Más de un millón de libros vendidos en la Bienal de Río

Autores, libreros y editores han subrayado unánimemente que la XII Bienal Internacional del Libro de Río de Janeiro, que se clausuró ayer con más de 600.000 visitantes y más de un millón de libros vendidos, ha sido la edición hasta ahora más viva y cultural, con una nota de esperanza: más del 50% de sus visitantes han sido jóvenes y adolescentes, los lectores del futuro. Más de 230 escritores brasileños y 21 extranjeros estuvieron presentes y activos, algunos de ellos tan coreados y aplaudidos que más parecían estrellas del pop. Más de cien actos culturales que han abarcado un abanico increíble de temas estuvieron siempre abarrotados hasta los topes.

Ayer mismo, último día de la Bienal, no sólo fue un día más de fiesta, una de las características de la muestra, sino que fueron abordados hasta el último momento temas tan heterogéneos como Soñar despiertos, en el ya clásico Café Literario; Marginalidad, en el espacio nuevo creado este año con el nombre de Imaginario del autor; Periodismo informativo, en el Fórum de Debates, y Tarot y astrología, en la Arena Joven. El columnista del diario O Globo Arnaldo Jabor, autor del best seller Mujeres, amor y sexo, un éxito de la editorial Objetiva, puso ayer tarde broche de oro con su presencia, con tanto público, sobre todo femenino, que sólo tenía precedentes en las pasadas apariciones de Paulo Coelho en las bienales.

Optimismo

Con más de un millón de libros expuestos (de ellos un millar inéditos), en una superficie de 55.000 metros cuadrados, el evento, que ha durado 11 días, con un coste de organización de siete millones de euros, se ha resentido positivamente de un cierto optimismo del mundo del libro gracias a las últimas medidas tomadas por el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a través del ministro de Cultura, el cantante Gilberto Gil, y de su brazo derecho, Galeano Amorim, coordinador nacional del Libro y de la Lectura. Tras haber ya puesto en práctica una serie de descuentos fiscales en el sector del libro, que según Amorim hacen que la producción en Brasil quede en la práctica libre de impuestos, el proyecto del Gobierno de Lula apellidado Pro-livro, prevé nuevos mecanismos que contribuirán no sólo a bajar el precio de los libros, sino también a su distribución con la creación de bibliotecas en todo el país y, sobre todo, al estímulo a la lectura en un país donde se calcula que el índice de analfabetos funcionales es de un 60%, según datos del Índice Nacional de Analfabetismo Funcional (INAF).

Según datos oficiales, más de 2.000 ciudades del país no tienen una sola biblioteca y el 89% de los municipios ni una sola librería. Como ha escrito el poeta Affonso Romano, "eso significa que se está explorando sólo el 10% de nuestra capacidad de producción de libros y de lectura; significa que los 400 millones de libros editados y los 50.000 títulos surgidos cada año podrían ser multiplicados creando riqueza y puestos de trabajo y transformando nuestra sociedad en una sociedad lectora".