Cantabria reúne en el Arqueológico Nacional el arte mueble paleolítico

El hombre de hace 16.500 años se adornaba con colgantes tallados sobre huesos, piedras o conchas, que utilizaba como medio de comunicación. Así aparece y se explica en la exposición La materia del lenguaje prehistórico. El arte mueble paleolítico de Cantabria en su contexto, inaugurada ayer en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid (Serrano, 13, hasta el 28 de agosto, entrada gratuita), por la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y el presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.

La exposición, organizada por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria con la colaboración del Ministerio de Cultura, ya se ha visto en Torrelavega (Cantabria) y después viajará a Japón, según el consejero Francisco Javier López Marcano, quien destacó la riqueza de los yacimientos de Cantabria, como el de La Garma, que se reproduce en la muestra, donde ya se han datado cien mil piezas, y la cueva del Soplao, que se abrirá el 1 de junio, además del "techo mágico" de Altamira. En el subsuelo cántabro hay 6.500 cavidades, de las que 58 son "fábricas de arte rupestre", y están en marcha 30 excavaciones.

Los 117 objetos que forman la exposición, algunos de las últimas excavaciones, destacan los aspectos simbólicos y sociales del arte mueble, el realizado sobre pequeños objetos móviles, menos conocido que el arte rupestre, según el proyecto de los comisarios, Pablo Arias, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, y Roberto Ontañón, investigador del programa Ramón y Cajal, de la Universidad de Cantabria.

"Queremos presentar el arte mobiliar desde una perspectiva contemporánea, en un contexto del arte como manifestación estética y vehículo de comunicación social, tratar el arte mobiliar como un lenguaje". Los comisarios añaden que se destaca el valor de las piezas en las vitrinas, procedentes del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, con préstamos de otros museos españoles e internacionales, junto a otros medios audiovisuales, con una base de datos multimedia sobre yacimientos, y reproducciones, como el hombre del magdaleniense, una cabaña al aire libre de Gönnersdorf (Alemania) y de la zona IV de la cueva de La Garma, con el suelo donde se han encontrado varias piezas expuestas, el techo y las paredes, estudiada en los últimos años, realizada a tamaño natural por el mismo equipo que montó la neocueva del Museo de Altamira. Otras piezas proceden de otras cuevas, como El Pendo, Altamira o El Castillo. El montaje se divide en varios ámbitos, con un recorrido que presenta a los cazadores de la Cantabria glacial y su expresión gráfica, el contexto del arte mobiliar, el lenguaje común con la Europa del año 14500 antes de Cristo, la escritura sin palabras y el lenguaje del cuerpo.

El director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Julián Martínez, destacó el programa del Museo Arqueológico Nacional (que tiene una réplica de Altamira) abierto al patrimonio de las comunidades autónomas y el expediente para que el arte rupestre del Cantábrico sea declarado patrimonio de la humanidad, como Altamira.