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Reportaje:

7.000 respuestas firmes y también abiertas

El nuevo 'Diccionario panhispánico de dudas' censura errores superfluos pero abre un enorme abanico de opciones

Jesús Ruiz Mantilla

Señalar el camino correcto... Pero éste puede tener varias bifurcaciones, carreteras secundarias que enriquezcan sus sentidos, sus sonidos, su eficacia en la comunicación. El Diccionario panhispánico de dudas aparece para dar soluciones a problemas concretos de los hispanohablantes entre la necesidad de preservar la máxima unidad en la lengua y la intención de acoger su diversidad porque es esa condición la que más riqueza proporciona. Está cerrado, aprobado por las 22 academias del español, que lo han consensuado línea a línea durante cinco años de trabajo y le dieron su último visto bueno la pasada semana en tres días de reuniones en San Millán de la Cogolla. Ya está disponible en Internet, se presentará en el próximo Congreso del Español que se celebrará en Rosario (Argentina) en el mes de noviembre y se preparará una edición impresa para mayo de 2005.

La bolaspa es el nuevo símbolo que indica los términos que no pueden ser empleados
Hay cantidad de variantes para palabras que modifican su uso según donde se empleen
Las cuestiones de léxico y semánticas son las más peliagudas y polémicas

Sus 7.000 entradas están estructuradas por orden alfabético e incluyen artículos sobre temas generales -signos de puntuación, normas de acentuación, uso de mayúsculas y minúsculas, concordancia, género- y otras piezas referidas a palabras concretas que plantean dudas. También expone modelos de conjugación verbal, abreviaturas, símbolos alfabetizables, topónimos y gentilicios. Los problemas han sido divididos en varios niveles: fonográfico, con las cuestiones de pronunciación, ortografía y de léxico toponímico. En el nivel morfológico se afrontan dudas de orden nominal -plurales, femeninos y formas derivadas- y de carácter verbal. El nivel sintáctico afronta problemas de construcción, concordancia, forma y uso de locuciones. Finalmente aparecen las cuestiones de orden léxico y semántico, el capítulo más peliagudo y preocupante, donde se ofrecen las respuestas más firmes en las impropiedades léxicas y el uso de extranjerismos y neologismos.

Dudas fonéticas

El Diccionario... incluye una entrada para cada letra del abecedario en la que se explica el sonido o sonidos que abarca con comentarios sobre dialectismos, impropiedades y vulgarismos frecuentes. En este apartado se abordan las letras con más problemas y variedad en su pronunciación, como la c, la o, la b y la v o la x.

Sobre los acentos

Las reglas de los acentos merecen su artículo extenso. Las normas no cambian, pero lo que más llama la atención en el nuevo Diccionario... es la cantidad de variantes abiertas que ofrece para palabras que modifican su uso según el lugar donde se empleen. Es el caso de Amazonia o Amazonía. Válidas las dos opciones. La primera es la de uso común en todas partes, pero la segunda se admite por analogía con otros topónimos como Hungría o Turquía. Para Béisbol también hay doble uso. Con y sin acento. Con acento se utiliza en España y parte de Hispanoamérica menos en México, Guatemala, Colombia, Venezuela, Cuba y República Dominicana, donde se expresa como palabra aguda. Daiquiri también vale acentuado en la i final. La forma aguda y la llana se utilizan indistintamente en diferentes lugares, exactamente igual que Vídeo o Video, que pueden emplearse indistintamente. Es curiosa la opción que se ofrece para la palabra Sydney, la denominación de la famosa ciudad australiana. En muchos lugares se ha españolizado el término sustituyendo la primera y por una i latina. En ese caso, el Diccionario... propone una opción definitiva al recomendar que se coloque un acento en la primera vocal.

Vulgarismos

En este capítulo abundan las bolaspas. Es el signo que el Diccionario... incorpora a su código para prohibir el uso. Se refiere a términos muy utilizados y que son a todas luces incorrectos. Hay bolaspas para palabras como aborígena, aereo, almóndiga, antidiluviano, barahúnta, cocreta, destornillarse, diabetis, disgresión, extraperlo, visicitud... En su lugar imponen Aborigen, Aero, Albóndiga, Antediluviano, Barahúnda, Croqueta, Desternillarse, Diabetes, Digresión, Estraperlo, Vicisitud...

