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Cultura entra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña

El Estado contribuirá al presupuesto ordinario del principal museo de Barcelona

Después de muchas negociaciones no siempre fáciles, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, rubricó ayer el acuerdo mediante el cual el Estado acepta entrar en el presupuesto ordinario del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). La firma, un primer acuerdo que ahora tendrá que formalizarse en un convenio más elaborado, se ha producido a pocos días de que se inaugure, el día 16 de diciembre, la última fase de la rehabilitación del museo, que acoge mil años de arte catalán desde el románico hasta la actualidad.

Este acuerdo supone un giro copernicano en la gestión del MNAC. Hasta ahora, el Ministerio de Cultura participaba en la financiación de las obras de rehabilitación del edificio a partes iguales junto a la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. Estas obras que ahora concluyen han costado 122 millones de euros desde que se inició el proyecto, en 1986. Es decir, hasta ahora el ministerio ha aportado 40,6 millones de euros, 16,5 de los cuales han correspondido a esta última fase. El problema era que, básicamente por la negativa de Convergència i Unió, el partido que durante veinte años ocupó el Gobierno de la Generalitat, esta importante participación no se correspondía con su representación en el consorcio que rige el museo lo que, además, impedía su participación en el presupuesto ordinario de funcionamiento del centro.

"Una vez acabadas las obras se iniciaba un nuevo proceso, un cambio de tercio completo, en el que se imponía una decisión política por parte del ministerio respecto a si era mejor irse o quedarse", señaló ayer Carmen Calvo, que reconoció que nunca antes había visitado el museo y que le había sorprendido e impresionado.

La decisión, añadió, ha sido quedarse para colaborar y compartir responsabilidades con las otras administraciones en el futuro del centro, al tiempo que se refleja así desde el ministerio la diversidad cultural del país. Calvo felicitó a todas las personas que han contribuido a la puesta en marcha de este museo y de manera especial consideró "un acierto" que la presidencia del MNAC esté ahora en manos de Narcís Serra.

Serra, que había abierto el acto, indicó por su parte que esta firma es "la legalización de una situación de hecho porque ya existía una inversión del ministerio en el museo". Este acuerdo pretende, añadió, crear un marco "sensato, estable y concreto" de colaboración entre las distintas administraciones para transformar el museo "en un poderoso instrumento cultural, vivo y dinámico".

También rubricaron el acuerdo el alcalde de Barcelona, Joan Clos, -que recordó el esfuerzo "desmesurado" que durante años realizó el Ayuntamiento de Barcelona para sufragar en solitario el museo-, y la consejera de Cultura de la Generalitat, Caterina Mieras, que animó a la ministra a continuar colaborando con las instituciones catalanas con un amistoso "ministra, no te rajes".

El acuerdo que ayer se firmó deberá ahora ser aceptado formalmente por el Ayuntamiento de Barcelona y por la Generalitat, las dos administraciones que por ahora integran el patronato del museo. Una vez superado este trámite, desde el ministerio podrá formalizarse también su entrada en el consorcio, lo que supondrá la aprobación de unos nuevos estatutos. Una vez estén acabados estos trámites, que se calcula durarán entre dos y tres meses, se decidirá cuál será el porcentaje de la aportación ministerial al presupuesto del museo, que en 2005 está cifrado en 17 millones de euros. En principio se prevé que un 30% de esta cantidad se consiga con recursos propios del centro (entradas, tienda...) y el resto lo aporten las instituciones. La previsión es que la Generalitat aporte el 50%; el Ministerio de Cultura el 30% y el Ayuntamiento de Barcelona el 20%. Esto supondría para el ministerio contribuir en 2005 con 2,3 millones de euros.

El protocolo firmado ayer indica también que se abren "otras vías de colaboración, entre las que destaca la cesión al MNAC, por parte del Estado, de obras de arte procedentes de las daciones en pago de los impuestos estatales".

Caterina Mieras, Carmen Calvo, Joan Clos y Narcís Serra, ante el ábside de Sant Climent de Taüll. 

