Arturo Pérez-Reverte bombardea los desastres de la historia de España
El escritor presenta su novela 'Cabo Trafalgar' con Juan Eslava Galán y Rafael de Cózar
Arturo Pérez-Reverte se ha inventado el navío Antilla para navegar con los traicioneros vientos de la última historia de España y tratar de no naufragar en el desencanto. Pero también para bombardear a todos aquellos que considera culpables del desastre que certificó el declive de un imperio con la batalla contra los ingleses en las costas de Cádiz. El escritor presentó ayer su obra Cabo Trafalgar (Alfaguara) junto a sus colegas Juan Eslava Galán y Rafael de Cózar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde repasaron la batalla que hundió a España en su historia.
Se sentaron en sillas bajas, se sirvieron tres vasos de vino y crearon un ambiente a medio camino entre un club inglés y una taberna de puerto. Los tres, que se reivindican "novelistas y no escritores ni narradores", lo hacen a menudo cuando aparece algún libro nuevo de cualquiera de ellos. Pérez-Reverte, Eslava Galán y Rafael de Cózar crearon un espacio de camaradería tertuliana ayer, en pleno temporal de la capital, para celebrar la salida de Cabo Trafalgar.
"Estoy contento del libro", aseguró Pérez-Reverte, "pero todavía me caliento. Cuando hablamos de la historia de este país siempre me hago la misma pregunta: ¿a quién le parto la cara?". Al escritor le suben la temperatura todas esas cosas que le importan. La historia es una de ellas y las injusticias que sufren todos aquellos que la pagan siempre, también. Cabo Trafalgar es una reivindicación que truena ante muchos oídos sordos. "La historia de España está llena de trafalgares, siempre pagan los mismos. Aquí nadie tiene la culpa de nada. En este país te cargas una monarquía, una república y organizas una guerra civil y nadie sabe nada", dijo el escritor. En el caso de Trafalgar, los tiene bien identificados. "Para mí, los culpables fueron cuatro. El primero, Napoleón, que nunca entendió el mar; luego, Godoy, que se pone a su servicio, y después Villeneuve y Gravina, los dos mandos que, sabiendo que nos llevaban al desastre, dijeron adelante".
Perecieron 4.000, y ganaron los ingleses porque Nelson, aunque murió en la batalla, utilizó técnicas revolucionarias para el combate marino. "Los ingleses sabían que luchaban por defender una isla que está sola en el mundo y además tenían sus pagas y una buena organización. Los franceses también tenían sus motivos: acababan de vivir una revolución y querían extenderla por el mundo. Pero los españoles se miraban unos a otros y decían '¿qué hacemos aquí?'. Muchos tenían las pagas atrasadas y, aun así, iban a sabiendas de que les podían matar y dejar a sus hijos huérfanos. Lo único que les salvó fue vender caro su pellejo y los ingleses, sabiendo que no contaban con medios y que no eran profesionales porque se les reclutaba en cualquier parte, reconocen su valor, y eso que son arrogantes para alabar los méritos del enemigo".
Lenguaje
Una de las cosas que más les han fascinado a Eslava Galán y a Rafael de Cózar ha sido el lenguaje. Pérez-Reverte explicó ante el público que abarrotó la sala Fernando de Rojas del Círculo sus quebraderos de cabeza para conseguir un lenguaje efectivo. "Quería contar una historia rigurosa en lo marino y en lo histórico, y que a la vez fuera divertida. Debía encontrar una fórmula que combinase ambas cosas y elegí mezclar el humor y el anacronismo incluso para que el lector lo viera con los ojos de ahora". Eslava Galán cree que Pérez-Reverte ha vuelto a las técnicas que probó en El húsar.
Todo le va de maravilla al relato y a los cañones que Pérez-Reverte utiliza contra los que no dejan de arruinar de manera cíclica la historia de su país. "No hay esperanza. La historia se repite. Lo único que pretendo es que al menos aprendamos". Pero a veces se siente insultado en su empeño. "Hay imbéciles que dicen que la historia es de derechas, incluso algún gilipollas dice que Alatriste es una recuperación de la España imperial aznarista. Yo lo que creo es que el franquismo contaminó la historia de España y después la izquierda la agarró y la tiró a la basura, y por eso ahora la vuelve a tener la derecha". Pero él reivindica su derecho a usar algunos términos sin que le cuelguen ningún cartel: "Lo que no quiero es que cuando utilizo términos como España, imperio o patriotismo, me insulten".
"Galdós no se puede superar"
Hay un libro que inspira más que ningún otro la nueva novela de Arturo Pérez-Reverte. Benito Pérez Galdós ya metió en uno de esos barcos del tremendo naufragio colectivo a Pablo El Buscón de Segovia en uno de sus magistrales Episodios Nacionales.
Por allí daban bofetadas de impotencia a la mar personajes como Churruca o Malespina, que también recordó ayer Pérez-Reverte. "El
Trafalgar
de Galdós no se puede superar, además es la base de otros
Episodios Nacionales.
Yo necesitaba llevarme al lector a un barco mío. Hay documentos muy exactos y muchos libros sobre Trafalgar. Yo no podía inventar nada, por eso creé el
Antilla".
Pero, aparte de la inspiración galdosiana, Pérez-Reverte se mostró ayer admirador de una película al citar en tres ocasiones
Master and commander,
el filme de Peter Weir protagonizado por Russell Crowe, que fascina al creador del Capitán Alatriste.
Babelia
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