Loyola de Palacio: "Espero que Castro se muera, y espero verlo"

Loyola de Palacio, vicepresidenta de la Comisión Europea, cree que la muerte de Fidel Castro es lo único que permitirá la democratización de Cuba. "Espero que algún día Castro se muera, y espero verlo", dijo ayer. "Es un dictador siniestro". La también comisaria de Transportes y Energía cree que España ha perdido peso en la Unión Europea en los últimos meses hasta convertirse, en ocasiones, casi en un apéndice de Francia.

Es el resultado de una política exterior "poco seria", que en el caso de Cuba lleva a impulsar cambios de estrategia sin consultar con sus socios comunitarios, según ella. "Dudo que mientras viva, cambie", señaló De Palacio en una reunión de despedida con la prensa española a pocos días de abandonar Bruselas y volver a la política nacional para presidir el Consejo de Política Exterior del PP. De Palacio habló sin inhibiciones: "Espero que Castro se muera". Es la única salida que la vicepresidenta de la Comisión ve para desatascar la situación en la isla. "Todos esperamos que se muera cuanto antes. No digo que lo maten, digo que se muera. Yo no le deseo la muerte a nadie, pero la única solución sería que Castro desapareciera".

"Castro es un dictador siniestro que tiene muchas muertes y torturados a sus espaldas, que se ha montado una finca para empobrecerla y seguir en el machito, con el sufrimiento y horror de mucha gente", agregó De Palacio. La vicepresidenta sostiene que el endurecimiento de la política de la UE ante La Habana por sus violaciones de los derechos humanos, y que ahora pretende moderar el Gobierno español, fue inspirado por el Ejecutivo comunitario y no debe cambiar. Al poco de una visita de un comisario europeo a La Habana en 2003, "Castro encarceló a la oposición y volvimos a cortar: no fue España; fue aquí" donde se tomó la iniciativa.

La falta de libertad y los presos en Libia no impiden que Bruselas tienda la mano a Muammar el Gaddafi. "Gaddafi es casi tan surrealista como Castro", señaló De Palacio, "pero ha dado una serie de pasos que ya podría dar Castro". La falta de esos gestos, que De Palacio considera improbables es, lo que a su juicio, quita razón de ser a la estrategia de flexibilidad ante el régimen castrista que el Gobierno español patrocina ante sus socios de la UE. "Estoy viendo poca seriedad en el Gobierno español", dijo. "Si quiere impulsar un cambio de estrategia tiene que tantear y consultar" con los restantes Gobiernos de la Unión.

Es lo que está haciendo ahora el Ejecutivo español, que el martes presentó una iniciativa en Bruselas para cambiar la línea política de la UE ante Cuba en una reunión técnica de los Gobiernos de los 25. En esa cita no se discutió el plan español y se optó por encargar un informe a los embajadores comunitarios en La Habana que servirá de base para el debate a celebrar al mismo nivel el próximo día 16. Algunas fuentes consideraron que la pretensión española de cambio estaba en franca minoría, lo que fuentes diplomáticas españolas desmintieron, con el argumento de que al no llegarse a votar no es posible saber la exacta relación de fuerzas.

Sin entrar en números de partidarios de la suavización y partidarios de las sanciones, Miguel Ángel Moratinos, jefe de la diplomacia española, aseguró el miércoles en el Parlamento que Madrid contaba con el apoyo de Londres y París. Un portavoz francés en Bruselas señaló ayer que para Francia "la actual política no es muy eficaz, porque no todos los Estados respetan las sanciones impuestas", pero que habrá que esperar al informe de los embajadores antes de decidir si se cambia o no. Cualquier recomendación a los ministros deberá ser adoptada por unanimidad.