Carmen Iglesias: "El 'Quijote' surge con el primer hombre moderno"

Armas y letras; pullas entre escritores; un clima social de luces y sombras marcado por el trauma de la Gran Armada y por la nostalgia de Lepanto; un tiempo para valientes y viajeros, lleno de peste y miseria, pero también de talento. Más o menos así era el tiempo del Quijote, según resumió ayer la historiadora Carmen Iglesias, que hoy pronuncia en Madrid la primera conferencia de un amplio ciclo sobre La España de Cervantes.

"El Quijote nace en un mundo contradictorio", explicó ayer la académica de la Lengua y la Historia en la presentación del ciclo organizado por las fundaciones Santander Central Hispano y Nobleza Española. "Era un momento de la historia que mezclaba sufrimiento, riqueza y creación. España vivía a caballo entre el optimismo de Lepanto, que hace pensar al cristianismo que los turcos no son invencibles, y el trauma desproporcionado de la derrota ante los ingleses, cuando el país se sintió vulnerable por primera vez; aunque aquélla fue una derrota más simbólica y psicológica que real".

Era un país rígido y organizado, pero no eficaz, "el primer Estado moderno", y a la vez un lugar muy difícil de vivir: "Había hambrunas, crisis económica, peste, un rey anciano, mucha ortodoxia política y religiosa, mucho rigor y mucho machismo. Pero también había cierto pluralismo social, y en esa sociedad de estratos se produjo un cambio brutal de valores. De la crisis de lo caballeresco, lo tradicional y lo integrado, aflora el hombre moderno, el primer sentimiento de individualidad: el hombre afirma su propia libertad y su dignidad, ya no siente pertenecer al grupo, al clan, al estamento".

Cervantes reflejó muy bien esas crisis, prosigue Iglesias: "Alonso Quijano sufre todo tipo de crueldades, pero la dignidad del individuo queda a salvo. Cervantes explica, con enorme piedad por la condición humana, con gran tolerancia y gran profundidad, cómo ese nuevo sentimiento individual y utópico choca una y otra vez con esa realidad tan española que afirma que siempre lo peor es cierto, que nos aquejan males mucho mayores de lo que realmente son".

Iglesias trazará hoy (19.30 horas, Auditorio de la Fundación Lázaro Galdiano, calle Serrano, 122, Madrid) un resumen de la vida del autor del Quijote en Semblanza y avatares de don Miguel de Cervantes, texto basado en "los datos contrastados por cervantistas como Riquer, Astrana, Canavaggio o Alfredo Alvar". "Lo que más me apasiona de Cervantes es su valentía, su sentido de la libertad, su fortaleza moral", afirma.

La académica anima a festejar "sin miedo y sin complejos de inferioridad", y "sin dejar que la obra esconda al autor", el cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote: "Igual que pasa en los grandes países culturales, no hay que temer en absoluto al exceso de conmemoraciones".

La comisaria de la gran exposición histórica que en octubre analizará en el Centro Cultural de la Villa de Madrid El mundo que vivió Cervantes pretende que el ciclo divulgativo que ha coordinado ayude a "conocer mejor un trozo de la historia de España a través de la vida y la obra del genio". Por eso ha reunido a especialistas en distintos campos, que se dividirán en dos mesas redondas: sobre Literatura, teatro y fiestas, con Francisco Nieva, Carmen Sanz y Luis Mateo Díez, el 22 de febrero, y sobre Locura y realidades, con Castilla del Pino, José Antonio Escudero y Luis Goytisolo, el 9 de marzo. Y dos conferencias: Gonzalo Anes hablará el 15 de febrero sobre La España de Cervantes, y Luis Alberto de Cuenca, en torno a Las armas y las letras, el 1 de marzo.