Variantes admitidas

Hay variantes que sobre todo tienen que ver con aspectos fonéticos y que derivan su grafía de éstos. Es el caso de palabras como Bikini, para el que puede utilizarse la q. Además, contemplan su variante de género en Argentina, que es femenino. Iraq es correcto también con su terminación en k, pero no para la formación del gentilicio, que debe ser con q en todos los casos y con la formación del plural Iraquíes. México y Méjico son de uso correcto en ambos casos, lo mismo que vale bailar la Polca y la Polka, o la utilización en plural o singular del adverbio Quizá.

¿Junto o separado?

La tendencia a unir palabras es algo que va imponiéndose con frecuencia. El Diccionario... aporta varios ejemplos de artículos aparecidos en medios de comunicación para recomendar la palabra Maltrato o imponer la palabra Medioambiente. En los dos casos, los plurales cambian. Si para el primero propone separar en la expresión Malos tratos, para la segunda admite Medioambientes y su adjetivo Medioambientales.

Mayúsculas y minúsculas

La utilización de mayúsculas recibe un tratamiento amplísimo. Recomienda la acentuación de las palabras que se escriban enteramente en mayúsculas. Para los acrónimos, las palabras formadas por iniciales, exceden de cuatro letras, el Diccionario... indica que la primera debe ir en mayúscula pero no el resto; en el nombre de plazas, calles y avenidas prefieren los expertos que sólo conste en mayúscula el nombre propio de la dirección: avenida Júpiter, por ejemplo; a los santos y santas les quita la letra grande en su condición -san Andrés, santo Toribio-, salvo en algunas excepciones que, según los académicos, funcionan como nombres propios, como San Juan y Santa Teresa.

Plurales y femeninos

Los plurales y los femeninos siguen ocasionando muchas dudas. No deben existir más álbunes, sino álbumes. El club puede acabar en s y en es. Cuando acudamos al restaurante, pidamos los Menúes y si nos presentamos de etiqueta, vayamos de Esmóquines. En el género hay polémica servida. Pitarán los partidos las Árbitras. Mandarán las Capitanas, juzgarán las Juezas. Hay Líderes y Lideresas, pero no hay dependientes y dependientas. Existe La dependiente. Ni testigas tampoco.

La buena semántica

Vuelven las bolaspas en las impropiedades léxicas y en lo que los académicos denominan "los calcos semánticos censurables". Prohibido utilizar cientista, de mucho predicamento en Chile. La Condición es un requisito y no una enfermedad, como muchos utilizan el término tras una traducción literal del inglés. Ni hay desórdenes de salud y sí como producto de la falta de orden. No se pueden sacar billetes para vuelos domésticos y sí nacionales.

Extranjerismos

Es un problema serio y duradero, natural en una lengua viva y de enorme expansión, pero no se debe bajar la guardia. Para combatir o adaptar los extranjerismos al español se han aplicado los criterios generales aprobados en la tercera reunión de la Comisión Interacadémica que se celebró en Madrid en mayo de 2002. Según esas normas, existen extranjerismos superfluos o innecesarios, para los que existen alternativas perfectas en el idioma: como puede ser el caso de back-up, para el que se puede emplear Copia de Seguridad; consulting, para el que existe Consultoría; baby sitter, para el que se prefiere la voz coloquial Canguro o best-seller, para el que nada cambia si se emplea la palabra Superventas. También cuentan los extranjerismos necesarios o muy extendidos. Son los que no encuentran términos españoles que sean completamente equivalentes. Para incorporarlos, el Diccionario... recomienda la misma grafía y pronunciación que en su procedencia original resaltándolos tipográficamente: ballet, blues, jazz, software. Hay otro caso, el de los extranjerismos adaptables. Sería el caso de fútbol, que proviene del inglés football y que ha sido completamente absorbido por una grafía propia. Pero es un término que pertenece al pasado. Ahora los hispanohablantes se enfrentan a otros como máster (de master), escáner (de scanner), pádel (de paddle), chucrut (de choucroute). Con esta solución "no se daña la coherencia del idioma", aseguran los académicos.

AVA

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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