Moratinos pide explicaciones a la Casa Blanca

La Casa Blanca pidió ayer a las autoridades españolas que no den importancia a que el presidente George W. Bush dijera el jueves que la retirada de Irak había "envalentonado" a los terroristas. Según informó el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el Gobierno español "solicitó explicaciones" sobre dicha intervención y la respuesta es que el presidente no había querido "molestar" ni "perjudicar" unas relaciones que desea que sean "buenas". Hace dos semanas, fue Washington quien pidió a Madrid que aclarara lo dicho por el presidente del Gobierno en Túnez, acerca de la conveniencia de que otros países se retiraran.

Moratinos se refirió a este tema en el transcurso de la rueda de prensa con que cerró su participación en la semana ministerial de la Asamblea General de Naciones Unidas. También habló del incidente con Guinea Ecuatorial, para calificar de "inaceptable en el fondo y en la forma" el discurso pronunciado el miércoles por Miguel Abia Biteo Boricó, primer ministro de la ex colonia española. Boricó denunció ante la ONU que los dos buques de guerra enviados a su país por el Gobierno de José María Aznar, el pasado mes de enero iban a apoyar el golpe de Estado fallido contra Teodoro Obiang.

Un representante de la misión española intervino el jueves ante la Asamblea, y replicó al guineano que su país no ha presentado ninguna prueba de la implicación que alega y que España no permite que su territorio sea utilizado para acciones desestabilizadoras y menos las alienta. También reiteró el deseo del Gobierno de mantener las mejores relaciones posibles con Guinea. El incidente quizás no esté cerrado, ya que la representación guineana ha pedido una contrarréplica.

Moratinos valoró, por otra parte, como "un paso más en la perspectiva de la normalización" de las relaciones de España con Cuba la reunión que mantuvo el jueves con el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, aunque advirtió de que "no hay conclusiones inmediatas" dignas de mención.

En la agenda, dos temas esenciales. España quiere que el régimen cubano haga suficientes gestos de buena voluntad como para que la Unión Europea revise la política de distanciamiento de Cuba que adoptó cuando José María Aznar era presidente del Gobierno. Moratinos le insistió, en concreto, a Pérez Roque en que es urgente que sean liberados los disidentes. El cubano preguntó, por su parte, si España va a seguir invitando a opositores a la fiesta que la Embajada española en Cuba celebrará, como cada año, el próximo 12 de octubre.

Las invitaciones a disidentes a las delegaciones diplomáticas en La Habana, acordada por la UE, han precipitado una congelación efectiva de las relaciones diplomáticas eurocubanas, ya que el Gobierno de Castro ignora a los embajadores de los países que las hacen. El Gobierno español y otros europeos han llegado a la opinión de que esta situación no conduce a ninguna parte.

Moratinos dijo ayer, sin embargo, que aún no se ha decidido si la Embajada española mantendrá esa práctica con el nuevo embajador, Carlos Alonso Zaldívar, y que la solución se verá el mismo 12 de octubre.

El ministro se reunió ayer, por otra parte, con sus homólogos de de Latinoamérica y Portugal, para aprobar los estatutos de la de la nueva Secretaría Permanente de la Cumbre Iberoamericana, un órgano de gestión e iniciativa política que pretende institucionalizar definitivamente esas reuniones anuales y tendrá su sede en Madrid.