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NUTRICIÓN | Los científicos reconocen la necesidad de hacer ensayos clínicos y piden más recursos

Andalucía impulsa las investigaciones para probar los efectos saludables del aceite de oliva

La Junta de Andalucía se ha propuesto exprimir científicamente el fruto del olivo para obtener pruebas definitivas sobre los efectos saludables del aceite de oliva. Los 3.300 estudios realizados en todo el mundo aportan numerosos e importantes indicios científicos, pero no son suficientes para realizar recomendaciones médicas concretas en la prevención de un infarto o un tipo de cáncer: hace falta investigar más y, sobre todo, hacer más ensayos con humanos.

El primer paso ha sido reunir a más de 300 científicos y médicos para concretar qué se sabe y estimular nuevas investigaciones. "Tenemos un producto al que no le hemos extraído todavía el beneficio científico que se le puede extraer", resumió Francisco Pérez Jiménez, presidente del comité científico del Congreso Internacional sobre Aceite de Oliva y Salud, celebrado del 21 al 23 de octubre en Jaén. En su opinión, "sólo se conoce el 10% de sus efectos beneficiosos".

Las investigaciones realizadas indican que el zumo de la aceituna, en el contexto de una dieta mediterránea, previene el cáncer, reduce el riesgo cardiovascular, favorece el envejecimiento saludable y aumenta la longevidad. Pero estos indicios se derivan en su mayoría de estudios experimentales y epidemiológicos. Los investigadores reunidos en Jaén creen que si se potencian las ayudas a la investigación, se podría pasar de los indicios a las pruebas.

En el documento de consenso elaborado, la denominada Declaración de Jaén, la recomendación más clara es que el consumo de aceite de oliva virgen "se inicie antes de la pubertad y se mantenga a lo largo de toda la vida".

Muchos de los efectos saludables de esta grasa mediterránea se atribuyen a ciertos compuestos menores que sólo están en el aceite de oliva virgen (el simple aceite de oliva está refinado y los ha perdido). "El que más componentes saludables tiene es el aceite de oliva virgen", afirma Pérez Jiménez. Pero queda todavía por precisar los efectos beneficiosos de cada compuesto.

Para impulsar estas y otras investigaciones, la Junta de Andalucía ha creado el Centro de Excelencia Investigadora en Aceite de Oliva y Salud (CEAS). Se ha puesto en marcha con 600.000 euros, aunque se espera "involucrar a la interprofesional del sector olivarero" y conseguir unos 30 millones de euros para financiar las investigaciones, según la consejera de Salud de Andalucía, María Jesús Montero.

En este centro, configurado como una red virtual con sede en Jaén, trabajan ya más de 60 investigadores y técnicos de Andalucía en tres líneas investigación: cáncer, enfermedades cardiovasculares y envejecimiento. Así están las cosas en los tres campos:

- Cáncer. Uno de cada tres cánceres está relacionado con la dieta, y numerosos estudios muestran que el consumo de aceite de oliva reduce el riesgo de padecer ciertos tumores, como los gastrointestinales o los de mama y próstata. De hecho, en España, la prevalencia del cáncer de mama y de colon es, respectivamente, un 28% y un 42% inferior a la media de la Unión Europea.

Además, "de manera experimental se ha demostrado que la quimioterapia es más eficaz cuando se administra con aceite de oliva", dice Ramón Colomer, jefe del servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología de Girona. Sin embargo, "de momento no podemos recomendar que una persona con cáncer se tome dos cucharadas de aceite de oliva", precisa.

- Enfermedades cardiovasculares. Los estudios epidemiológicos muestran que una dieta mediterránea, rica en aceite de oliva virgen, reduce el riesgo cardiovascular. Pero faltan ensayos clínicos que lo demuestren. El estudio Predimed, que se realiza en España con 12.000 personas, va en esta línea. "Es el único en el mundo diseñado para ver si el aceite de oliva puede contribuir a la prevención cardiovascular", afirma José María Ordovás, de la Universidad de Tufts, en Boston (EE UU). En unos tres años habrá resultados.

- Envejecimiento. "Envejecemos porque nos oxidamos", resume José María Mataix, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de Granada. El aceite de oliva es un potente antioxidante y podría proteger del deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento y con el Alzheimer. Una de las líneas de investigación plantea la posibilidad de influir con el consumo de aceite de oliva en la calidad de las membranas mitocondriales de las células para favorecer un envejecimiento más saludable.

La consejera de Salud de Andalucía, María Jesús Montero, en el reciente congreso del aceite.
La consejera de Salud de Andalucía, María Jesús Montero, en el reciente congreso del aceite.JOSÉ MANUEL PEDROSA

Dieta mediterránea y mercado

Los efectos saludables atribuidos a un alimento son uno de los mejores argumentos para su consumo y para incluirlo en una dieta saludable. Sin embargo, la mejor manera de estropear una dieta es prestarle demasiada atención a un alimento. "El aceite de oliva no sirve para nada o puede ser perjudicial si no es en el contexto de una dieta sana como la mediterránea", reconoce el Francisco Pérez Jiménez, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Desde la década de 1960, el aceite de oliva ha ido perdiendo protagonismo en la dieta española (el consumo diario ha pasado de 60 gramos a 30 gramos), a la vez que ha aumentado el consumo global de calorías y se ha desvirtuado la dieta mediterránea tradicional. Los expertos relacionan estos cambios dietéticos con el aumento del sobrepeso y la obesidad, así como de diversas enfermedades, como la diabetes, el Alzheimer, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.

La dieta mediterránea, según la investigadora griega Antonia Trichopoulou, profesora de nutrición y medicina preventiva de la Universidad de Atenas, se define por nueve componentes: aceite de oliva, frutas, legumbres, cereales y verduras en proporción elevada; un aporte moderado de vino y de lácteos; un contenido entre moderado y alto de pescados, y un moderado aporte de carne.

Los 39 expertos firmantes de la Declaración de Jaén reclaman que en la definición de dieta mediterránea se incluya el aceite de oliva virgen. Pero este aspecto es controvertido, pues algunos investigadores, principalmente anglosajones, admiten que se puede conseguir una dieta saludable con otras grasas, aunque sean refinadas.

Y es que en la alimentación influyen factores culturales y económicos, aparte de los puramente médicos o científicos. El caso del aceite de oliva es, en este sentido, un ejemplo próximo de confluencia de argumentos médicos y de mercado (España produce uno de cada cinco litros que se consumen en todo el mundo). "El futuro del aceite de oliva descansa en buena medida en la investigación biomédica", sostiene la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero. Las investigaciones dirán qué hay de ciencia y qué de mercado.

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