El PNV se burla de EHAK y su apuesta por la dictadura del proletariado "en el siglo XXI"
"No nos tienen que conceder nada", sentencia Ibarretxe en relación con el autogobierno
Tras la apuesta de Batasuna por la lista de EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas), la coalición PNV-EA ya tiene claros los dos frentes entre los que quiere colocarse como "centralidad". Hasta ahora sólo había atacado a la "coalición PP-PSE", que no existe. Ayer, Josu Jon Imaz, presidente del PNV, cambió de objetivo para ridiculizar a EHAK. "Ahora tenemos, en pleno siglo XXI, al Partido Comunista, que habla de la dictadura del proletariado y del campesinado. ¡Se les han olvidado los arrantzales (pescadores)! ¡En el siglo XXI con este programa!", se rió.
El fin de semana fuerte de campaña concluyó ayer para la coalición PNV-EA con otro éxito de convocatoria. Sus candidatos lograron llenar la sala más grande del Kursaal donostiarra, con capacidad para más de 2.000 personas. La aparición de EHAK en la batalla por los escaños permite además a los nacionalistas recuperar el eje de su campaña: la idea de que ellos están entre "dos orillas" que no quieren avanzar.
"La sociedad vasca es un tren en marcha", explicó gráficamente el lehendakari, Juan José Ibarretxe. "Quienes empujamos somos básicamente los de PNV-EA. Las dos orillas son como esos pueblos que se ven en el tren a la noche. De lejos parece que se mueven, pero cuando te acercas están parados, y enseguida quedan atrás. No se mueven, no participan, y nosotros seguimos avanzando. Hasta ahora únicamente les hemos conocido una palabra: no".
Es la idea central, la de la "coalición del no", que la propia Batasuna utilizó para justificar su apoyo a última hora al plan Ibarretxe. En enero, en un comunicado, la dirección de los independentistas ilegalizados explicó que con aquel voto afirmativo en el Parlamento vasco se pretendía evitar el discurso victimista de PNV-EA, que colocaba a PP, PSE y Batasuna en el mismo lugar.
La aparición de EHAK ha permitido que el PNV recuperara este discurso. Aunque fue Imaz el que se encargó, como el viernes Joseba Egibar, de ridiculizar a esta lista. Ibarretxe prefiere señalar que "se alegra" de que vayan a estar en el Parlamento.
El discurso del lehendakari, repetido sin miramientos hasta la saciedad, es sencillo. Y se resume en el símbolo que acompaña sus carteles: dos flechitas verdes como las que marcan la tecla de avance en un equipo de música. PNV-EA es ir hacia delante, PP,PSE y Batasuna, hacia atrás. Adelante, atrás, aurrera, atzera. Tan simple que el propio lehendakari suele aclarar, con algo de rubor: "Es así de sencillo, no le deis más vueltas".
La otra idea central consiste en negar el concepto de soberanía recogido en la Constitución. "No nos tienen que conceder nada. Tenemos un juez, 1.700.000 personas [los electores]. Esos decidiremos el nivel de autogobierno que queremos", insistió ayer. Lo otro, lo del artículo 2, esto es, que "la soberanía nacional reside en el pueblo español", y por tanto todo cambio de un estatuto de autonomía debe ser aprobado en el Congreso, es para él "una concepción medieval".
Aún así, el lehendakari, al menos en las formas, se muestra contenido. Porque unos minutos antes de que se subiera a la tribuna, la presidenta de EA, Begoña Errazti, recordó los pecados de PP y PSOE: "Ilegal, detenciones arbitrarias, torturas. No olvidéis que el PSOE no ha pedido perdón por los crímenes del GAL", sentenció. Ibarretxe también condenó genéricamente la "tortura", pero sin poner culpables.
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