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EL PARLAMENTO VASCO APRUEBA EL 'PLAN IBARRETXE'

Ibarretxe saca adelante su plan soberanista con el apoyo de Batasuna

La ilegalizada Batasuna volvió ayer a convertirse en la llave de la política vasca. Tres votos de los seis que tiene Sozialista Abertzaleak (SA), los herederos de Batasuna en el Parlamento vasco, dieron ayer la mayoría absoluta al plan Ibarretxe impulsado por los tres partidos que conforman el Ejecutivo de Vitoria: PNV, EA y Ezker Batua. Un préstamo que Batasuna hace al PNV para que promueva lo que su portavoz, Arnaldo Otegi, denominó un "gran compromiso nacional" hacia la autodeterminación y la "solución del conflicto político y armado". Y no para "trapichear" con el Gobierno central un nuevo Estatuto para tres provincias que "alargue el conflicto más años".

El plan soberanista echó a andar en octubre de 2003, cuando lo aprobó el Ejecutivo autónomo. Inicialmente, Juan José Ibarretxe se planteó el compromiso de sacarlo adelante sin el apoyo de la formación ilegalizada por el Tribunal Supremo por su vinculación a ETA. No ha sido así.

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El lehendakari llamó ayer mismo al presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, para abrir "de inmediato" "un proceso de negociaciones" al que acudirá "con un espíritu y un talante abierto". La llamada se materializó a las 20.45 y Zapatero le respondió que el 7 de enero fijarán la fecha para el encuentro. Antes, Zapatero se reunirá con el líder del PP, Mariano Rajoy, con quien también conversó ayer por teléfono. Ambos reafirmaron su compromiso de rechazo a este plan cuando se vote en el Congreso de los Diputados.

Ibarretxe tiene previsto reunirse la próxima semana con todos los portavoces de la Cámara de Vitoria para analizar "cómo conducir de manera abierta e inteligente el proceso negociador" con Zapatero. "Se abre un tiempo político extraordinariamente importante", concluyó el lehendakari, quien recordó que el plan ya no es un proyecto del Gobierno autónomo, sino de la mayoría absoluta del Parlamento vasco.

El PNV, que afrontaba las próximas elecciones autonómicas, previstas para mayo, contando con que el plan sería rechazado puesto que Batasuna había anunciado que se abstendría, deberá ahora replantearse su estrategia. La cara del presidente peneuvista, Josu Jon Imaz, presente en la Cámara, destilaba cierta preocupación. Como primer paso tienen que remitir el plan, tras su publicación en el Boletín Oficial del País Vasco, al registro del Congreso de los Diputados como proyecto de ley para su toma en consideración. Un procedimiento que terminaría con la ratificación del acuerdo en un referéndum en el País Vasco. Esa consulta, sea cual sea la votación del Congreso, ya tiene fecha según anunciaron la semana pasada el PNV y EA, que no quisieron revelarla. El Gobierno central advirtió ayer de que el plan no prosperará porque no tiene cabida en la Constitución.

La aprobación de este proyecto soberanista con los votos de Batasuna, que Ibarretxe, según repitió en varias ocasiones, había descartado, cambia sustancialmente el panorama electoral para el PNV, que aspiraba a disputar a los radicales uno o dos escaños en Guipúzcoa para recuperar la mayoría absoluta, 38 escaños, en la Cámara de Vitoria. El PNV, EA y EB suman ahora 36 diputados.

Una estrategia que atisbó ayer el propio lehendakari cuando al abrir el debate se dirigió a Batasuna: "Es simplemente incomprensible que alguien que se diga abertzale niegue la palabra al pueblo", exclamó mirando a la bancada de los de Otegi. Un argumento que los peneuvistas han reiterado en los últimos meses y que tenían previsto seguir usando para intentar abrir una vía de agua más en la ya maltrecha situación de la formación ilegalizada. Ese discurso se quedó congelado cuando Otegi anunció, sobre las cinco de la tarde, tras más de siete horas de debate, que Batasuna iba a dar tres votos al plan.

A renglón seguido, Otegi advirtió al PNV de que esos apoyos son para defender "la autodeterminación, Euskal Herria y la consulta popular", y no para apañar una reforma del Estatuto de Gernika. Acto seguido exigió a Ibarretxe que se aplique en sentar las bases de un nuevo acuerdo nacional para alcanzar la independencia de Euskal Herria. "En caso contrario", le dijo, "nos tendrá enfrente" y será el único responsable de "prolongar el conflicto muchos años más".

