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Reportaje:

Vega Sicilia da en el blanco

La bodega vallisoletana prepara un nuevo vino tras años de pruebas

Miguel Ángel García Vega

En los pasados seis meses, Vega Sicilia ha generado tantas noticias como, quizá, en el último medio siglo. Una empresa que se caracteriza por una vida muy tranquila, en un escaso margen de tiempo ha creado una bodega nueva en la zona de Toro (Zamora) y, por sorpresa, anuncia que está elaborando un vino blanco. Sin duda, una gran revolución en un mundo tan conservador como el de los vinos, y más todavía en la gama de producto en el que se mueve la bodega vallisoletana.

Los grandes amantes de estos legendarios pagos castellanos tal vez recuerden que Vega Sicilia había elaborado vinos blancos -desde luego, no todos los años- entre 1900 y 1950. De acuerdo con el archivo que maneja la bodega, la última cosecha fue la de 1948, al parecer excelente. Una fecha que resulta tan lejana que para la empresa alimentaria es como si elaboraran vino blanco por primera vez en su historia. Pero, ¿por qué lanzar este caldo?

"Estamos arriesgando 16 años de trabajo, pero es necesario para hacer algo serio", afirma Pablo Álvarez, director general de la bodega
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"Personalmente", explica Pablo Álvarez, director general de Vega Sicilia, "soy un gran aficionado a los grandes vinos blancos del mundo. Me gustan mucho los borgoñas y los vinos del Ródano. Ése fue el punto de partida. En 1991 propuse a mi familia

[los Álvarez, propietarios del Grupo Eulen y dueños de la bodega desde 1982] intentar un gran caldo de este tipo en Vega Sicilia y empezamos a trabajar". Pero, ¿por dónde?

Decidieron plantar cuatro variedades de uva: Viogneir, Roussanne, Marsanne y Chardonnay, y escogieron hacerlo en el suelo más frío de toda la finca. A cada variedad se le asignaron tres hectáreas de terreno y esperaron durante 10 años a que la uva tuviera una cierta calidad para empezar a trabajar con ella. En todos estos años no se ha embotellado absolutamente nada, sólo se ha analizado la uva de cada cosecha.

Sin embargo, este año ya se han lanzado a la aventura y han elaborado 2.000 kilos de cada variedad con dos tipos de fermentaciones: una en pequeños depósitos de 500 kilos de acero inoxidable y otra en 24 barricas de roble, en grupos de seis tipos de barricas de diferentes productores por cada variedad. Para los más apasionados a estos caldos, hay que decir que la vendimia se hizo entre los días 25, 26 y 27 de septiembre, y se consiguió una uva con un grado de azúcar que oscilaba entre 12º y 14,5º y una acidez de entre 7º y 8º de tartárico.

¿Qué quieren decir todas estas precisiones? Pues "que todavía sabemos muy poco o nada de cómo se pueden comportar estas variedades en este suelo y en un clima como el de Valladolid. Iremos aprendiendo poco a poco", avanza Pablo Álvarez. "La idea es realizar cinco experiencias más durante cinco años consecutivos. Y en 2009 o 2010, y a la vista de los resultados, determinaremos si es posible hacer aquí un gran vino blanco o no. Si todo sale bien, elaboraríamos la cosecha de esos años. En caso contrario, se abandonaría el proyecto y se arrancarían las cepas". Esta última posibilidad supondría para la empresa una pérdida de 500.000 euros, que es la cantidad que cuesta mantener esta experiencia viva hasta esa fecha.

Objetivo a la vista

Pero si por el contrario -tal y como se espera- todo este enorme esfuerzo diera lugar al primer vino blanco de la era moderna de Vega Sicilia, los beneficios serían muy notables. En el supuesto de que finalmente el caldo que se decidiera elaborar fuera monovarietal (una única variedad), estaríamos hablando de una producción no superior a 4.000 o 5.000 botellas al año. Con estos niveles, no hay duda de que el precio de la botella tendría que ser a la fuerza alto. El órdago está sobre la mesa. "Estamos arriesgando 16 años de trabajo y experiencia, pero creo que es necesario para hacer algo serio y alcanzar nuestro objetivo", dice Álvarez.

"Las consecuencias no sólo serían buenas para nosotros si lo conseguimos; también resultaría enormemente beneficioso para la región de Ribera de Duero y creo que para el vino español en general. En España se piensa que el vino blanco es inferior con respecto al tinto y todavía se escuchan expresiones como que el mejor blanco es un tinto. Para nosotros es muy importante conseguir en nuestra finca un gran vino de estas características y Vega Sicilia está dispuesta a arriesgar para lograrlo".

Barricas de vino en las instalaciones de Vega Sicilia.
Barricas de vino en las instalaciones de Vega Sicilia.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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