Zapatero augura que "se irá más rápido hacia la paz" si López es 'lehendakari'
El líder de los socialistas vascos exige al PNV que retire un cartel electoral con tintes "etnicistas"
El próximo domingo, cuando los vascos acudan a votar, se cumplirá un año desde que José Luis Rodríguez Zapatero prometió su cargo como presidente del Gobierno. Esta coincidencia de fechas le sirvió ayer al líder socialista para asegurar en Vitoria que algunos de los avances que, a su juicio, ya se han producido con su Ejecutivo sucederán con Patxi López como lehendakari. "Estamos ya transitando por el camino de la paz en el País Vasco, pero iremos más rápido y más fuerte si Patxi es lehendakari". Zapatero comprometió su apoyo "pleno" a López para "reformar el Estatuto y mejorar el autogobierno".
En esta semana que resta hasta el 17-A, el mensaje de Zapatero se centrará en movilizar a los vascos que votaron al PSOE en las elecciones generales de 2004. Algo fundamental en Álava, donde el PSE desbancó entonces al PNV. Si esa movilización se produce de nuevo, el resultado será mucho más favorable para el PSE que lo habitual.
Ya con todas las encuestas en la mano -las publicadas ayer por diferentes medios han sido las últimas en esta campaña, según los plazos legales-, Zapatero tiene claro que la suma de los partidos del actual Gobierno, PNV, EA y EB, rozaría la mayoría absoluta. Por eso se empleó ayer a fondo en el voto alavés. En la capital de la provincia, donde el PSE disputa la mayoría al PNV, hizo una suerte de cántico a las bondades que sucederán en Euskadi si López llega a Ajuria Enea. Entre ellas, el fin de la violencia. "Estamos transitando ya por el camino de la paz y caminaremos más fuerte y más rápido hacia ella si Patxi es lehendakari", auguró Zapatero. En ese apartado, sin nombrar a EHAK, instó "a los que colaboran con la violencia y se esconden tras de los asesinatos que dejen la cobardía y salgan a la democracia, a la palabra y a la paz".
Aunque todo el acto se centró en criticar al PNV -dibujó a un Ibarretxe subido en un ring, solo y "peleándose con la sombra de Aznar", cuando "nadie quiere pelear"-, sí hubo dos reproches muy serios al PP. Zapatero relató que el día anterior, en el mitin en el que participó Rajoy, los populares criticaron a fondo al PSE. "Ellos están en la oposición como nosotros, y se dedican a criticarnos", exclamó extrañado. Y continuó: "Pero yo les voy a respetar, aunque tengo que decir al PP que su política en el País Vasco no ha dado resultado. No son alternativa, hoy la alternativa es Patxi López", subrayó, defendiendo así el diseño de campaña de caminos separados en constitucionalismo. Tal vez porque ayer soñó con una Euskadi no divida entre constitucionalistas y no constitucionalistas; en nacionalistas y lo contrario. "En este país se tiene que hablar sólo de vascos, demócratas y de ciudadanos".
La otra crítica fue para el comportamiento poco "leal" que el PP mantiene con el Gobierno en la lucha contra ETA. "Yo, en la oposición, siempre apoyé y nunca critiqué al Gobierno del PP en la lucha contra el terrorismo, y no ha pasado ni un año para que el PP repita lo que hacía Aznar con el Gobierno de Felipe González; pues bien, quiero que en el País Vasco quede en la memoria el comportamiento de unos y de otros; y que se sepa que al PP, aunque genera sospechas sobre nosotros, no le vamos a devolver la misma moneda". En su intervención en un Palacio Europa lleno, en el que el presidente del Senado, Javier Rojo, abundó en el "fracaso" del PNV para unir a los vascos, Zapatero pidió el voto, implícitamente, a los seguidores de otros partidos, incluidos los nacionalistas. Y garantizó su "apoyo pleno" a López, como lehendakari, para "reformar el Estatuto y mejorar el autogobierno". Antes, el ex dirigente del PNV Emilio Guevara había pedido ayuda para "desmontar el régimen populista, barato" y de "indigencia intelectual" de Ibarretxe. Pero el golpe de efecto del mitin lo logró el candidato.
Las juventudes del PNV (EGI) se han caracterizado siempre por ir por libre, llevando a la enésima potencia el ideario político de sus mayores. Y en campaña, los excesos se triplican. López estaba molesto por la cocina de alguna de las últimas encuestas -denunció su utilización como "herramienta electoral para minar al PSE"-. Pero lo que le indignó realmente fue un cartel de EGI en el que junto a su foto aparece la pregunta: "¿Queréis un lehendakari español?", y la respuesta, obvia: "No, gracias". López ligó esta propaganda de los cachorros de Imaz con los planteamientos "etnicistas" y de un país con ciudadanos de primera y de segunda del plan.
El candidato arrancó una gran ovación, con parte del público en pie, cuando dijo: "Claro que me considero español, pero ni EGI, ni Ibarretxe, ni nadie me va a quitar el orgullo de ser vasco". Alertó sobre hacia dónde pueden conducir esos planteamientos y pidió poner freno. Exigió al PNV que retire los carteles por ser "un atentado contra los principios democráticos y la igualdad". Acto seguido, rasgó en dos el panfleto y alzó el cartel de las juventudes del PSE, en el que se ve a Ibarretxe en un campo de fútbol y al árbitro indicando el cambio para que entre López.
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