Europa está dispuesta a construir el reactor ITER en Francia sin Japón y EE UU
Los ministros confirmarán la decisión el día 25 tras fracasar ayer la segunda ronda negociadora
La Unión Europea se mostró ayer dispuesta a construir en Cadarache (Francia) el reactor experimental de fusión ITER con los socios que quieran adherirse si Japón no cede en su pretensión de albergar la sede de este faraónico proyecto. Ayer terminó sin acuerdo el segundo día de negociaciones entre Europa y Japón en Viena, en presencia de los restantes socios: Estados Unidos, Rusia, China y Corea del Sur. La decisión formal de seguir adelante la estudiará el próximo día 25 el Consejo de Ministros de Competitividad. Francia está dispuesta a doblar su aportación si se construye en Cadarache.
El pasado 24 de septiembre, los ministros de Competitividad de la UE ya echaron el órdago al consorcio ITER al pedir a la Comisión que fuera preparando los elementos principales para poder proseguir en solitario los planes de construcción del reactor si para su próxima reunión, el 25 de noviembre, no se había conseguido el acuerdo con Japón. El reactor se considera un paso imprescindible para poder aprovechar la fusión nuclear para la producción de energía.
Ayer, Fabio Fabbi, portavoz de Investigación de la CE, matizó que en Viena no ha habido acuerdo, pero tampoco un fracaso total. "Se han logrado progresos, avances, aunque la última propuesta de la Comisión Europea no fue aprobada por Estados Unidos y Japón, pero tampoco rechazada", dijo a Europa Press. La reunión se celebró en la sede del Organismo Internacional de la Energía Atómica, de la ONU.
Un año de retraso
Unas horas antes, el mismo portavoz había asegurado que, en ausencia de acuerdo, seguirían los planes para emprender el proyecto con los socios -Rusia y China- que apoyan la candidatura europea para construir el ITER en Cadarache (Francia). "Tendremos que pensar en cómo seguir adelante con el máximo número de socios que quieran participar", aseguró. Desde hace casi un año se mantiene el apoyo de EE UU y Corea del Sur a Japón, y de Rusia y China a Europa, lo que ha hecho imposible decidir la sede de esta gran instalación que se considera el proyecto tecnológico más importante después de la Estación Espacial Internacional.
El Estado español -que presentó la candidatura de Vandellós como sede del ITER y no consiguió el refrendo de la UE- tiene una postura clara. "España apoya todas las decisiones del Consejo de Competitividad", aseguró ayer Carlos Alejaldre, ex director del proyecto ITER español y actual director general de Política Tecnológica. "Éste es un gran proyecto y merece la pena que sea apoyado por todos los socios, para beneficio de todos", añadió.
El principal escollo para que Europa lidere el proyecto sin la aportación de Estados Unidos y de Japón es el dinero necesario, aunque también presenta problemas salirse del marco común y emprender un nuevo proyecto en el aspecto burocrático aunque no técnico. Se calcula en 4.700 millones de euros el coste de construcción del reactor experimental en un periodo de 10 años. La UE ha decidido aportar 1.850 millones de euros y en septiembre anunció que India, Suiza y Brasil estarían dispuestos a participar en el proyecto europeo, aunque sólo los suizos han concretado la cuantía que aportarían. Por su parte, Francia ha propuesto aumentar su contribución al ITER de 475 a 914 millones de euros, un 20% del coste total de construcción.
El proyecto ITER pretende demostrar la viabilidad científica y técnica de la energía producida por la fusión de los átomos, la misma que se produce en el interior de las estrellas. Si tuviera éxito, todavía faltarían pasos importantes y mucho tiempo hasta la llegada de reactores comerciales de fusión nuclear, cuya existencia no se prevé antes de 2050.
El diseño del futuro ITER se basa, al igual que otros reactores anteriores experimentales más pequeños, en cámaras toroidales -con forma de rosquilla- en las que se confina magnéticamente el plasma. En cuanto al combustible, el deuterio se extrae del agua del mar, pero el tritio se produce en el mismo reactor.
Aunque el diseño conceptual del reactor ITER arrancó en 1988, hasta 1991 no se constituyó el tratado para el programa mundial y entre esa fecha y 1996 se hizo el diseño de ingeniería. La investigación en fusión nuclear como fuente de energía se realiza desde hace 50 años, pero la incertidumbre sobre su aplicación práctica y el alto coste del diseño elegido por el proyecto ITER y los anteriores reactores experimentales han frenado en algunas épocas su desarrollo.
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