Otegi aclaró en el turno de réplica que sería perfectamente posible sentar las bases de ese gran acuerdo sobre el pilar de que "somos un pueblo, una nación, una comunidad nacional llamada Euskal Herria que tiene derecho a decidir". Según dijo, en el referéndum participarán "todos los que viven y trabajan en este país". El portavoz de SA explicó que el objetivo más inmediato será consensuar y acordar cómo se hace eso. "Los ritmos, los métodos, las garantías de derechos para todo el mundo, y cómo se va a llevar a cabo un proceso de desmilitarización de todas las partes" en el conflicto, en alusión a ETA y a las policías.

Ibarretxe, desde luego, no atinó ayer cuando a primera hora de la mañana intentó explicar de manera gráfica que su plan había partido la Cámara vasca en dos. Dijo que había dejado una fotografía en "blanco y negro" de dos bloques: el Gobierno tripartito (PNV, EA y EB) y el bloque constitucionalista-abertzale formado por socialistas, populares y SA. Este último término, acuñado por la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, también se desplomó a la vista del regalo que a las cinco de la tarde les hicieron los independentistas.

"No tiene vuelta atrás"

En lo que sí coincidieron Ibarretxe y Otegi, además de en la votación, fue en decir que el camino iniciado ayer no tiene vuelta de hoja. Desde los primeros minutos de su discurso, Ibarretxe dejó claro que la "nueva etapa política" no tiene vuelta atrás" porque "con éste o con otro proyecto", el proceso "terminará con una consulta a la sociedad vasca".

La oposición constitucionalista, formada por PSE, PP y UA, subrayó que el apoyo de Batasuna reedita el Pacto de Lizarra. "ETA es el garante de este plan", dijo el portavoz del PP, Leopoldo Barreda, quien calificó todo el proceso de burla a las víctimas del terrorismo.

Ibarretxe sólo mencionó a ETA para explicar que era precisamente la "violencia inasumible e inhumana del terrorismo" una de las tres razones, junto con el bloque político existente en 2001 y la "dictadura del no diálogo y la crispación política", lo que le motivó para presentar su plan.

La votación del plan se produjo de viva voz, sin usar la electrónica, tras pedirlo así al inicio del pleno los grupos del PP y del PSE.

Javier Madrazo (EB), Josu Jon Imaz (PNV), el <i>lehendakari,</i> Juan José Ibarretxe, y Begoña Errazti (EA) celebran la aprobación del plan.
Javier Madrazo (EB), Josu Jon Imaz (PNV), el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y Begoña Errazti (EA) celebran la aprobación del plan.PRADIP J. PHANSE

Otegi lee una carta de Ternera y tilda a Egibar de "barriobajero"

El discurso del líder de la ilegalizada Batasuna fue una caja de sorpresas. Junto a los tres votos a favor del plan, Arnaldo Otegi aprovechó su intervención para leer una carta remitida por el ya ex diputado y prófugo de la justicia, imputado por un asesinato, José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera.

Datada en Euskal Herria, en el mes de diciembre, Josu Ternera subraya en la misiva que ya "no valen para la solución del conflicto ni planes parciales ni partidistas", en sintonía con lo expresado por el propio Otegi en la tribuna. Y explica su huida, hace más de un año, por la "persecución de los jueces y policías españoles", lo que le obliga a desarrollar "su militancia política en la clandestinidad". Urrutikoetxea reitera su apoyo a la celebración de una consulta popular y a que los vascos decidan su futuro, dos de las razones usadas por Otegi para dar tres votos de su grupo a favor del plan. Y advierte de que la izquierda abertzale estará enfrente de quienes pretendan "imponer nuevos engaños" al "pueblo, si quieren dar aire al marco político que deshace" su "pueblo", en alusión a la división en dos Estados.

En la réplica del portavoz peneuvista, Joseba Egibar, éste sacó a relucir la carta de varios históricos dirigentes de ETA encarcelados, como Francisco Mújica Garmendia, Pakito, en la que defendían el fin de la lucha armada y el traspaso de la dirección del movimiento a Batasuna.

Otegi, nada más tomar la palabra, consideró que sacar a relucir esa misiva de los presos era "algo sucio y barriobajero". "¿Para rebatir qué sacan la carta de los presos?", preguntó. Eso demuestra que "no hay argumentos", indicó Otegi. "El problema es que ustedes venían aquí con un guión, a iniciar la campaña electoral", remarcó. Y eso se les ha venido abajo, vino a decir el líder de Batasuna. Egibar no atisbó a comprender qué había de sucio o barriobajero en señalar que la carta hablaba de "apostar por vías políticas democráticas". Y en tono irónico aseguró que habrá que tener un especial cuidado con "el cutis y la epidermis" de algunos parlamentarios. "Nosotros, desde luego, no hemos filtrado esa carta", aseguró el dirigente peneuvista.

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