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NUTRICIÓN

Hipertensión bajo control

Un estudio ha demostrado que la dieta DASH, que reduce la ingesta de carne roja, sodio y azúcar, es un tratamiento eficaz contra la hipertensión arterial.

La hipertensión arterial afecta al 20% de la población adulta. Aunque habitualmente no produce síntomas, poco a poco va dañando órganos vitales como el corazón, los riñones, el cerebro y las arterias, y aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares. El corazón debe trabajar más para poder mandar sangre a las arterias cuya presión ha aumentado y, como consecuencia, se hipertrofia. A la larga, este mecanismo compensador genera una mayor demanda de sangre para el corazón, lo que aumenta el riesgo de padecer infartos agudos o insuficiencias cardiacas. La tensión excesiva en las arterias cerebrales puede provocar su rotura, produciéndose hemorragias cerebrales con el consiguiente daño neurológico. También el riñón sufre el efecto nocivo de la hipertensión degenerándose hasta llegar a la insuficiencia renal crónica. La dieta DASH es un tratamiento eficaz para combatirla.

Actualmente existen múltiples fármacos que han demostrado su eficacia en el tratamiento de la hipertensión. En ocasiones, una buena dieta junto a un aumento del ejercicio físico puede ser suficiente. Se calcula que uno de cada cuatro casos de hipertensión está relacionado con la obesidad. Otros factores nutricionales que influyen también en la hipertensión son el excesivo consumo de sal y de alcohol. A pesar de la creencia popular de que el café sube la tensión, la cafeína es un estimulante del sistema nervioso, y los estudios epidemiológicos no han mostrado que exista una relación entre su consumo moderado y la hipertensión.

El nombre de la dieta DASH proviene de las siglas, en inglés, de aproximación dietética para detener la hipertensión. En el estudio que descubrió la eficacia de esta dieta participaron 400 pacientes con hipertensión, que se distribuyeron al azar en dos grupos: uno siguió con su dieta habitual y el otro comenzó la dieta DASH, rica en frutas y verduras, lácteos desnatados, cereales integrales, pollo, pescado y frutos secos, y que reduce la ingesta de carne roja, sodio y azúcar. La dieta DASH disminuyó los niveles de tensión arterial con respecto a la dieta control y, asociada a una restricción de la ingesta de sodio, logró una reducción aún mayor de la presión arterial. Este beneficio se produce incluso entre los sujetos con tensión arterial normal. Además, esta dieta aporta cantidades suficientes de ácido fólico, lo que disminuye los valores de homocisteína, que es una sustancia presente en la sangre que se considera un factor de riesgo cardiovascular. Con la dieta DASH también se logra disminuir los niveles de colesterol total y de colesterol malo (LDL). También se reduce el colesterol bueno (HDL), pero este efecto indeseable se puede contrarrestar con un aumento de la actividad física, como caminar unos 30 minutos al día.

Pilar Riobó es jefa asociada de endocrinología y nutrición de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

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