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LA 'CAÍDA' DE FIDEL

Castro sufre fractura de rodilla y fisura en un brazo al tropezar al final de un discurso

El presidente cubano no tardó en reaparecer en pantalla para "evitar especulaciones" sobre su salud

Fue sólo un tropezón... Y después, unos pocos minutos de tensión y desconcierto, pero que conmocionaron a Cuba entera. Fidel Castro acababa de pronunciar un discurso en la plaza de Ernesto Che Guevara de la ciudad de Santa Clara y, tras bajar de la tribuna, cayó al suelo. La televisión emitía el acto en directo, y las cámaras de inmediato cambiaron a un plano general. Poco después, el líder comunista, de 78 años, reapareció en pantalla sentado en una silla y con el rostro descompuesto por el dolor. Tomó un micrófono y él mismo anunció, para "evitar especulaciones", que se había fracturado una rodilla y lastimado un brazo. El parte oficial confirmó la fractura y precisó que lo del brazo derecho se trataba de una fisura.

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La caída de Fidel Castro en público, tres años después de que se desmayara ante una multitud en mitad de un discurso en La Habana, provocó estupor general y muchos nervios entre sus colaboradores y guardaespaldas. Los miles de estudiantes e invitados que asistían al acto político-cultural, celebrado con motivo de la graduación de 3.237 jóvenes como instructores de arte, se quedaron de piedra, en silencio o murmurando, pues al principio no se sabía qué había ocurrido.

La ceremonia había comenzado dos horas antes en la solemne plaza de la Revolución de Santa Clara, 280 kilómetros al este de La Habana, donde se erige el mausoleo en el que reposan los restos del Che Guevara y de varios guerrilleros caídos junto a él en Bolivia. Castro, acompañado del niño balsero Elián González, y su padre, Juan Miguel, depositó una ofrenda floral ante la sepultura del Che, y luego comenzó el acto en la plaza.

El presidente cubano entregó personalmente diplomas a 15 jóvenes que se destacaron en los estudios, y después llegó la hora de los discursos. Habló el ministro de Cultura, Abel Prieto, y una joven en representación de los recién graduados. Castro leyó sus palabras -aproximadamente unos 45 minutos-, centradas en la formación de los instructores de arte y también en la llamada "batalla de ideas", surgida hace cuatro años tras la batalla por el regreso de Elián a Cuba, y que ha derivado en una auténtica revolución cultural, de fuerte contenido ideológico.

Castro terminó su discurso con un "hasta la victoria siempre", la consigna más famosa del Che. Bajó de la tribuna sin problemas y al avanzar hacia su asiento en primera fila, no vio un pequeño escalón, al parecer deslumbrado por las luces. No se desvaneció. Tropezó y se fue de bruces contra el suelo, poniendo el brazo derecho por delante para evitar golpearse el rostro. Entonces comenzó el tumulto, el desconcierto, las carreras de sus allegados.

La televisión cubana no cortó la transmisión, pero rápidamente cambió de plano, pasó a uno general y entonces se vio a la gente inmóvil en sus asientos... y empezó la inquietud y los murmullos. Los camarógrafos y fotógrafos extranjeros que se encontraban en el lugar dijeron que un grupo de personas se arremolinó en torno a Castro, impidiendo ver. El presidente cubano fue ayudado a sentarse en una silla y pidió un micrófono. De nuevo, las cámaras lo enfocaron, dándole un primer plano muy cercano.

Vestido de uniforme verde oliva, sudando, con el rostro descompuesto y un rictus de dolor, Castro restó importancia a lo sucedido. "Me da pena, únicamente, el mal rato, el posible sufrimiento que les ocasioné", dijo, y acto seguido bromeó: "Ahora estaré muy interesado por ver la foto de cómo me caí, la prensa internacional lo ha recogido y seguramente mañana está en las primeras páginas de los periódicos".

Aparición ante las cámaras

Tras anunciar él mismo sus probables lesiones, afirmó que haría "todo lo posible" por recuperarse cuanto antes, y señaló: "Como ustedes ven, puedo hablar, y aunque me enyesen puedo continuar mi trabajo". Por mandar, hasta ordenó no ser trasladado en una ambulancia, sino en un yipi (automóvil todoterreno); pero como no había ninguno, se lo llevaron en su Mercedes negro. Antes de abandonar la plaza, pidió que continuase el acto cultural, y luego, desde el lugar donde fue atendido, se comunicó por teléfono con los artistas que realizaron la gala para comprobar cómo había quedado.

Las autoridades emitieron de madrugada una nota oficial en la que se confirmaban los pronósticos del líder: "Fractura en la rodilla de la pierna izquierda y fisura en la parte superior del húmero del brazo derecho, que recibirán el tratamiento correspondiente". El comunicado de las autoridades agregaba: "Su estado general de salud es bueno, y su estado de ánimo, excelente". Y una coletilla: "Se informará sobre este tema, por razones obvias, lo estrictamente indispensable".

El susto, al parecer, fue sólo eso, y no pasó a mayores. No obstante, el tropiezo del presidente Fidel Castro disparó los nervios y las alarmas de los cubanos y de la dirigencia del país caribeño de un modo muy revelador.

Fidel Castro reaparece ante las cámaras tras el tropiezo para anunciar en persona sus lesiones.
Fidel Castro reaparece ante las cámaras tras el tropiezo para anunciar en persona sus lesiones.ASSOCIATED PRESS

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