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Caterina Mieras, Carmen Calvo, Joan Clos y Narcís Serra, ante el ábside de Sant Climent de Taüll. / MARCEL.LÍ SÁENZ

De Taüll a Tàpies

Uno de los lemas de la apertura de todas las salas del Museo Nacional de Arte de Cataluña, que el próximo día 16 de diciembre inaugurarán los Reyes, será el de 1.000 años de arte catalán. Desde el ábside de Sant Climent de Taüll, una de las joyas del arte románico europeo, hasta la pintura Marrón negruzco, de Tàpies, el museo atesora una importante colección que tiene sus puntos más fuertes en el periodo medieval y en la etapa modernista, especialmente en lo que se refiere al arte catalán o realizado en Cataluña aunque cuenta con significativas piezas de otros estilos y también abundantes ejemplos del arte español e internacional. Tras su apertura, en sus salas podrán verse obras importantes de artistas como Zurbarán, Tiepolo, El Greco, Anibale Carracci, Bartolomé Berjejo, Rodin, Canaletto, Fortuny, Casas, Gargallo, Julio González, Gaudí, Nonell o Dalí, para citar solo algunos nombres.

Hasta ahora sólo podían visitarse el arte románico y el gótico, pero a partir de la próxima semana se abren las salas del Renacimiento, Barroco y los siglos XIX y XX. Éstos últimos formaban parte antes del Museo de Arte Moderno. La unificación de todas las colecciones en un mismo centro incluye también los fondos de fotografía, los gabinetes numismáticos y de dibujos y la Biblioteca de Arte. También se mostrará la colección Thyssen, unas 60 obras históricas que se exhibían en el Monasterio de Pedralbes; la colección Cambó, un legado del político que cuenta con importantes obras de Goya, Fragonard o Rubens, entre otros; y una selección de los fondos de arte catalán del siglo XIX y XX de la colección de Carmen Thyssen.

El museo tiene como sede el Palau Nacional, edificio emblemático de la Exposición Internacional de 1929 situado en la falda de la montaña de Montjuïc y visible desde muchos puntos de Barcelona. Se trata de un edificio de carácter historicista y de dudoso valor arquitectónico que se pensó efímero, lo que ha condicionado las obras de reforma ya que gran parte del presupuesto de la primera fase se destinó a construir unos cimientos de los que carecía. Una vez se decidió que el museo debía permanecer en este edificio, supuestamente para darle un uso a este edificio clave en el skyline barcelonés, se encargó a la arquitecta italiana Gae Aulenti el proyecto de adecuación.

En 1986 se le encarga el primer proyecto y comienzan algunas obras, inicialmente cifradas en unos 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros) con el objetivo de que estuviera finalizado en 1991, a tiempo para los Juegos Olímpicos. Pero en 1992 sólo se consiguió inaugurar el vestíbulo y la Sala Oval si bien el presupuesto ya se había triplicado y el museo se había convertido ya en uno de los principales centros de polémica de la cultura catalana de estos años. Finalmente, y después cambiar dos directores, en 1995 pudieron inaugurarse las salas de arte románico y en 1997 las de arte gótico. Vinieron después dos años de parálisis y, por último, en 2000 se consiguió un primer acuerdo, aún incompleto, de financiación que permitió continuar las obras para conseguir abrirlo por completo en diciembre de 2004, cosa que sucederá el próximo jueves.

Un nuevo modelo de política cultural

El acuerdo con el MNAC es el primer paso de un cambio de modelo en la política cultural del ministerio, según indicó ayer Carmen Calvo. "Es algo que ahora inauguramos pero que hemos pensado mucho porque el sistema actual no tiene en cuenta los 25 años de autonomías ni la realidad del presente", comentó Calvo. Según la ministra de Cultura, que no concretó específicamente cómo sería este nuevo modelo, en esta legislatura puede haber traspaso de competencias sobre algunas instituciones desde el ministerio a otras administraciones y, al mismo tiempo, el ministerio puede entrar en otros equipamientos significativos para, como en el MNAC, "compartir esfuerzos y colaborar con otras administraciones".

En Cataluña, en donde siempre se ha reclamado una mayor inversión del Estado en los grandes equipamientos de carácter nacional o internacional, el Ministerio de Cultura participa en el patronato del Liceo, está aún pendiente de acabar la última fase del Auditorio y queda pendiente la construcción de la Biblioteca Provincial, que se iniciará, indicó Calvo, cuando esté claro que el solar municipal aportado está libre de cargas arqueológicas, algo que se da por hecho desde el Ayuntamiento.

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