"Sin consecuencias para los trabajadores y la población"
El informe enviado al Congreso arranca su cronología el 25 de agosto de 2004, y no en 1993 como el original. Sobre la rotura de la tubería, afirma que utiliza "agua de mar y por tanto no tiene ninguna contaminación radiactiva, las fugas o roturas de ese sistema son sólo importantes porque reducen la capacidad de refrigeración del sistema". No explica qué empresas contratadas alertaron de la corrosión ni tampoco que la central no realizó las pruebas que éstas le recomendaron. Tampoco indica que la central ocultó información al CSN. Lo que sí destaca es que el fallo no afectó "a la refrigeración del reactor" y no tuvo "ninguna consecuencia para la población o medio ambiente". Según el informe, el sistema de tubería era doble para que hubiese "amplios márgenes de seguridad". Una tubería se rompió y la otra estaba degradada, algo que supuso "una reducción significativa de esos márgenes requeridos, lo cual no es aceptable". Apunta (y lo destaca en negrita) que en 1999, antes de llegar Estevan Bolea, la central no realizó una prueba hidrostática, algo que considera "fundamental".
