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Aznar culpó a los aceiteros por "no cumplir las normas"

El 25 de julio de 2001, veintitrés días después de que se ordenara la retirada del aceite de orujo por estar contaminado con benzopireno, el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, señaló a los productores como culpables de la crisis por "no cumplir las normas". Lo que Aznar no tuvo en cuenta fue que el día en que se ordenó la retirada del aceite (2 de julio) no existía ninguna norma que cumplir.

En Europa sólo la República Checa tenía un límite para estas sustancias. De hecho, no fue sino nueve días después del estallido de la crisis (11 de julio) cuando el Gobierno decidió cuál iba a ser el máximo permitido: dos partes por millardo (2 miligramos por cada tonelada de aceite).

La propia ex ministra de Sanidad y Consumo, Celia Villalobos, lejos de alegar ninguna norma había justificado el decreto de retirada del aceite en el "principio de precaución, más allá de la evidencia científica". Esta decisión se tomó más de un mes después de que las autoridades de la República Checa dieran la primera alarma.

Villalobos afirmó que su cometido era "defender a 40 millones de españoles" por encima de los intereses de los orujeros. "Si se arruina alguien, que se arruinen 40 y no que se mueran 40 millones", remachó en un programa de televisión.

Mariano Rajoy

El ex vicepresidente primero del Gobierno y actual presidente del PP, Mariano Rajoy, también defendió a Villalobos. "La decisión de Sanidad de retirar del mercado este aceite es, como todas las decisiones, algo opinable, como demuestra el hecho de que los consumidores están a favor y los productores en contra. Pero, si hay un producto con sustancias cancerígenas, hay que tomar medidas", afirmó el 5 de julio.

La falta de sostén legal de la decisión llevó al entonces comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, a criticar públicamente al Gobierno. "España debía haber esperado a tener una base científica comunitaria antes de actuar. Sabemos que el benzopireno es peligroso desde hace 50 años, pero primero hay que clarificar cuál es el nivel de residuos que se puede tolerar", afirmó.

La prohibición de la venta de aceite de orujo se levantó el primero de agosto. Parte de las botellas retiradas pudieron volver a venderse después de analizar la concentración de contaminantes. El resto era producto nuevo, extraído cuando los fabricantes se comprometieron a adoptar sistemas que reducían la necesidad de calentar el aceite, y, con ello, el riesgo de la presencia de benzopirenos.

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