Los arqueólogos piden un estudio previo antes de perforar Tindaya
Las obras de prospección en la montaña sagrada comienzan mañana
Tindaya cuenta sobre las rocas de su cumbre con uno de los yacimientos de grabados podomorfos más ricos del mundo. Estos grabados de pies paralelos son una manifestación con connotaciones sagradas que aparece en diversas culturas nativas del norte de África.
Antonio Tejera considera que "la actuación es ilegal", ya que Tindaya es Bien de Interés Cultural (BIC) por sus yacimientos arqueológicos, "y se deben seguir los pasos que marca la legislación vigente: primero realizar el sondeo arqueológico, y a partir de ese estudio cartografiado y pormenorizado decidir si se deben hacer las perforaciones y dónde, para, en todo caso, minimizar los riesgos para los yacimientos arqueológicos".
El proyecto de Investigación Geotécnico (Fase II) para determinar si la roca resistiría la realización de la obra ha sido encargado a la empresa Estudios Guadiana, SL, que dirige Lorenzo Fernández Ordóñez. Esta empresa, elegida por la familia Chillida, realizará 14 agujeros de 100 metros de profundidad y 10 centímetros de diámetro; para ello, se instalarán cuatro plataformas de 80 metros cuadrados en la cima y las laderas.
El Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura establece en un informe que hasta ahora no había salido a la luz que no existen garantías sobre los posibles daños que puedan llegar a ocasionarse a los yacimientos arqueológicos; en concreto, respecto a algunos de los grabados podomorfos distribuidos por la montaña, se afirma que "desconocemos las repercusiones que sobre los mismos puede tener la realización de las perforaciones de anclaje para la colocación de plataformas previstas en el proyecto, así como las vibraciones que se derivan de ellas y de los sondeos posteriores".
Fernández Ordóñez asegura que cuenta con todos los permisos pertinentes y que las prospecciones se realizarán sobre roca madre y a cien metros de los grabados, con lo que éstos no se verán afectados. Además, asegura que estarán presentes técnicos de patrimonio durante los trabajos.
Desde que en 1996 el Gobierno canario respaldara la realización de la obra de Chillida en Tindaya, el proyecto ha estado rodeado por la polémica. Desde un principio se adjudicaron miles de millones de pesetas de forma poco clara, y varios miembros del propio Gobierno tuvieron que enfrentarse a los tribunales. Más de 18 millones de euros desaparecieron, pero tras años de investigación nadie ha resultado responsable. Mientras tanto, se produjo el fallecimiento del escultor vasco y de su colaborador, el ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez. Sus herederos están dispuestos a continuar con la obra y el Gobierno canario también.
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