"Desaprovechar el potencial de las mujeres, además de injusto, es una malversación"
Neus Visa (Barcelona, 1962) es una mujer muy alta, de andares calmos y expresión serena. Es profesora de Biología Molecular y Genómica Funcional de la Universidad de Estocolmo y ha hecho un viaje relámpago a Barcelona para dar una conferencia sobre "La mujer en el mundo de la ciencia. El modelo sueco", invitada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, con el apoyo del Observatorio de Bioética y Derecho y la Fundación Dr. Antoni Esteve. Neus Visa puede hablar con propiedad del modelo sueco porque es allí donde ha hecho toda su carrera científica. Tras doctorarse en Biología Celular en Universidad Autónoma de Barcelona, logró una beca de la European Molecular Biology Organization (EMBO) para investigar expresión génica en Suecia durante dos años. Y allí sigue.
"El problema es que el talento por sí mismo no determina la carrera científica. Hay otros factores en los que las mujeres están peor situadas"
Pregunta. De eso hace doce años. ¿Por qué se quedó?
Respuesta. Simplemente, conocí al que sería mi marido y decidí quedarme. Después, todo se fue encadenando. Cuando terminé la beca EMBO conseguí otra de la Comunidad Europea para seguir trabajando en el Instituto Karolinska. Luego obtuve una plaza de investigador junior del Consejo de Investigación sueco y antes de terminar, en 1999, gané una plaza de profesora asociada en la Universidad de Estocolmo. Desde 2003 estoy en excedencia de la tarea docente y vuelvo a ocupar una plaza de investigadora del Consejo de Investigación.
P. Realmente el periplo describe un marco de oportunidades. ¿Cree que hubiera tenido las mismas aquí?
R. Entonces en Suecia había muchas plazas para investigadores jóvenes y en España muy pocas. Pero además, aquí había otro problema: las plazas a las que habría podido optar eran plazas universitarias con una enorme carga docente. En Suecia he podido dedicarme a la investigación con mucha más intensidad.
P. Pero incluso en Suecia hay, según su conferencia, un techo de cristal para las mujeres científicas.
R. La situación ha mejorado mucho, pero todavía estamos lejos de la paridad. El problema es que el talento por sí mismo no determina la carrera científica. Hay otros factores que influyen, en los que las mujeres están peor situadas. De hecho, según el informe ETAN, tanto España como Suecia se encuentran entre los países que el 55% o más de los licenciados son mujeres, pero luego se produce la famosa tijera, en que ellos van subiendo y ellas van cayendo. La sociedad ha de tomar conciencia de que educar a las mujeres en carreras científicas y no aprovechar al máximo su potencial investigador, además de una injusticia, es una malversación de recursos.
P. Las leyes garantizan la igualdad. ¿Cómo es que ese derecho se diluye luego entre las probetas?
R. Dos científicas suecas, Christine Weneras y Agnes Wold, se plantearon esta cuestión y analizaron qué ocurrió en el concurso de becas posdoctorales del Consejo de Investigación en Biomedicina de Suecia del año 1995. Había 20 becas y se presentaron 114 solicitantes, 62 hombres y 52 mujeres. Se dieron 16 becas a hombres y cuatro a mujeres. ¿Por qué esta enorme diferencia?, se preguntaron. Después de analizar minuciosamente todos los expedientes, llegaron a conclusiones muy interesantes. Por ejemplo: incluso en los parámetros más objetivos, los que valoraban los trabajos publicados y su impacto, en igualdad de méritos, las mujeres tuvieron puntuaciones muy inferiores a los hombres, por debajo incluso de la puntuación del más incompetente. Y también observaron que los seleccionados tenían fuertes relaciones personales con los miembros del tribunal evaluador. Finalmente tradujeron todos los parámetros analizados a cifras y publicaron en Nature un demoledor artículo que demostraba que para llegar al mismo lugar, una mujer necesitaba publicar tres veces más que un hombre.
P. ¿Sirvió de algo poner en evidencia esa realidad?
R. Sí, hubo una gran polémica y a raíz de este estudio se aplicaron una serie de medidas que han logrado un nivel de transparencia y de concienciación muy importantes. Porque para promover la igualdad hay muchas medidas posibles, pero algunas, como bajas de maternidad más largas, plazas adaptadas a las necesidades de las mujeres, son muy caras y tienen más dificultades, pero hay otras, relacionadas con la trasparencia, que apenas tienen coste y en cambio son muy efectivas para impulsar el cambio.
P. ¿Por ejemplo?
R. En Suecia todos los órganos de decisión, como los comités de evaluación o de concesión de becas, han de tener una composición paritaria. No es obligatorio, porque en algunos ámbitos no hay suficientes candidatas, pero es una recomendación fuerte, y si un comité no puede tener una representación paritaria, lo ha de justificar en un informe público. Además, el Consejo de Investigación sueco ha de presentar al Gobierno un informe anual indicando qué ha hecho para promover la paridad y qué resultados ha obtenido.
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