Europa y EE UU prometen buscar soluciones conjuntas a las crisis mundiales

EE UU y Europa quieren pactar las bases para buscar "soluciones conjuntas" a los principales problemas mundiales porque, si no, "o no se resuelven o se resuelven mal". Con ese convencimiento ha regresado a Bruselas el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, tras entrevistarse el martes en Washington con la próxima responsable de la diplomacia estadounidense, Condoleezza Rice. Ambos pusieron al día la agenda transatlántica, que ya es también la agenda mundial, para el segundo mandato de George W. Bush, en un mejorado ambiente por el protagonismo europeo ante problemas como los de Ucrania, los Balcanes e Irán.

La directa participación de la UE en la solución de la crisis en Ucrania, el relevo europeo de la OTAN en Bosnia el pasado diciembre y el compromiso iraní de noviembre con los principales países europeos para no enriquecer uranio "han marcado una percepción distinta en Washington", afirman fuentes diplomáticas en Bruselas, al referirse a que la crisis transatlántica por la guerra de Irak aún mantiene abiertas algunas heridas, pero que el acercamiento es cada día más palpable.

En la entrevista, la primera de ese nivel tras el triunfo electoral de Bush, se fijaron como prioridades la crisis de Oriente Próximo, los Balcanes, Rusia, Ucrania, Congo, Sudán, Irán y, en el terreno estratégico, la lucha contra el terrorismo. Para Europa, Oriente Próximo es "la prioridad de las prioridades", como insistieron ayer esas fuentes diplomáticas. Ante las elecciones palestinas del día 9, Solana viajará un día antes a la zona y visitará también Egipto y Jordania. La UE persigue que, en cuanto pasen las elecciones, se lance de nuevo el proceso de paz con un decidido impulso norteamericano. Una fecha clave para ese lanzamiento, según los europeos, podría ser el 22 de febrero, el día fijado para la visita de Bush a Bruselas.

Pese a todo, el encuentro entre Solana y Rice, de casi dos horas, estuvo dominado por el problema mundial más inminente, la tragedia en Asia por el maremoto del 26 de diciembre. Lo ocurrido ha ha originado otros nuevos roces entre Europa y EE UU y, sobre todo, entre París y Washington. El doble roce ha tenido dos causas. En primer lugar, Europa se ha alineado sin titubeos junto a la ONU y su papel de coordinador de las ayudas mundiales pese a los intentos de EE UU (13.000 militares en la zona del desastre) de debilitar a Naciones Unidas mediante la creación, el 29 de diciembre, de "una coalición" en la que participan Australia, Canadá, Japón e India. La Comisión Europea insistió ayer en que es la ONU la que debe coordinar las ayudas.

Altos cargos de la Administración estadounidense han criticado además a Francia por considerar escasa la ayuda francesa (1.000 militares y 50 millones de euros), mientras varios medios de comunicación de Francia -y hasta el presidente Jacques Chirac, según alguno de ellos- acusan a Washington de intentar lavar su imagen internacional por la guerra de Irak.