investigadores tendrán que construir tres nuevas vacunas para los virus Ébola Sudán, Reston y Costa de Marfil. Esperan poder mezclarlas con las dos que ya tienen para producir una pentavacuna que se pueda inocular con una sola inyección.

El principal motor de estas investigaciones es la defensa contra hipotéticos ataques bioterroristas, pero los autores han publicado los datos en una revista científica, y están dispuestos a colaborar con los países africanos que sufren brotes, siempre que la vacuna supere los pasos necesarios para su uso en humanos.

Uso restringido

La idea no es vacunar a toda la población de esos países, sino almacenarla allí para que, cuando estalle un brote, pueda utilizarse para proteger al personal sanitario y a los familiares de las víctimas. Si Geisbert está en lo cierto, también será posible utilizar la vacuna como agente terapéutico en las personas infectadas.

La vacuna protege porque induce la producción de anticuerpos y células dirigidos contra un virus que todavía no ha infectado al paciente. Pero esos mismos anticuerpos y células pueden también bloquear la replicación del virus cuando ya ha entrado en el cuerpo. De ahí su posible uso terapéutico.

Ya hay otra vacuna experimental contra el Ébola, también probada en animales. En lugar de estar basada en el VSV (virus de la estomatitis vesicular), como la actual, se fundamenta en otro tipo de virus, un adenovirus. Esta vacuna tiene más inconvenientes, pero puede entrar en ensayos clínicos este año.

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